El mandatario electo de Estados Unidos ha sido enfático al apuntar al alza de aranceles y la disminución de impuestos a las empresas de ese país. ¿Cómo impacta al mundo?
Los primeros análisis no auguran vientos favorables para las economías emergentes bajo la nueva administración de Donald Trump. Esto, porque las propuestas del magnate, de subir aranceles, rebajar impuestos y deportar masivamente, podrían generar efectos indeseados para el mundo.
Si bien Trump no dejó de repetir los lineamientos de su programa durante la campaña, pocos creyeron que al asumir tuviera tanto a favor. Podría empujar con comodidad sus propuestas, pues tiene al Senado y la Cámara de Representantes a su favor, al menos por dos años. Esto, inevitablemente, sume en la incertidumbre muchas economías, que se preguntan cómo avanzará este “viaje salvaje”, como lo denominó Bloomberg.
El alza en los aranceles y su impacto
Una y otra vez Trump repitió que elevaría los aranceles. En concreto, propuso subidas de hasta 20% sobre todos los bienes importados y del 60% sobre los productos chinos. Asimismo, mencionó la posibilidad de tarifas del 100% o del 200% sobre los autos que se fabriquen en México.
El objetivo del mandatario es impulsar y fortalecer la industria estadounidense y, por medio de ella, crear empleos. Aunque varios expertos han advertido que la medida podría derivar en alzas de precios para los consumidores.
En cualquier caso, esta subida de tarifas impactaría a las economías emergentes -como Chile-, tanto si se les aplican a ellas las alzas como si el efecto les llega por el lado de China. Es que el país asiático se encuentra en una espiral deflacionaria; y la medida de Trump podría empeorar su situación, inhibiendo su capacidad de comprar materias primas a otros países.
“Aranceles a China afectarían indirectamente a Chile, reduciendo la demanda de cobre y presionando a la baja las exportaciones chilenas”, dice, a modo de ejemplo, Manuel Peña, Senior Portfolio Manager en Fintual.
Asimismo, la jugada de Trump podría derivar en una escalada arancelaria, que condujera a perjuicios para exportadores de diversas partes del mundo.
De desencadenarse una guerra comercial, EE.UU. se enfrentaría a “un modesto shock estanflacionario”, es decir, un escenario con la producción estancada y aumentos de presiones sobre los precios, explicó a Bloomberg Jay Bryson, economista de Wells Fargo.
Los aranceles, ha dicho Trump, también se impondrían sobre compañías norteamericanas que opten por trasladar la fabricación desde EE.UU a otros países. De hecho, en septiembre amenazó a John Deere con esa medida, antes sus planes de llevar parte de su producción a México. De avanzar en esa línea, han observado especialistas, se desincentivaría inversiones en países emergentes.
Esto impulsaría a la Reserva Federal (FED) a subir las tasas de interés para hacer frente a la inflación, pero también la pondría en la posición de tener que recortarlas para prevenir una recesión, dijo al medio citado Jason Furman, exjefe del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca durante la presidencia de Barack Obama.
Recorte de impuestos y déficit fiscal
El nuevo presidente destacó la rebaja de impuestos a las grandes compañías como uno de sus ejes de campaña. De tener éxito, estos caerían del 21% al 15%, con la condición de que fabriquen todos su productos dentro del país. Lo anterior, sumado a una eventual eliminación de la tributación sobre el pago de horas extras y propinas, y el endurecimiento en la política migratoria, podría contribuir a un déficit fiscal.
“Esto -dice Manuel Peña- podría impulsar un alza en las tasas de interés globales, que además enfrentarán presión por la inflación adicional de los bienes transables”. Así, se “encarecería el financiamiento para personas y empresas, y generará posibles pérdidas de capital en bonos de mayor duración”.
En una economía como la chilena, han explicado especialistas, esto podría afectar a industrias como las de construcción o inmobiliaria, que requieren de financiamiento para mantenerse funcionando.
Un dólar más fuerte
En adelante, es posible que el dólar se fortalezca. Ya lo demostró hoy, cuando en Chile, por ejemplo, operó con un alza de casi $20, aunque luego se moderó.
“Los primeros movimientos se darán en el mercado cambiario y reflejarán el fortalecimiento del dólar estadounidense y de las monedas sensibles al euro a corto plazo y algunas divisas asiáticas, así como el peso mexicano”, afirmó Cathy Hepworth, directora ejecutiva y gestora de cartera de PGIM Fixed Income a Bloomberg.
“El mercado de tipos de los mercados emergentes será un poco menos claro porque existen implicaciones de crecimiento para la zona del euro, Europa central y oriental y, potencialmente, partes de Asia, pero la volatilidad cambiaria puede limitar lo que pueden hacer los bancos centrales”, añadió.
Con todo, un dólar estadounidense fortalecido elevaría los tipos de cambio. Esto, dicen analistas, encarecería importaciones, con un efecto inmediato en la inflación, sobre todo en bienes de consumo diarios.
Fuente: Emol