La eliminación del carbón no solo contribuirá a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también a mejorar la calidad de vida de miles de chilenos, marcando un hito hacia un futuro energético más limpio y equitativo.
La Coalición Nacional Chao Carbón, integrada por 17 organizaciones socioambientales de todo Chile, destacó avances significativos en la descarbonización del país. Según la alianza ciudadana, para finales de 2025 se habrá logrado el cierre o reconversión de 20 de las 28 centrales termoeléctricas a carbón operativas en 2018. Este progreso evidencia que las condiciones técnicas y económicas están dadas para retirar completamente el carbón antes de 2030. Sin embargo, el plan gubernamental carece de directrices claras para alcanzar esta meta, advirtieron.
Principales preocupaciones de la Coalición
A pesar de los avances, la Coalición expresó inquietudes respecto a las ocho centrales que no cuentan con compromisos de cierre. Estas incluyen las cinco unidades de Guacolda en Huasco, las centrales Cochrane I y II en Mejillones y la central Santa María en Coronel, que podrían seguir operando hasta 2040 si no se interviene. Esto representa un riesgo significativo para la salud y el medio ambiente en las comunidades afectadas.
Otra crítica se centró en la reciente actualización de la Norma de Emisión para Centrales Termoeléctricas, específicamente el Artículo 5 transitorio. Este permite a las centrales que informen su reconversión operar con un límite de emisión de NOx de 350 mg/Nm3 hasta 2040. Esto beneficiaría iniciativas como la quema de carbón con amoniaco, anunciada por Guacolda Energía para sus plantas en Huasco, lo que contradice los objetivos del Plan de Descarbonización y el mandato de la Ley Marco de Cambio Climático.
Además, la tecnología de co-combustión carbón-amoniaco aún no ha sido probada a escala industrial, lo que genera incertidumbre sobre su viabilidad. Actualmente, solo Japón ha implementado un proyecto piloto en esta línea.
Transición socioecológica justa: una deuda pendiente
La Coalición enfatizó la ausencia de un plan integral que garantice una transición socioecológica justa para las comunidades impactadas por la actividad termoeléctrica. Según el colectivo, es crucial incorporar acciones concretas con plazos definidos, tales como:
- Remediar los pasivos ambientales.
- Reparar los daños a la salud de las comunidades afectadas.
- Diseñar e implementar un plan de inversiones para
la reconversión productiva en las localidades donde operan las centrales, incluyendo áreas como Tocopilla, Mejillones, Huasco, Quintero-Puchuncaví y Coronel.
Estas medidas no solo buscan mitigar el impacto histórico de la industria, sino también preparar a las comunidades para una economía sostenible y libre de carbón. “Sin un enfoque claro en justicia socioecológica, el proceso de descarbonización podría perpetuar desigualdades y dejar sin apoyo a las zonas más afectadas por la contaminación”, enfatizó la Coalición.
Un llamado al Gobierno
En palabras de la Coalición Nacional Chao Carbón:
“El Gobierno debe mejorar y concretar las acciones del Plan de Descarbonización con metas más ambiciosas y plazos claros para eliminar el carbón de la generación eléctrica antes de 2030. Es indispensable garantizar una transición socioecológica justa, asumir responsabilidades concretas para remediar los pasivos ambientales y reparar las afectaciones a la salud en las comunas donde operaron y aún operan centrales termoeléctricas a carbón”.
Amplio respaldo ciudadano
El llamado de la Coalición está respaldado por 17 organizaciones socioambientales, entre ellas Mujeres en Zona de Sacrificio en Resistencia, Despierta Mejillones, Tocopilla Digna, Salvemos Coronel, Huasco Sin Relaves, ONG FIMA, Greenpeace, y Fundación Chile Sustentable, entre otras.
Estas agrupaciones coinciden en que el retiro del carbón es una meta alcanzable, pero requiere mayor compromiso político y un enfoque centrado en las comunidades afectadas.
Fuente: Reporte Minero