Paola Oyarzún Segovia, presidenta de la Junta de Vecinos número 12 de Caleta Chañaral de Aceituno, ha alzado la voz para denunciar la grave crisis de agua que afecta a su comunidad. Durante años, los habitantes de esta caleta han enfrentado problemas de suministro de agua, una situación que se ha vuelto insostenible.
“Nosotros por años hemos vivido crisis de agua, siempre hemos tenido problemas del agua”, afirma Oyarzún Segovia. A pesar de haber logrado un proyecto junto al CORE para instalar una desalinizadora, la planta, que costó casi 1.600 millones de pesos.
Planta que comenzó su instalación en noviembre del 2024 y que ya cuenta con 90% de avance, por lo que se encuentra en su etapa final para que pueda estar completamente operativa.
La presidenta de la Junta de Vecinos explica que la planta está lista y que incluso se ha invertido dinero adicional proveniente de los parques eólicos locales para asegurar su funcionamiento. Sin embargo, un conflicto con la contraloría y el municipio de Freirina ha impedido que la planta obtenga la resolución sanitaria necesaria para operar.
La situación ha llevado a la comunidad a depender de camiones cisterna que no son suficientes para abastecer a las más de 500 personas que residen en la caleta, donde hay familias que tienen niños y adultos mayores, sumado al problema de no poder lavar ropa, añade la presidenta, quien también menciona que la falta de agua ha generado conflictos entre los vecinos.
La comunidad de Caleta Chañaral de Aceituno espera una pronta solución a esta crisis que afecta su calidad de vida y su dignidad.
Sobre la situación relatada por la dirigente de Chañaral de Aceituno, el alcalde de Freirina, Fernando Ruhl, desmintió categóricamente estas afirmaciones, destacando las medidas implementadas por el municipio para garantizar el suministro de agua potable en la localidad.
La autoridad explicó que, en respuesta a las demandas de la comunidad y la alta afluencia de turistas en temporada, el municipio activó un plan de contingencia que incluye el envío regular de camiones aljibe para abastecer de agua potable, tanto a los residentes como a los visitantes, quienes incrementan la población de la caleta de 350 a cerca de 2,000 personas.
“Estamos presentes en la caleta y hemos enviado camiones aljibe según lo requerido. Esta es una solución temporal mientras aguardamos la resolución sanitaria necesaria para que la planta desalinizadora, ya construida y operativa, pueda entrar en funcionamiento formal,” declaró el alcalde.
Respecto a las declaraciones de la dirigenta que habla de una “crisis de supervivencia”, el alcalde Ruhl indicó que, “estas declaraciones son una exageración. Hemos atendido todas las solicitudes de la comunidad de manera oportuna y en constante coordinación con sus dirigentes. Decir que existe una crisis sanitaria no refleja la realidad.”.
