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A un año del gran incendio… ¿A cuánto de otra tragedia?

Hace ya un año, un gran incendio azotó la región de Valparaíso, superando las 10.000 hectáreas quemadas, afectando a cerca de 30.000 personas y cobrándose la vida de más de 130 víctimas.

Y es un hecho que esta lamentable realidad no nos ha abandonado. Desde la primavera pasada en la zona central tuvimos alertas de incendios forestales que nos hacen constantemente temer sobre la capacidad de nuestro país para prevenir y protegernos ante estas tragedias. 

Es una preocupante realidad que, a causa del cambio climático, los eventos que ocurren son mucho más devastadores que hace veinte años o diez años. Chile siendo uno de los países que podría estar más afectado por este fenómeno, debido a sus condiciones naturales y territoriales, según las Naciones Unidas. 

Hoy, son urgentes cambios culturales y de gestión, que nos permitan enfrentar este escenario más desafiante con mejores herramientas. Debe haber una política educativo-preventiva de Estado permanente, donde cada persona sepa qué hacer, en diferentes escenarios, más allá de que funcione un sistema de alerta en el momento de la emergencia. Asimismo, cuál es el papel de cada persona en la prevención, y la necesidad de tomar conciencia de que en ciertas condiciones no basta con advertir, la máxima es “no fuego, no llamas, ni soldaduras, no quemas, no al fuego, por cuanto lo que antes era posible, hoy es una oportunidad ineludible de incendio descontrolado”.

También, es necesario que el manejo del riesgo forme parte de nuestra gobernanza, para contar con inteligencia que permita prever y planificar fuera de la situación de crisis; para trabajar y hacerse cargo del ordenamiento territorial, que es clave en la constitución de asentamientos irregulares en zonas de riesgo; y para invertir en prevención, que es mucho más rentable y eficiente -desde todo punto de vista- que hacerlo en reconstrucción.

No esperemos a que nuevas tragedias vuelvan a poner esta realidad en evidencia. Necesitamos, con premura, cambios culturales y de gestión para estar mejor preparados ante el desafío que plantean estas catástrofes.  

Luis Carrasco

Director del Programa de Gestión del Riesgo y Adaptación al Cambio Climático

UTEM

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