La académica de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, Cecilia Baginsky, explica que “respecto a las papas, el alza no debería ser tal. Primero, porque la producción de papas ya fue en la zona sur y las papas que nosotros tenemos en la zona central vienen de la zona sur, que son papas de guarda”.
La emergencia meteorológica que afectó a la zona centro y sur del país no solo dejó una emergencia habitacional en diferentes comunas, sino que también significó problemas en la agricultura en y la comercialización de este tipo de productos, algunos de los cuales registraron alza en sus precios.
El fin de semana pasado, específicamente, se vio un alza en el valor de las papas de hasta un 35%, aunque -según el mismo ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela- este caso en particular se debe mayormente a la especulación.
La académica de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, Cecilia Baginsky, explica que “respecto a las papas, el alza no debería ser tal. Primero, porque la producción de papas ya fue en la zona sur y las papas que nosotros tenemos en la zona central vienen de la zona sur, que son papas de guarda”.
“Y en la zona sur, hablamos de la Región de la Araucanía, la Región de Los Lagos, un poco más al sur, ha habido lluvias, pero no en términos de estas tragedias que hubo en la región del Biobío o en la Región del Maule, entonces no deberíamos tener problemas con las papas”, añadió
“En la zona central, lo que nosotros consumimos es papa que viene del sur y hay algunos agricultores que han plantado papas y que la cosecha es normalmente entre finales de abril, mayo, entonces tampoco debiera haber problemas”, aseguró la profesora Baginsky.
En tanto, el académico del Departamento de Gestión e Innovación Rural de la Facultad de Ciencias Agronómicas, Marcos Mora, afirma que “cuando se producen estos procesos de catástrofes de diversa índole y se genera desabastecimiento en los mercados, es efectivo que hay comercializadores que aprovechan estos instantes para especular y cobrar un margen superior”.
“Acá se le ha tratado de echar la culpa a los productores, pero lo cierto es que los productores en general no comercializan, así que yo, desde ese punto de vista, si hay algún proceso de especulación viene netamente del comercializador”, sostuvo
Por otra parte, advierte, “si me preguntas por especulación de otras hortalizas, es probable que se vean afectadas indirectamente porque van a faltar hortalizas, sin duda que van a faltar hortalizas, y probablemente exista un cierto margen de especulación que es lamentable, profundamente lamentable que se presente, dada la situación de crisis que se está viviendo dentro de la sociedad producto de una catástrofe climática”.
“Igual habrá aumentos de precios, los que hay que ver con detención, porque dependiendo de la fruta o la hortaliza que se trate habrá que hacer un análisis más detallado. Pero es evidente que al haber menos disponibilidad de productos, sobre todo los que se producen acá en la zona central, existirá un efecto asociado a un alza de precios, aun cuando tenemos el abastecimiento que viene de zonas donde no habrían problemas climáticos”, agregó.
PROBLEMAS A FUTURO
Para este invierno, además, se prevén lluvias intensas debido a la presencia del fenómeno de El Niño. Es por eso que las autoridades se han enfocado en trabajar en distintas líneas de acción, como -por ejemplo- un Visualizador de Emergencia Agrícola, herramienta que contiene imágenes satelitales que permitirán catastrar las zonas afectadas por las inundaciones, detectando variaciones en las cajas de los ríos y los daños en los cultivos agrícolas.
Pero no es lo único que podría afectar al área agrícola tras el paso de este sistema frontal. Según el decano de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, Gabino Reginato, tras las inundaciones, el mayor problema que enfrenta la zona es “en infraestructura de riego, como embancamiento de canales, ruptura de bocatomas y canales, estropeo de instalaciones, etc. Esta situación no es crítica en el corto plazo, pero deben repararse antes de la próxima temporada de riego, es decir, para la próxima primavera debería estar todo solucionado”.
Sobre el impacto de la crisis climática en la agricultura, la académica de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, María Victoria Soto, añadió que respecto a “estos eventos extremos en las áreas peri urbanas y en aquellas netamente rurales, debe haber una política de protección de las áreas productivas silvoagropecuarias, sobre todo de los terrenos productores de alimentos. Esto implica realizar el catastro y mapeo a escala local de las riberas susceptibles de ser inundables y realizar las obras de mitigación y de defensa fluvial”.
“Sin embargo, durante las mayores crecidas fluviales ocurre otro proceso dinámico, que es la erosión basal de las riberas, el desmoronamiento del terreno y la pérdida total del recurso suelo, que es un recurso natural no renovable a escala humana”, agregó.
“Las pérdidas de terrenos pueden traducirse en enormes superficies de hectáreas productivas, como también de bienes públicos y privados. Este enfoque del tema, de los impactos de las crecidas fluviales, no ha sido aún considerado como tema de política pública o de gobernanza de los territorios rurales silvoagropecuarios”, advirtió la profesora Soto.
FUENTE LA NACIÓN