La silenciosa pero relevante presencia que posee Japón en el sector minero chileno, es el tema que aborda en esta oportunidad el periodista Ignacio Cembrano, como parte de nuestra sección “Análisis de la Semana”.
La colaboración de importantes grupos nipones ha posibilitando el desarrollo de diversos proyectos en el país.
Uno de los ejemplos más recientes es Quebrada Blanca 2 (QB2), de la canadiense Teck. Con una inversión de US$4.700 millones, su construcción ha sido posible gracias a una alianza estratégica suscrita con Sumitomo Metal Mining y Sumitomo Corporation.
Este modelo de participación –como socio financiero clave– ha sido la opción tradicionalmente adoptada por parte de los grandes grupos mineros japoneses en Chile, resaltando su colaboración en diversas faenas del grupo Antofagasta Minerals. Un caso distinto es el de Caserones, yacimiento que es operado por sus controladores japoneses.
Los invitamos a ver el video.
Fuente: mch.cl