El elenco catalán venció 3-1 en la final jugada en Araba Saudita con goles de Gavi, Robert Lewandowski y Pedri. El equipo de Xavi Hernández apabulló a los merengues con un juego de presión y mucho toque para quedarse con el décimo cuarto título en este torneo.
Barcelona es el justo campeón de la Supercopa de España. El equipo de la Ciudad Condal apabulló a Real Madrid en la final con un 3-1 que suena hasta corto por lo que ocurrió en Arabia Saudita. Dos goles en el primer tiempo y otro en el complementario le entregaron el décimo cuarto título al cuadro culé en este torneo, el equipo que más veces lo ganó.
Porque en el primer tiempo solo hubo un equipo en el estadio saudí. Los catalanes no salieron a especular y apretaron bien arriba la salida de su clásico rival, que nunca se sintió cómodo para salir por abajo.
Antes del cuarto de hora, el equipo de Xavi Hernández tuvo al menos tres claras ocasiones de abrir la cuenta. A los 6′, el uruguayo Ronald Araújo no llegó en el segundo palo para marcar el gol en la línea de gol.
Cinco minutos más tarde, Robert Lewandowski peinó solo un balón que se fue por muy poco del arco de Thibaut Courtois y, en la siguiente, los mismos dos protagonistas: el polaco remató desde el borde del área y el golero belga alcanzó a tocar la pelota para que se estrellara en el vertical merengue.
Al otro lado, un cabezazo de Karim Benzema tras centro de Ferdinand de Mendy fue la aislada ocasión del equipo de Carlo Ancelotti, cada vez más desconcertado ante el agobio que proponía el Barça.
Pasada la media hora, la escuadra blaugrana encontró premio a esa tremenda superioridad que ejercía sobre el último campeón de LaLiga. Y bajo la misma fórmula, Sergio Busquets apretó la salida de Eduardo Camavinga y el balón terminó en los pies de Lewandowski, quien habilitó de manera precisa a Gavi para que anotara el primero.
El gol, lejos de proyectar una reacción del equipo capitalino hispano, no hizo más que refrendar las diferencias que se veían en la cancha del estadio Rey Fahd de Riad.
En el último minuto de la primera mitad, Barcelona aumentó su ventaja con una conquista que terminó en los mismos protagonistas. Claro que esta vez fue Gavi quien habilitó al polaco, quien no hizo más que empujar la pelota para el merecido 2-0 de los catalanes.
Cierra la faena
En el tiempo complementario, Carletto intentó una reacción desde la banca. El ingreso de Rodrygo por Camavinga pretendió entregar más profundidad al monarca de la Champions League.
Pero la pesadilla no terminaba. A los 51 minutos, Ousmane Dembélé ingresó solo al área del Madrid, cuando el increíble achique de Courtois evitó el tercer tanto blaugrana.
A esa altura del encuentro, la gran figura merengue era el portero beñga. Y así lo confirmó a los 55 minutos, cuando el delantero polaco ex Bayern Múnich volvió a ponerlo a prueba en un mano a mano.
Y es que Barcelona nunca bajó los brazos. El trabajo de su línea de volantes, liderada por Busquets y Frenkie de Jong, volvió a hacer el trabajo para obligar al error de su rival.
Esta vez la víctima fue Dani Ceballos, quien intentó salir jugando desde el medio y perdió la pelota. El contragolpe estaba lo condujo Lewandowski con maestría, abrió para Gavi, y el juvenil cruzó la pelota para que Pedri anotara el 3-0, a los 69′.
En los descuento, una conquista de Benzema maquilló un poco la vergüenza que vivió Real Madrid en la última versión de este improvisado clásico.
Barcelona tuvo más de un problema para sacar en los penales en la semifinal ante el Betis, pero el equipo catalán sacó todo su poderío para llevarse la Supercopa de manera merecida.
Fuente: La Tercera