Iniciativa a su vez obliga a aceptar el uso de textos validados por el Mineduc.
Al Senado fue despachado el proyecto de ley del diputado Nicolás Noman, -y que quedó en condiciones de ser visto con urgencia por la Cámara Alta-, que impone a los establecimientos educacionales particulares la prohibición de exigir a sus alumnos la compra de textos escolares determinados, y los obliga a aceptar el uso de aquellos validados por el Ministerio de Educación.
Para el parlamentario por la III Región la aprobación de esta iniciativa era fundamental “para terminar de una vez por todas con el abuso que significa comprar determinados libros, toda vez que tienen el mismo contenido que los entregados por el Mineduc”.
“Hemos venido pidiendo que esta medida se adopte desde hace años y me parece más que oportuno y prudente, que atendidas las condiciones económicas por la que atraviesan las familias chilenas, que no les sea exigible el tener que adquirir ciertos textos escolares, que sabemos es un negociado de las editoriales, para exprimirle más el bolsillo a las familias que con mucho esfuerzo, buscan darle la mejor educación posible a sus hijos”, expresó el legislador.
En ese sentido, Noman recalcó que “ya tener a los hijos en determinados colegios particulares, resulta bastante oneroso para familias que con mucho sacrificio tienen ahí a sus hijos e hijas, para darle una mejor oportunidad en la vida. Por eso hay que decir basta al abuso que significa comprar el texto de una determinada editorial, o que deban también comprar artículos de escritorio de marcas determinadas”.
“Los textos escolares del Mineduc tienen el mismo contenido y el lápiz grafito de la marca A, escribe igual de bien que el de la marca Z, como así también el cuaderno de una u otra marca, sirven de la misma manera, no hay mayor diferencia”, apuntó el parlamentario por Atacama.
Finalmente, con respecto a la idea de que no sea exigible la compra de uniformes para el presente año escolar, el diputado Nicolás Noman manifestó que “es una medida que por cierto se debe estudiar. No tiene mayor sentido hacer gastar dinero a las familias por uniformes que no van a utilizar en el año escolar, primero porque no tenemos certeza cuándo los establecimientos educacionales podrán recibir a sus alumnos y alumnas, y, en segundo lugar, porque las condiciones económicas de miles de familias hacen que comprar el uniforme, les signifique gastar recursos que pueden ser destinados para otras cosas más importantes en este momento”.
Fuente: Prensa Noman