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Cañete a un año del triple homicidio de carabineros: Relatos de tragedia y la consternación aún vigente

Autoridades políticas, policías y vecinos recuerdan lo ocurrido el 27 de abril del 2024, en un crimen por el que hay tres detenidos.

Sargento primero Carlos José Cisterna Navarro, y los cabo primero Sergio Antonio Arévalo Lobos y Misael Vidal Cid. Esos son los tres carabineros que hace exactamente un año murieron en una emboscada en Cañete. Les dispararon y luego quemaron, para dejar sus cuerpos en la ruta que une la comuna con Contulmo.

Un crimen que impactó a todo el país, sobre todo considerando que fue el mismo día en que la institución cumplía 97 años de existencia. Y que trajo como una de sus consecuencias más inmediatas aplazar la salida del general director Ricardo Yáñez, quien al día siguiente dejaba su cargo tras ser formalizado por omisión “de apremios ilegítimos con resultado de lesiones graves y homicidio”, por hechos ocurridos en el marco del estallido social.

Por el triple homicidio hay tres detenidos, los que de acuerdo a fiscalía serían los únicos responsables. Se trata de los hermanos Jefferson, Felipe y Tomás Antihuén Santi, quienes fueron formalizados por homicidio de carabineros en ejercicio de funciones; incendio; robo con violencia; porte ilegal de arma convencional y prohibida; así como el traslado ilegal de restos humanos.

Un año después, protagonistas de la tragedia recuerdan lo vivido y cómo impactó en la comunidad de Cañete. El delegado presidencial provincial de Arauco, Humberto Toro, fue la primera autoridad de gobierno en ser informada y en llegar al lugar del crimen.

“Cerca de las 5 de la mañana me llama el coronel a cargo de COP de Carabineros para informarme que había habido un ataque y que habría carabineros involucrados. A ese minuto no era mucho lo que se sabía. Yo llamo inmediatamente al (entonces) subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, y le cuento lo que me dijeron. Tras esto me dirijo a la zona donde me indicaron habría ocurrido y en el trayecto me vuelven a llamar y dar ya más certezas: hay tres carabineros muertos, disparados y quemados. Nuevamente le reporto a Monsalve y la delegada Daniela Dresdner (quien dejó el cargo en noviembre de 2024)”.

Toro recuerda que “fue el impacto más grande que he vivido en mi vida, no solo política, sino que en todo. Era una imagen dantesca, impactante. Los vi ahí, quemados. No podía entender el nivel de maldad. Las caras de todos los que estábamos era de película de terror. Una mezcla de emociones, como si mi cuerpo estuviera ahí, pero no mi consciencia”.

El delegado señala que él conocía a los Antihuén y que incluso una semana antes había estado reunido con el padre de ellos analizando la situación de los caminos rurales.

Pese a esto, la autoridad de Gobierno resalta que le llamó la atención cómo reaccionó la comunidad. “Al inicio incredulidad, dolor, consternación, pero lo potente fue que la respuesta de todos fue de que se iba a salir adelante, de ayudar en la investigación, de demostrar que no se iban a amedrentar con el mensaje que quisieron dar los autores. Fue el mejor homenaje para los mártires caídos. Y eso lo veo hasta hoy, una comunidad mucho más unida, con un gran apego por la institución. También destacar a las empresas, que ante lo ocurrido era fácil llegar e irse, pero mantuvieron sus faenas, se mantuvieron en el territorio, confiaron”.

Alcalde de Cañete

Otro actor preponderante en la zona es el alcalde de Cañete, Jorge Radonich (RN), quien muy temprano también se enteró de lo sucedido en el sector de Antiquina.

La máxima autoridad municipal considera que “la comunidad de Cañete reaccionó con mucho temor, con mucha pena, con impotencia también, porque en realidad había sido muy fuerte el golpe para una institución que estaba recobrando confianzas”.

Tras la tragedia, Radonich dice que “he visto un cambio absolutamente notorio respecto a la aceptación de carabineros en el sector. La gente hoy día mira con mucho más cariño a la institución, indudablemente que de pronto aparecen otras cosas que como que enlodan esto, pero en general la percepción de la gente hacia carabineros mejoró visiblemente”.

El dolor institucional

Una tragedia así, y más en el día de aniversario, obviamente golpeó en lo más profundo a Carabineros. La capitán Javiera García, del equipo de comunicaciones, viajó inmediatamente desde Santiago a la zona para ver cómo manejar el tema comunicacionalmente.

“Sin dudas lo más fuerte que he vivido yo y lo hemos conversado con muchos otros que llevan más años. No es comparable con nada que haya ocurrido, tres funcionarios, la fecha, cómo fue el crimen, todo. Ya ningún aniversario será como antes, siempre estará el recuerdo de nuestros mártires”, comenta.

Desde la Región del Biobío notificaron a Santiago de lo que había ocurrido y la incredulidad se apoderó de las oficinas. Se dispuso enseguida el viaje de las más altas autoridades, entre ellas el general Yáñez y de especialistas, entre los que también iban de comunicaciones.

“Al llegar vi consternación, pena, rabia, porque hay muchos carabineros que son de Cañete, vecinos de la gente de ahí, que los vieron en colegio, luego en las calles. En muchas familias de la zona hay por lo menos un integrante que haya estado en la institución, entonces el arraigo es fuerte. Para mí lo que más me conmocionó fue que llegaron madres de carabineros, de todo el país, a nuestros cuarteles, algo que nunca antes había visto. En las calles la gente al saber que eres carabinero te abraza, te da un saludo, te agradece. Sin dudas esta tragedia reforzó el lazo”.

Los vecinos

Omar, como pide que se le identifique, es un vecino que ha vivido sus 40 años en la provincia de Arauco. Ahí tiene familia, trabajo, su vida. “Ese día me enteré temprano, acá todo se sabe luego. Y el miedo fue grande, ya que un sobrino es carabinero, rezaba que no fuera uno de los fallecidos”.

Este hombre dice que muchos trabajos se pararon ese día, “no había ánimo, los jefes fueron comprensivos. Y comenzamos a unirnos, ver cómo se podía ayudar, si alguien había visto algo. Me reuní con un grupo de hombres y dijimos, ‘tenemos que pillarlos, no puede ser que pase algo así en nuestras narices’. Grande fue la sorpresa cuando nos enteramos que los Antihuén estaban detrás. Tal como a los carabineros, a ellos también los conocía, de cabros, a su familia. Costaba imaginarse como el Jefferson, Felipe o Tomás hicieron algo así”.

María, otra vecina que también pide reserva de su nombre real, agrega que “acá los carabineros son queridos, se podría pensar que no, pero acá somos gente buena, que sabemos que ellos nos defienden, entonces con esta noticia quedamos en shock. Un grupo de amigas nos acercamos a las madres y viudas de los pobres asesinados. Creo que si ya había una buena relación entre la comunidad y la institución, con esto se refortaleció. Hay un respeto mutuo y eso se valora”.

Fuente: Emol

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