Hay consenso entre los expertos en que el balneario deja de ser una alternativa y que cualquier otra zona donde se emplace la fundición, debe considerar externalidades como costos, logísticas y distancia de la población.
Tal como lo habían anunciado, la madrugada del miércoles los trabajadores de las divisiones de Codelco iniciaron la paralización de sus actividades en rechazo al cierre progresivo de la fundición Ventanas anunciado la semana pasada por el Gobierno.
Los trabajadores critican que no se haya tocado a las otras 14 empresas de la zona; acusan que existe un intento soterrado de privatizar Codelco e insisten en que la inyección de US$54 millones basta para modernizar la tecnología de la fundición en materia medioambiental.
Sin embargo, algunas voces plantean que no existe forma de que, con las instalaciones actuales de la Fundición Ventanas se logre mejorar el estándar, puesto que aún cuando la empresa cumple con la regulación vigente por emanación de dióxido de azufre, el paso real debe estar orientado a cumplir con estándares internacionales, que son mucho más exigentes.
Así, el anuncio de cierre desató una crisis ineludible entre los trabajadores que se oponen, pero además abre dudas sobre el destino de las labores productivas de la propia fundición y el destino de la misma. ¿Dónde se puede instalar?, ¿Cuánto cuesta una nueva fundición?, ¿Cómo se reordena el proceso productivo? No son preguntas sencillas, puesto que involucran una multiplicidad de dimensiones, entre ellas, lo que más se ha buscado salvaguardar: la salud de la población.
Rechazo a una nueva fundición en Ventanas
Aunque construir una nueva fundición en Ventanas es técnicamente viable, hay una serie de externalidades negativas asociadas. Gustavo Lagos, académico de la PUC y experto en minería, plantea que la dificultad radica en el rechazo que aquello tendría en una población cansada de convivir con estas empresas y la pérdida de la credibilidad que ha generado la crisis medioambiental que se arrastra por décadas.
“Se podría hacer en Ventanas, sin duda. Se podría desmantelar la fundición y hacer una nueva. Pero resulta que hay mucha gente en Quintero y Puchuncaví que se va a oponer a eso, porque no quieren más empresas contamintantes y no van a creer jamás que esa nueva empresa no va a contaminar”, planteó el académico a EmolTV.
Por otro lado, hay que considerar las características que debería tener una nueva fundición. Según el experto, se debe pensar en una planta más grande, puesto que volver a construir una de las características de Ventanas “no es económicamente rentable”.
En la misma línea, el ex ministro del Medio Ambiente, Marcelo Mena, sostiene a este medio que Ventanas no es opción. “Hoy hemos visto cómo los trabajadores vociferan su oposición, pero detrás de ellos hay muchas más personas que están en contra de que la planta continúe operando en ese lugar. Además, sería muy complejo pensar en ello con una nueva evaluación de impacto ambiental”.
¿Persistir en la región de Valparaíso?
Aunque la opción específica de Ventanas parece descartada, hay quienes apuntan a que la planta debiera mantenerse en la región de Valparaíso. Francisco Rivas, director de la carrera de Ingeniería en Minas de la Universidad de Talca, recuerda que las siete fundiciones que existen en Chile (cinco estatales y dos privadas) están ubicadas desde Calama hasta O’Higgins, todas cercanas a yacimientos mineros.
En la zona específica de Quintero-Puchuncaví, “la fundición ventanas es abastecida por grandes mineras y también por pequeños mineros principalmente de la quinta y sexta región, que venden sus concentrados a esta planta”.
En base a esto, a su juicio el lugar para construir una nueva fundición debe ubicarse en la misma región de Valparaíso “pues en la zona existen estas grandes mineras y un sinnúmero de pequeños productores que dependen de esta fundición para sobrevivir”.
Sin embargo, concuerda con las voces que creen que una nueva planta debe estar lejos de la llamada “zona de sacrificio”, pues de lo contrario, “Codelco seguirá estando en el ojo del huracán cuando ocurran episodios de intoxicaciones o emergencias ambientales. No es justo sobresaturar una zona con industrias, tanto por el impacto en la población como en el entorno medioambiental”, sostiene.
Además, afirma que se debe considerar la infraestructura vial o ferroviaria para trasladar las materias primas -tanto los concentrados como los productos finales de la fundición- “que, de todas formas, tendrán que ser transportados hasta la refinería en Ventanas para su tratamiento final”, subraya.
El norte como alternativa
Una de las alternativas que más suena es que la fundición nueva se emplace en Atacama o en Antofagasta. “Allí hay suficientes concentrados para abastecer una fundición de gran tamaño, pero también hay que arreglar otras cosas, como el transporte marítimo de concentrados entre un puerto y otro”, planteó Lagos.
El ex ministro Menatambién apunta al norte de país, manteniendo la cautela de que no haya mucha población expuesta en la zona. “En ese contexto yo pensaría en Chuquicamata. Es decir, pensar en una gran fundición que reemplace la actual y que tenga menos emisiones al final del día. En el fondo, reemplazas la fundición de Chuquicamata y la de ventanas y haces una planta más limpia”, afirma.
Otra opción, dice la ex autoridad es pensar que la planta de Paipote es otra de las más contaminantes, por lo tanto después de la discusión de Ventanas, el foco debe estar hacia allá. En ese caso, otra opción sería “sumar Paipote y Ventanas y relocalizarlas en algún lugar, como cerca de Salvador, donde ya fue desplazada la población”.
En la misma línea, Diego Hernández, presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), cree que si se decide construir una nueva fundición ésta debería emplazarse “en la costa, cerca de un puerto, o se tendría que construir un puerto para la recepción de concentrados y despacho de cátodos. Debería, asimismo, construirse en el norte, porque veo difícil que haya disposición en las comunidades en la zona central para construir una”.
Plazos y costos asociados
Al igual que Lagos, el presidente de Sonami también sostiene que instalación nueva debe tener una mayor capacidad de que actualmente tiene la fundición Ventanas. Esto implica pensar en más de un millón de concentrados al año, “y eso tendría un costo superior a los mil millones de dólares”, recalca.
Además, advierte que considerar la construcción de una nueva fundición tomará un periodo “entre 5 a 7 años”, por lo que si se cierra Ventanas y en el corto plazo no se construye una nueva fundición, “el concentrado que se fundía en Ventanas tendrá procesarse en el exterior, por cuanto Chile no cuenta con capacidad de fundición disponible“.
El otro punto en cuestión, aclara, “es que habrá menor disposición de ácido sulfúrico, que hoy está a precios muy altos, y eso provocará presión sobre la pequeña y mediana minería, y también sobre las grandes empresas mineras que utilizan ácido. Cabe consignar que Ventanas tiene una capacidad anual de producción de 420.000 toneladas en su fundición, 400.000 toneladas en su refinería y 360.000 toneladas de ácido sulfúrico”, remarcó.
De todas formas, Mena recuerda que sobre la mesa ya existe una propuesta de la Empresa Nacional de Minería (Enami) para implementar una nueva fundición que requeriría una inversión entre los US$700 millones y US$1.000 millones. La idea de levantar una nueva planta adyacente a la actual Hernán Videla Lira (conocida como Paipote), había quedado paralizada en 2017.
Sin embargo, a fines de mayo, el vicepresidente de Enami, Jaime Pérez de Arce, afirmó al Diario Financiero que la intención es retomar el proyecto. “Necesitamos no menos minería, necesitamos más minería, pero minería más moderna, más sustentable, más amigable con el medio ambiente. Eso es lo que trae esta nueva fundición en Atacama que está proyectada”, subrayó.
Fuente: Emol