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Cierre del caso Silala: Ex cancilleres establecen seguridad y migración ilegal como los próximos desafíos con Bolivia

Los ex secretarios de Estado coincidieron en que un mejor resguardo de la frontera común debe ser prioridad para las relaciones con el país vecino. Asimismo, aún ven lejana la posibilidad de restablecer relaciones diplomáticas.

Este jueves, la Corte Internacional de Justicia de La Haya dio a conocer su sentencia sobre el caso que enfrentó a Chile contra Bolivia por el uso de las aguas del rio Silala, en la cual dio un contundente respaldo a la postura de nuestro país, el cual solicitó que se declarara el uso internacional del cauce que corre a través de la Región de Antofagasta.

Con ello, se cerró otro capítulo complejo en la relación con La Paz, la cual ha estado marcada en el último lustro por los constantes reclamos por soberanía ejecutados desde la nación vecina, que incluyeron una fallida demanda de acceso al mar que también fue rechazada por el mismo tribunal en 2018.

En ese contexto, tras el fallo de esta jornada, se abre una nueva etapa en la cual según comentaron cinco ex cancilleres a Emol, Chile debiera apuntar a construir un vínculo bilateral pragmático, con foco en el intercambio cultural, comercial y sobre todo de seguridad, considerando la crisis migratoria que se vive en la frontera común.

Al respecto, el ex ministro de RR.EE. durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet, Heraldo Muñoz, quien tuvo la tarea de presentar la demanda que hoy zanjó el tribunal y que fue la primera en la historia chilena, comentó que “el fallo debiera permitir dejar atrás las controversias en la Corte Internacional de Justicia de La Haya”.

En esa línea, subrayó que a partir de ahora “debiéramos retomar la agenda de futuro, centrándonos en los desafíos de la integración económica, la cooperación policial en materia de contrabando, narcotráfico y migración irregular, mejoramiento de la infraestructura, turismo y cultura, y tantos otros retos de interés común”.

Una mirada similar planteó el ex canciller durante el periodo presidencial de Ricardo Lagos, Ignacio Walker, quien manifestó a este medio la importancia de que ambos países retomen el diálogo que se estableció a inicios de este siglo y que se vio interrumpido por la reactivación de la aspiración marítima en Bolivia.

“Se debe retomar la agenda sin exclusiones de Algarve, Portugal, en 1999, y la agenda que habíamos fijado en los años 2000, tendientes a una efectiva integración en todos los planos: Comercio, inversiones, pasos fronterizos, cultura, educación, en el entendido que no hay nada más que discutir en materias de fronteras y límites”.

En tanto, el ex titular de RR.EE. durante el primer mandato de Sebastián Piñera, Alfredo Moreno, destacó que el fallo de hoy “hay que verlo en el contexto de la relación global entre los dos países. Bolivia, por razones políticas internas y sin ninguna base jurídica, decidió que estuviera supeditada a su reclamo de un acceso soberano al mar”.

“El litigio por las aguas del Silala nunca debió existir, pues es muy claro que es un río internacional y que debe compartirse según las reglas del derecho internacional. Pero Bolivia activó este conflicto como parte de su estrategia general de confrontación con Chile, obligando a nuestro país a acudir a la Haya”, recordó.

En ese sentido, indicó que ahora “se eliminaron los supuestos conflictos pendientes y quedó demostrada la enorme equivocación del camino recorrido por nuestro vecino”, recalcando que “el futuro de la relación dependerá de si Bolivia asume las lecciones de sus acciones y toma el camino de la colaboración, donde ambos países pueden obtener importantes beneficios”.

Una relación pragmática

Una mirada complementaria planteó el ex canciller del segundo gobierno de Piñera, Teodoro Ribera, quien destacó que “a Chile le interesa contar con una Bolivia estable, democrática y en crecimiento, pues compartimos una frontera de más de 800 kilómetros, que es la distancia que hay entre Santiago y Osorno”.

“Poder relacionarse con Bolivia sobre la base de pragmatismo y beneficios recíprocos es relevante para Bolivia y para Chile. Nosotros necesitamos generar confianzas con Bolivia sobre la base del respeto a los DD.HH. para resguardar mejor nuestras fronteras ante la inmigración ilegal y también la presencia del narcotráfico”, afirmó.

Quien también planteó su punto de vista al respecto fue la ex ministra de RR.EE. de Lagos, Soledad Alvear, quien expresó que “hay que dejar un tiempo a Bolivia a que asuma el fallo, porque este tipo de cosas genera expectativas y si en Chile estamos contentos, en Bolivia no lo deben estar, naturalmente”.

“Ahora, habiendo superado los dos juicios de La Haya, creo que sería el tiempo de empezar a dialogar con Bolivia en temas relativos a cooperación en diversos ámbitos, partiendo por la preocupación mutua por la delincuencia, los delitos transnacionales y cooperación en educación, cultura, economía, migración”, indicó.

Asimismo, sobre la posibilidad de que a partir de ahora se pueda retomar el diálogo con miras al restablecimiento de las relaciones diplomáticas, Ribera advirtió que ese camino aparece más lejano, toda vez que la decisión de La Paz de suspender los nexos mutuos responden a una política que ha permanecido inalterable por décadas.

“La ruptura de las relaciones diplomáticas con Chile en los años ’60, con motivo del uso por parte de Chile de las aguas del rio Lauca, y luego la segunda ruptura como fin del proceso de negociación de un corredor para Bolivia, obedece a la denominada doctrina Fellman, que fue el canciller que rompió por primera vez las relaciones”, sostuvo.

En esa línea, explicó que “le atribuyen a la ruptura de relaciones una forma de castigar a Chile por su comportamiento. Por tanto, en esta materia, más que anticipar el reinicio o no de relaciones diplomáticas, lo que debe realizarse es por parte de Chile tener claros los objetivos de Chile para estrechar sus relaciones con Bolivia”.

“Tenemos que dejar de lado todo romanticismo y valorar profundamente nuestras fortalezas y plantear nuestras debilidades para sobre esa base poder generar una relación estable y de largo aliento con Bolivia”, añadió, junto con detallar los puntos centrales que deben ser prioridad para nuestro país.

A su juicio, “para Chile, el tema de la seguridad es de creciente demanda interna, para lo cual requiere ciertas condiciones internacionales y esas condiciones son un país estable, democrático, en crecimiento, donde sus policías funcionen adecuadamente y que sea impermeable ante la penetración del narcotráfico”.

Para Muñoz, el tema del restablecimiento “no se debe poner al inicio, pues sería contraproducente en cuanto a que en Bolivia surgirían presiones para reponer como precondición la aspiración marítima. Las relaciones diplomáticas debieran ser el resultado obvio de un proceso gradual y sostenido de avances en los lazos bilaterales”.

Otro elemento que desalienta esas opciones lo aportó Walker, quien advirtió que “fue Bolivia la que rompió relaciones en 1961. Han transcurrido 61 años y salvo el breve interregno de 1975-1978, no hemos tenido relaciones diplomáticas. A modo de comparación, EE.UU. y la URSS jamás rompieron relaciones en plena Guerra Fría”.

Una mirada más optimista planteó Alvear, quien aseguró que para apuntar a la normalización de las relaciones entre ambos países “hay que iniciar un proceso de dialogo y generación de confianza que tiene que ver con la cancillería”, pero que también depende de la sociedad civil.

“Se deben generar encuentros de empresarios, periodistas, académicos, personas del mundo de la cultura de Chile y Bolivia, para ir estableciendo lazos de cooperación y que no sea solo una decisión de la cancillería si es que la toma, sino que también sea comprendida por la ciudadanía“, concluyó.

Fuente: Emol

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