Colo Colo se jugaba uno de los partidos más importantes de su historia. Esta vez no estaba en disputa un título o una clasificación en Copa Libertadores. Todo lo contrario. Los albos se medían con la Universidad de Concepción para evitar descender por primera vez. Si perdía, no había otra oportunidad. Se palpaba la angustia en los rostros de los jugadores. Pero el equipo de Gustavo Quinteros respondió. Lo ganó 1-0 en el Fiscal de Talca con un golazo de Pablo Solari.
El escenario lucía lúgubre. En la última fecha contra O’Higgins, el “Cacique” se estaba salvando, pero se lo empataron en los descuentos y por diferencia de goles tuvo que ir a la promoción. Los propios referentes del club pensaban que el golpe psicológico había sido demasiado. Nunca en sus 95 años el elenco popular había estado en un escenario similar.
Gustavo Quinteros sufrió cada minuto al borde del campo. Lo mismo que los referentes Julio Barroso, Esteban Paredes, Jorge Valdivia y Matías Fernández. Ninguno de ellos, por distintas razones, pudo jugar hoy. La salvación vino de la mano de un juvenil argentino de 19 años que llegó sin ningún minuto en el profesionalismo.
La imagen de Paredes llorando retrata el sentir de un camarín atormentado. Colo Colo esquivó un balazo. Sigue siendo el único equipo que no ha descendido en el fútbol chileno.
El partido estuvo lleno de fricciones, de tensión y de nervios. La diferencia la hizo Solari. Recibió por la derecha, se sacó a dos de encima y cuando todos esperaban el centro definió con un potente remate a los 19′.
El “Cacique” no se animaba a liquidarlo y el “Campanil” no tenía ideas para hacer daño. La emoción se reservó para el final. Brayan Cortés evitó con el pie el empate de Cecilio Waterman y en la jugada siguiente el palo le negó el segundo a Solari.
Los minutos corrieron lento sobre el final. Había poco fútbol, pero mucho miedo de ambos lados. Colo Colo zafó. Pero sabe que debe mejorar. Debe tomar muchas decisiones para que no ocurra otro papelón como el esta campaña.
Fuente: Emol.com
