La crisis como concepto tiene su origen en el término griego KRISIS, que significa separar, dividir, o que se rompe o quiebra algo. De ahí que se utiliza este concepto para hablar de la crisis de la mediana edad, entendida como el momento en que una persona toma verdadera consciencia de que está transitando hacia el último tramo de la vida y la juventud ya es cosa del pasado.
Según explica el psiquiatra de Clínica Las Condes, Dr. Robert Valiente, la crisis de la mitad de la vida “es probablemente la más compleja de todas las que se pueden presentar. Considerando que sucede entre los 40 a los 55 años, en ambos sexos, quienes sienten haber alcanzado un punto no solo de inflexión y cambios, como se suele interpretar al llegar a la niñez o la adolescencia, sino como un campanazo de alerta sobre la proximidad del fin de sus existencias. En gran parte de los casos, quienes sufren de esta crisis son profesionales, padres de familia o sujetos con una gran carga de responsabilidades”, sostiene el especialista.
Quienes atraviesa por esta crisis, suelen plantearse la misma pregunta: ¿Qué hacer ahora? De allí se derivan varios cuestionamientos, por ejemplo, si se ha vivido la vida propia como se debe, si ha valido la pena, qué tantas experiencias valiosas se han vivido, y por sobre todo, si la persona se ha desarrollado así misma. Esta incertidumbre es lo que caracteriza a esta crisis, la persona no tiene claridad de cómo afrontar estas preguntas que le surgen, cae presa del miedo y angustia. Es ahí donde hay que estar alertas a las señales que podrían ser indicador de un trastorno del ánimo que requiera apoyo profesional.
Crisis en los hombres
Existen ciertos rasgos más comunes en el género masculino que evidencian la llamada crisis de la mediana edad, como cambiar completamente de actividades laborales, contraer relaciones extramaritales o románticas paralelas a la sostenida con la pareja actual, entablar un vínculo más cercano con sus hijos (o hermanos menores, hasta sobrinos), llegando inclusoa cambiar de proyecto de vida por otro completamente contradictorio con el que se venía practicando.
“La necesidad de sentir la emoción de la vida antes de que les esfume, los empuja a tomar estas y otras decisiones con respecto a sus comportamientos y practicas previas. Por la necesidad de aprovechar el tiempo para hacer todo aquello no realizado por dedicarse a otros intereses”, explica el doctor Valiente.
Crisis en las mujeres
La gran cercanía de esta crisis con la menopausia suele vincularse como gatillante en el caso del género femenino. Sin embargo, el climaterio no necesariamente está relacionado con la sensación de crisis producto de la mediana edad. Según explica el Dr. Robert Valiente, más bien tiene que ver con “asimilar el final de la etapa reproductiva, profesional y hasta sentimental para las mujeres. Esto genera varias consecuencias biológicas en términos de dejar de sentirse útiles o plenas, más si son madres que están pasando por el periodo en que los hijos se independizan, se casan o, en otros casos, se produce una ruptura de una relación sentimental (sea marital o no). La presión que sienten en términos intra-personales puede llegar a ser avasalladora y llegar a extremos nocivos(celos o rencor hacia su pareja o las parejas de sus hijos), tanto para quien vive la crisis, como para los integrantes de sus núcleos familiares.”
Síntomas
El trastorno del ánimo más característico de esta crisis de la mediana edad suele ser la depresión. Lo más común es el bajo ánimo en la realización de las actividades diarias, angustia o, por el contrario, presentándose en algunos casos trastornos caracteriales, en los que se da una metamorfosis tanto en hombres como mujeres. Esto significa que empiezan a comportarse y vivir como si retrocedieran a la juventud tomando actitudes incluso más arriesgadas para su edad.
Dependiendo de la personalidad, los síntomas varían desde:
- Nerviosismo e irritabilidad.
- Frustración.
- Cambios en el humor.
- Pérdida de autoestima.
- Falta de interés generalizada.
Y en otros casos contrarios se puede manifestar como:
- Salir más por las noches.
- Hacerse tratamientos y operaciones estéticas.
- Tener tendencia a cometer una infidelidad.
- Gastarse el dinero en lujos o caprichos.
- Querer hacer realidad fantasías y sueños que antes eran impensados.
El psiquiatra Robert Valiente explica que “la identificación oportuna de algunos de estos síntomas percibidos por el paciente o personas cercanas al mismo (pareja, hijos, familiares u otros), permiten consultar a tiempo a un profesional en salud mental , con la finalidad de realizar un diagnóstico oportuno y establecer el tratamiento indicado en este tipo de patología que afectan a un porcentaje importante de la población adulta”, concluye el especialista.
FUENTE Equipo de Comunicaciones CLC