Cristal Campillay Alarcón, académica de Terapia Ocupacional UNAB sede Viña del Mar
Cuidar de sí misma y de otros es sin duda una de las ocupaciones más significativas en la vida de una persona, más aún en el caso de las mujeres adultas a quienes sistemáticamente se les sigue asignando roles y funciones determinadas por la cultura y la sociedad, donde el cuidado de otros, sean niños o niñas, personas mayores o con algún grado de dependencia, es una responsabilidad por excelencia.
Roles que muchas veces, traen consigo un cansancio y malestar importante que, al irse acumulando en los años, causa el descuido, el deterioro y finalmente la enfermedad en muchos casos. Problemas de diversa índole que van apareciendo, entre las que encontramos las denominadas enfermedades o problemas de salud mental. Situación que cómo es sabido afecta a una gran parte de la población mundial y que se vio aumentada posterior a la pandemia del Covid-19.
Como profesionales de la salud y el bienestar, creemos que es vital el sostener un gran compromiso como agentes de cambio y trasformación social, creando alternativas de acompañamiento y apoyo para las mujeres que han visto afectado su bienestar general. La integración, por ejemplo, de alternativas tecnológicas en la atención en línea, permite dar garantías en salud y derechos para promover y promocionar la salud mental y comunitaria de calidad centrada en las propias necesidades de cada una de las personas.
Un ejemplo clave, ha sido el desarrollo de proyectos al alcance de todas, donde con tan sólo un clic en nuestro teléfono celular o el computador podemos encontrarnos con profesionales a nuestra disposición y también con otras mujeres, con los mismos dilemas, pero con distintas y variadas soluciones, que nos escuchan, nos sonríen, nos permiten expresarnos y sentirnos acompañadas.
Instancias de bienestar y alegría que nos permiten sentir que lo que vivo es importante y que es legítima mi queja, que es sin duda el primer paso, para luego sentirnos parte de un lugar donde podemos desarrollar nuestras capacidades y habilidades para sostenernos en la vida. Desarrollar habilidades para afrontar mis problemas, conectar con mis emociones y expresarnos con libertad en un espacio seguro y respetuoso.
Espacios como estos, con una propuesta de mayor cercanía y menos jerarquías con las personas participantes, también nos demuestran a los y las profesionales que advertir un problema y luego hacernos parte de él, también nos hará parte de la solución, haciendo promoción de salud desde la escucha de las personas y con ellas como protagonistas y voces expertas por experiencia.
En estas fechas, donde ponemos el acento en la reivindicación de los derechos de las mujeres, sostenemos nuestro compromiso con el cuidado para que todas las personas y de manera especial las mujeres que confían en nosotras y a quienes tenemos el honor de escuchar, puedan ser Cuidadas.