Sergio Massa revirtió las encuestas el pasado domingo en Argentina, imponiéndose por casi siete puntos al libertario Javier Milei en la primera vuelta presidencial.
Desde este lado de los Andes quedan más preguntas que respuestas. ¿Cómo un ministro de Economía aspira a la Casa Rosada con un 130% de inflación? Lo cierto es que el peronista corre con ventaja para colgarse la banda bicolor, lo que daría un respiro al gobierno chileno.
Durante sus 19 meses de gestión, Gabriel Boric ha cultivado una estrecha relación con su par Alberto Fernández, la que podría heredar el candidato oficialista. Sin embargo, ciertas voces advierten que este traspaso no sería instantáneo.
En el extremo opuesto a Massa se encuentra un diputado rupturista, cuyo aire revolucionario incluso se refleja en su cabello… y su vocabulario. No son pocos los videos que circulan en donde Milei utiliza un lenguaje incendiario para explicar su modelo económico y social.
Gilberto Aranda, académico del Instituto de Estudios Internacionales (IEI) de la Universidad de Chile, sostiene que “uno podría esperar una relación no fácil” entre las administraciones de Chile y Argentina ante su eventual triunfo.
“Con esto no quiero decir que se siente una lógica de contienda o confrontación absoluta, pero habrá una perspectiva diferente para encarar diversas cuestiones”, agrega.
Pero este es sólo el telón de fondo, ya que uno de los aspectos prácticos que deberá definir Boric es el nombre del nuevo embajador en Argentina. Tras la renuncia de Bárbara Figueroa (PC), surgen interrogantes como el partido o la experiencia diplomática que debe tener su reemplazante.
Por ahora, la decisión se postergaría hasta después del 19 de noviembre para medir el termómetro político que tendrá el país vecino por los próximos cuatro años.
Sergio Massa, un tipo más predecible
Un mes después de arribar a La Moneda, el presidente Gabriel Boric emprendió su primera visita oficial a Argentina para conmemorar los 202 años del Abrazo de Maipú. Lo que el flamante mandatario no sabía era que cumpliría un sueño de niño.
Una de sus primeras paradas fue el Congreso de la Nación, donde cumplió con el protocolo de firmar el Libro de Honor. Cuando se encontraba redactando agachado, el entonces diputado Sergio Massa le soltó un par de palabras que lo hicieron erguirse nuevamente en menos de un segundo.
Massa: Mañana vas a ver a un gran amigo mío.
Boric: ¿A quién?
Massa: A Pipo Gorosito.
Boric: No me digas, ¿en serio lo conoces?
Massa: Sí, claro. Es muy amigo mío. Pipo fue el técnico que sacó campeón al equipo de mi ciudad. Anoche vino a la cancha conmigo y me dijo que mañana te veía.
Boric: No te imaginas los recuerdos que tengo de él.
Massa: Yo le dije que te tiene que buscar una camiseta.
El jefe de Estado chileno es un reconocido hincha de Universidad Católica y Néstor “Pipo” Gorosito, figura del club durante los períodos 1994-1995 y 1999-2001, integra la lista de sus grandes ídolos de infancia.
Así fue el primer cara a cara entre Boric y Massa, quienes podrían seguir compartiendo en otras instancias si es que el candidato de Unión por la Patria logra superar a Javier Milei en el balotaje.
Expertos aseguran que los lazos entre ambos países no se limitan a los gobiernos de turno, pero podría existir una mayor comodidad de Boric y su equipo al ver el bastón presidencial en manos del ministro de Economía argentino.
“En el caso de Massa, las relaciones se van a mantener en el mismo nivel que han tenido. Pero todo depende del candidato y no sólo del programa, porque los programas poca importancia tienen a la hora de elegir en Argentina”, señala Samuel Fernández, analista internacional de la Universidad Central.
Quien también valora un posible arribo del abogado a la Casa Rosada es el diputado Tomás De Rementería (PS), presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara. “Sabemos a qué nos atenemos y cuál ha sido su historia, por lo que es un tipo más predecible”, destaca.
Con todo, habría que aguardar un par de meses para evaluar si la proximidad entre Gabriel Boric y Alberto Fernández se transmite a una administración de Sergio Massa. Si bien es peronista, no han pasado inadvertidas sus discrepancias con Cristina Fernández duranta la última década.
El “hijo pródigo” de Néstor Kirchner arremetió contra la vicepresidenta argentina en diversas instancias, lo que terminó con una senda propia para competir en las parlamentarias de 2013 y presidenciales de 2015. Por ello, incluso fue tildado de “traidor” por la línea kirchnerista.
No obstante, en 2019 retomó la alianza con la exmandataria para impulsar la candidatura de Alberto, a quien espera suceder. De acuerdo al analista Gilberto Aranda, la relación entre Boric y Fernández sería “una continuidad con algunos matices” si Massa triunfa en las urnas en noviembre.
“Dentro del peronismo, la línea de Massa es distinta a la de Alberto Fernández y de los Kirchner. Uno pensaría que está dentro de la lógica más histórica, donde el tema económico va a tener un fuerte impulso”, advierte.
Ni amistad ni coincidencias con Javier Milei
Al igual que Sergio Massa, el ultraliberal Javier Milei le dedicó un par de minutos al presidente Gabriel Boric durante su visita a Chile… pero no con la misma intención.
“Así como esperamos sacar a la plaga kirchnerista, en realidad a toda la plaga socialista que azota a Argentina por más de cien años, espero que ustedes tengan la dicha y la altura para poder sacarse a este empobrecedor de Boric”, declaró a Meganoticias en julio pasado.
Aquella frase le valió un llamado de atención del canciller Alberto Van Klaveren, quien le pidió restringir su campaña al otro lado de la cordillera y “que observe un respeto mínimo hacia nuestras autoridades y a nuestras instituciones”.
Pero este estilo provocador no es nuevo en el economista. Hace más de una década irrumpió en la escena pública con entrevistas y columnas que destrozaban la gestión de los Kirchner, empleando un léxico que incluía términos propios de su país como “chorros” o “soretes”.
Tras pisar el Congreso en 2021, ahora planea concretar una serie de medidas revolucionarias desde el Ejecutivo: dolarizar la economía, hacer “estallar” el Banco Central, recortar a ocho el número de ministerios y limitar progresivamente los fondos para un conjunto de planes sociales.
Según la parlamentaria chilena Ximena Ossandón (RN), integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara, las relaciones con Argentina “no han variado sustancialmente dependiendo del presidente de turno. Recordemos que con Macri no existió un cambio relevante”.
Aunque el analista Samuel Fernández concuerda con esta tesis, recalca que “con Milei se supone que habrá una relación un poco más oficial, más de necesidad. Amistad estrecha y coincidencias no hay. Va a operar el profesionalismo y la relación tradicional que se tiene”.
Asimismo, plantea que los insultos a Boric y a sus rivales en la primera vuelta fueron una estrategia de campaña, ya que debía atraer la atención de una manera disruptiva.
“Lo consiguió en las PASO, pero no lo ha conseguido ahora por mantener ese discurso que es de campaña y no de gobierno. No se asentó en la postura de un eventual futuro gobernante. Tiene que recomponerse entrando en arreglos y con una postura menos estridente”, agrega el especialista.
Aparte de la diplomacia, algunos personeros políticos alertan que un arribo de Javier Milei a la Presidencia podría arrastrar modificaciones prácticas en comercio, desarrollo, agricultura, pasos fronterizos, integración regional y otras áreas de interés para ambos países.
Ahora bien, este aspecto parece no irritar a José Antonio Kast, excandidato presidencial del Partido Republicano, quien se ha mostrado como uno de los políticos chilenos más cercanos al líder de La Libertad Avanza. Eso sí, optó por guardar silencio tras la victoria de Massa el pasado domingo.
El ajedrez por nuevo embajador en Argentina
Con el tablero ya dispuesto en Argentina, ahora el gobierno de Gabriel Boric deberá mover sus piezas desde Chile para cimentar las relaciones con la nueva administración.
La exembajadora Bárbara Figueroa renunció en septiembre a su cargo para asumir como secretaria general del Partido Comunista y, según confirman fuentes de Cancillería a BioBioChile, su reemplazante será anunciado tras la segunda vuelta presidencial.
Esta decisión no es al azar, sino que se busca tantear el terreno político que dejará la investidura de Sergio Massa o Javier Milei. El nombre del nuevo representante chileno podría variar dependiendo del resultado, ya que existen más posibilidades de que obtenga el beneplácito del ganador.
Conocido es el caso de Sebastián Depolo (RD) en Brasil, quien fue nombrado embajador en marzo de 2022 y sólo pudo entregar sus credenciales en enero de 2023. El expresidente Jair Bolsonaro nunca le dio su aprobación, motivado principalmente por las críticas que le dedicó el sociólogo en Twitter.
“Un embajador tiene que ser nombrado de manera cuidadosa. Que no haya estado allá con problemas o que no haya dicho locuras, porque naturalmente lo van a recibir pésimo o no va a tener una buena relación”, detalla Samuel Fernández sobre el perfil que debe tener esta autoridad.
Por su parte, Gilberto Aranda indica que “la cautela es una muy buena señal. Me parece que la tiene más fácil Massa, pero no está decidido y podríamos tener una sorpresa. Esperar tres semanas más no es demasiado plazo y puede ser positivo tomar una decisión como esa a posteriori”.
Otra arista que está sobre la mesa es si los partidos se quedarán nuevamente con la Embajada en Argentina o se privilegiará a un diplomático de carrera. Tras ser consultados, desde Presidencia se limitaron a decir que la decisión será informada a través de Cancillería cuando se defina.
Una señal importante fue entregada este jueves, cuando el Ministerio de Relaciones Exteriores dio a conocer que cuatro expertos en diplomacia asumirían como embajadores en Tailandia, Marruecos, Honduras e Indonesia.
Para el diputado Tomás De Rementería, este tipo de nombramientos “responden a las necesidades de la política exterior y no a cupos partidarios. El PC puede tener la aspiración legítima de mantener ese cupo, pero el escenario y el perfil de nombres pueden ser distintos”.
En la misma línea, su colega Ximena Ossandón afirma que “las relaciones exteriores muchas veces están llenas de sutilezas y hay que evitar cualquier tipo de problema. Las embajadas no deben ser nunca cupos políticos o se debería tratar de que no fuera así”.
Fuente: BioBioChile