Según los investigadores, amplifica un ejército de células asesinas, que luego pueden eliminar las células infectadas por la malaria.
Investigadores australianos han descubierto un “ingrediente secreto” que podría ser la base de una vacuna eficaz contra la malariay que podría ser un paso importante para encontrar un remedio contra el coronavirus.
La malaria o paludismo afectó a más de 228 millones de personas en todo el mundo en 2018 y mató a más de 405.000, la mayoría de ellos niños menores de cinco años, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Afecta, principalmente, al África subsahariana, el Sudeste Asiático y el Pacífico. La enfermedad se transmite por la picadura de mosquitos que están infectados con parásitos. Una vez que una persona es picada por el mosquito, la infección viaja al hígado antes de entrar en el torrente sanguíneo y causar estragos en el cuerpo.
La investigación, publicada en la revista científica ‘Cell & Host Microbe‘, se llevó a cabo en ratones y descubrió una manera de evitar que la malaria progrese desde el hígado, según señala a ABC News Irina Caminschi, coautora y profesora asociada del Monash Biomedicine Discovery Institute (Australia). “Nuestra vacuna amplifica un ejército de células asesinas, que luego pueden eliminar las células infectadas por la malaria. Así que es un enfoque muy diferente. Y es extremadamente eficaz”. Otras vacunas funcionan provocando respuestas de anticuerpos. “Hemos identificado una proteína que es fácilmente detectable por el sistema inmunitario. Y podemos usar esa proteína para ‘educar’ al sistema inmunitario y decirle que se trata de una proteína de malaria y es necesario destruirla”, explica.
Estrategia para el coronavirus
Los investigadores han estado probando esta estrategia con ratones y los resultados son más que prometedores. “Los ratones son muy difíciles de proteger contra la malaria, por lo que el hecho de estar obteniendo buena protección tras la vacunación es realmente bueno, realmente prometedor”, añade Daniel Fernández-Ruiz, investigador postdoctoral del Instituto Peter Doherty de la Universidad de Melbourne. “Si somos capaces de proteger a los ratones contra la malaria con esta vacuna, algún día deberíamos ser capaces de proteger a los seres humanos con una vacuna similar, pero hay mucho trabajo que tenemos que hacer para poder traducir esto en seres humanos”, apunta.
“Si somos capaces de proteger a los ratones contra la malaria con esta vacuna, algún día deberíamos ser capaces de proteger a los seres humanos con una vacuna similar”
Caminschi explica que una extensión del trabajo en la malaria con el hígado podría tener una aplicación potencial para la investigación en la lucha contra el nuevo coronavirus, un proyecto que planea abordar a continuación. “El Covid-19 golpea a los pulmones muy, muy fuerte. Y nuestra estrategia de vacunación es realmente muy flexible”, señala. “Con algunos trucos, podemos crear inmunidad protectora en el pulmón. Así que podemos usar esta estrategia para crear células asesinas que estén listas y esperando algo como un coronavirus que pueda infectar el pulmón y eliminarlo antes de que realmente se afiance”.
Danielle Stanisic, líder asociada en investigación del Institute for Glycomics de la Universidad de Griffith (Australia), que ha pasado 20 años investigando la vacuna contra la malaria y que no ha participado en el estudio, indica que si la investigación pudiera replicarse en humanos, sería un desarrollo “muy emocionante”. “Han tenido mucha suerte de encontrar una proteína equivalente en el parásito de la malaria humana”, señala, añadiendo que la proteína se encontró en la especie de malaria Plasmodium falciparum, la más mortífera. Pero advierte que los científicos siempre tienen que ser cautelosos en comprobar si los estudios pueden dar resultados similares cuando se prueban en humanos. “Tienes que ser cauteloso con los estudios de roedores … Esta es una limitación de cualquier tipo de investigación, cuando pasas de un modelo animal al modelo humano, ¿va a funcionar igual?”.
El paso a los humanos, clave
Fernández-Ruiz explica que la investigación todavía está en sus primeras etapas, que tardará en traducirse en humanos, y que una posible vacuna humana necesitaría identificar muchos más antígenos, o fragmentos del parásito de la malaria, no sólo el de este estudio. “El otro punto importante a tener en cuenta, y esto es muy serio, es que el parásito está evolucionando para adquirir resistencia a los medicamentos“, concluye Caminschi.
Fuente: Elconfidencial.com