Por: Patricio Concha
Ingeniero Civil Industrial
Director Cámara Minera de Chile
Por años hemos hablado de la necesidad de poner la tecnología al servicio de las empresas, de las principales compañías productoras del país y de las personas. Para algunos con reticencia, para otros, sinónimo de pérdidas de empleo, etc.
Hoy quisiéramos que esto se hubiese desarrollado de mejor y mayor forma. Cuando estamos hablando de teletrabajo; de quedarse en casa. Otro aspecto a considerar es que hay que buscar la fórmula de que el país siga adelante, estos temas se hacen prioritarios… Sin embargo, sabemos que no todos cuentan con internet en sus casas; ni todas las empresas han automatizado sus procesos, por ello la productividad en tiempos de pandemia es bajísima.
Ejemplos en Chile y el mundo hay muchos. Empecemos por casa. Chile cuenta con call center que facilita la compra y venta de productos y servicios. En minería podemos hablar de camiones autónomos que no requieren conductores. Existen operaciones, principalmente de Codelco que están en Antofagasta, pero muchos de sus procesos se manejan desde Santiago; o el caso de la División Andina, que tiene su Centro Integrado de Operaciones en la ciudad de Los Andes.
También hemos sido testigos de las cajas de supermercados, algunas completamente independientes del manejo de personal y otros con control de productos autónomo pero con personal en caja. Aquí es importante comentar la iniciativa de Amazon Go, que adquirió 460 tiendas de Whole Food Market en EEUU, Canadá y Reino Unido en una operación de más de USD 13.700 millones (2017). Planea abrir 3.000 tiendas más.
El supermercado del futuro, con la aplicación de Inteligencia Artificial, termina con cajas, cajeros y colas. Con aplicación móvil, código QR y tarjeta que se activa al entrar simplifica la forma de comprar. Luego de muchas pruebas (2016) abrió en Seattle, Washington, el supermercado que simplificará el acto de comprar, donde solo es el cliente con las góndolas y sin intervención humana.
En cuanto al internet de las cosas, de lo que hemos venido hablando en las últimas décadas, se ha informado que en el año 2030 habrá dos o tres billones de objetos conectados que reunirán continuamente datos de todo tipo: medicina, construcción, carreteras, epidemias, etc. Para ello se necesita imperiosamente la 5G, donde el Estado debería ponerla en marcha lo más pronto posible junto con la fibra óptica Asia Pacífico, que conectará a Asia y Sudamérica por el Océano Pacífico con un recorrido será de 22 mil kilómetros e implica un gasto de US$600 millones.
Todo esto, podría ser puesto a disposición de la humanidad en estos momentos, donde la pandemia del Covid 19 nos tiene a todos en ascuas y cuarentena.
Esperamos que parte de las lecciones que se puedan sacar de esta crisis mundial apunte a desarrollar aún más la tecnología para ponerla a disposición de todos los sectores que son el motor de las economías mundiales y de un mayor resguardo de la salud de las personas.
“Cambiar el mundo, amigo Sancho, que no es locura no utopía, sino justicia”.