Cristián Fuentes V.
Académico escuela de Gobierno, U.Central
El sur global es un concepto que incluye al antiguo tercer mundo (naciones que se distinguían del primer mundo capitalista y del segundo mundo socialista en la época de la guerra fría) y a los actuales países en vías de desarrollo. También se refiere a aquellos Estados que comparten una historia colonial y una estructura socioeconómica con grandes desigualdades. Entre ellos podemos identificar a Brasil, la India, África, Medio Oriente, una parte de Asia y América Latina, los cuales representan una porción importante de la población y de la economía mundial. Sin embargo, la política exterior de Chile no contempla un diseño especial acerca del área a la cual pertenecemos, que tome en cuenta las múltiples oportunidades disponibles en el comercio, por ejemplo, para las Pymes, la cooperación en todas sus dimensiones y la concertación política en temas sensibles para nosotros.
Existe un prejuicio relacionado con que se trataría de la periferia pobre del planeta, lo cual es discutible pues sus necesidades y su poder adquisitivo coinciden con nuestra necesidad de exportar servicios y bienes con mayor valor agregado. También hablar de periferia es recordar la teoría de la dependencia cepaliana, donde prima una forma de vinculación entre las economías industrializadas y las que se dedican a producir commodities, visión que habría sido superada por el capitalismo globalizado. Pero, aunque ello fuera cierto, sigue presente la necesidad de implementar un modelo de desarrollo más complejo, capaz de aumentar el bienestar de la población, reducir la pobreza, cuidar el medioambiente y defender mejor nuestros intereses.
La generación de convergencias en variadas dimensiones del sistema internacional permite desplegar estrategias de no alineamiento activo que priorizan las demandas del mundo en vías de desarrollo, concentrando fuerzas que harían posible alcanzar metas que por sí solos los Estados con poco poder relativo no podríamos lograr. Una operación matemática simple da como resultado la conveniencia de un entorno multipolar, donde la hegemonía no está concentrada en unas pocas potencias. El sur global está aquí y urge incorporarlo a la política exterior de Chile.