La economía chilena acusó recibo del efecto de las medidas de aislamiento establecidas para contener la expansión del coronavirus, cuyo período más complejo fue entre abril y junio de este año.
Muestra de aquello es el informe de Cuentas Nacionales dado a conocer esta mañana por el Banco Central que da cuenta de una caída histórica de 14,1% del Producto Interno Bruto (PIB), al menos la peor desde que el instituto emisor tiene registros (1986).
“Este resultado se vio incidido por la emergencia sanitaria asociada al Covid-19, que influyó en la movilidad de las personas y el normal funcionamiento de establecimientos productivos. Las actividades mayormente afectadas fueron servicios personales, comercio, transporte, construcción, restaurantes y hoteles, industria manufacturera y servicios empresariales. Desde la perspectiva del gasto, estos efectos se reflejaron en un menor consumo de los hogares y en la inversión”, señaló el informe del ente autónomo.
La demanda interna se contrajo un 19,1% en el segundo trimestre, también su peor registro histórico, mientras que el consumo total cayó 20,2%, de la mano de los hogares (-22,4%) y en menor medida del gasto del gobierno (-11,5%).
La inversión, medida como formación bruta de capital fijo, cayó 15,1%, de la mano de construcción y otras obras (-17,4%) y las compras de maquinarias y equipos (-10,9%).
En contraste, el comercio con el resto del mundo aportó positivamente al resultado del PIB, registrando las exportaciones una contracción menor que las importaciones.
Respecto del comercio exterior de bienes y servicios, las exportaciones cayeron 2,8%, mientras que las importaciones lo hicieron en 21,4%. En las primeras, el resultado se explicó por el componente de servicios –en especial el turismo–, compensado en parte por un aumento de los envíos de bienes. Por su parte, en las importaciones la contracción obedeció tanto al componente de bienes como de servicios, destacando en el primero las menores internaciones de productos metálicos, maquinaria y equipos.
Actividad productiva
En la actividad productiva, la minería junto a los servicios financieros y administración fueron la excepción al evidenciar un crecimiento.
La primera creció 1,6%% principalmente por una mayor extracción de cobre y, en menor medida, de hierro. La actividad también observó cifras positivas respecto del trimestre anterior de acuerdo a cifras desestacionalizadas, eso sí el informe pone el acento en que su dinamismo fue menor que el del trimestre anterior.
La construcción se contrajo 20,4%, en donde la edificación fue la más dañada evidenciando en sus componentes habitacional y no habitacional retrocesos, como resultado de la paralización de obras en comunas con cuarentenas.
En menor medida las obras de ingeniería también se redujeron, principalmente por el aplazamiento de proyectos mineros que se encontraban en fase de ejecución.
El comerció, por su parte cayó 20,6%, con un deteriorio generalizado en el mayorista como en el minorista. No obstante aquello en este último, hubo un contrapeso con las ventas online que parcialmente lograron aminorar la magnitud del deterioro gracias a un “alza significativa” durante este período.
Los servicios personales se redujeron 27,9% mientras que los empresariales lo hicieron en 9,5% en el segundo trimestre. En los primeros destacó el menor servicio de educación asociado a la suspensión de clases presenciales. En tanto, los servicios empresariales cayeron por una menor actividad de servicios profesionales.
En línea con las advertencias que ha realizado el ente emisor desde que comenzarán las cuarentenas señaló en su informe que “ las cifras publicadas en esta oportunidad podrían estar sujetas a revisiones mayores que las registradas históricamente, las cuales serán difundidas de acuerdo al calendario de publicaciones y revisiones de Cuentas Nacionales disponible en la página web institucional”.
Fuente: df.cl