Símbolo nacional desde 1977, la especie hoy sufre por los efectos del cambio climático y el avance inmobiliario.
El copihue (lapageria rosea) es la flor más emblemática de Chile. El 24 de febrero de 1977 fue declarado oficialmente como la flor nacional, mediante el decreto 62 del Ministerio del Interior. Pese a su estatus, se sabe poco de su hábitat y, lo que es peor, de su estado de conservación.
Pese a la carencia de información, los investigadores estiman que el copihue hoy se encuentra en peligro de extinción, a pesar que desde 1971 un decreto la resguarda, prohibiendo que sea cortada, transportada y comercializada, lo que no ha impedido el declive de la especie.
Sin embargo, la flor ahora tiene un nuevo e impensado enemigo: la megasequía. Patricio Novoa, ingeniero forestal experto en botánica y miembro del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental de Conaf, Quinta Región, señala que “la población de copihue se ha visto reducida por la sequía y el cambio climático, además del proceso inmobiliario, que destruye poblaciones completas de copihues. Cuando aún no es flor, es difícil de reconocer, y arrasan con él. Es una especie que además, necesita agua y mucha humedad”.
Uno de los mayores especialistas de la especie y de su proceso de conservación es Eric Chait, especialista en el cuidado y cultivo de copihues y coautor del libro Copihue, manejo, características y uso, realizado en conjunto con el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), un documento de 165 páginas con todos los detalles del copihue en Chile. “Actualmente habita entre Valparaíso y Valdivia, aunque es muy escaso en la Quinta Región y tiene grandes posibilidades de desaparecer en los próximos años. En el sur, en Biobío y la Araucanía es más abundante, debido a la temperatura y humedad”.
Actualmente, existe un proyecto de conservación de la especie, con sede en el vivero Carlos Douglas (Yumbel, Región del Bío Bío), a cargo de la CMPC, con 800 plantas y una tasa de germinación de 80%. “Se cultiva una variedad de especies nativas, con el objetivo de contribuir a su conservación o uso sustentable, hace más de cinco años. Así se ha obtenido una gama de variedades de todos sus colores“, señala Juan Andrés Celhay, subgerente de producción de plantas de la Gerencia de Tecnología Silvícola de CMPC.
Para llevar a cabo el proceso de recuperación en el vivero Carlos Douglas, se obtuvieron plantas de copihue de las cordilleras de Los Andes, de la Costa y del Valle Central. “Han salido variedades producto de cruzamientos que se han hecho por especialistas en jardinería y también híbridos naturales”, explica Celhay.
Novoa establece que para efectos de ley, el copihue aún no ha sido evaluado, no ha sido presentada su ficha. “Hay que tratar lo antes posible de someterlo al proceso de evaluación. El decreto que lo protege es poco claro y precario. Impide su comercialización, pero no su extracción. Las penas tampoco están claras”.
“El copihue se ha ido reduciendo, va en retroceso. El bosque al que pertenecía, era principalmente el de Roble Lingue en el valle central de Chile y ese bosque fue eliminado apenas llegaron los españoles, lo quemaron, en las grandes ciudades de la zona centro sur, Los Ángeles, Concepción, Temuco y Valdivia. Ahí crecía el copihue, y hoy solo crece donde quedan restos de bosque“, dice Novoa.
La flor nacional, endémica de Chile, debe su nombre científico (lapageria roseaa) a la emperatriz Josephine Bonaparte, primera esposa de Napoleón Bonaparte, cuyo nombre de soltera era Josefina Tascher de la Pagerie. “El copihue es admirado por mapuches, huasos y chilenos, es el principal símbolo patrio y representa la sangre de los chilenos”, agrega Chait, que rescata copihues hace 25 años y cuenta con más de 50 variedades en Temuco.
Fuente : latercera.cl