La tasa de desocupación se ubicó en 8,7% en septiembre-noviembre, 0,8 punto porcentual más que en igual lapso de 2022, según el INE.
El mercado laboral chileno sigue bajo presión. La tasa de desocupación se ubicó en 8,7% durante el trimestre septiembre-noviembre de 2023, de acuerdo con la información entregada por la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), elaborada por el Instituto Nacional de Estadísticas de Chile (INE).
La cifra significó un incremento de 0,8 punto porcentual (pp.) en doce meses, con lo cual el dato completa 13 meses de alzas consecutivas.
¿Qué razones explican dicha variación? Según precisó el INE, esto fue debido a que el alza de la fuerza de trabajo (3,8%) fue mayor a la presentada por las personas ocupadas (2,9%).
Por su parte, las personas desocupadas aumentaron (14%), incididas por quienes se encontraban cesantes (14%) y quienes buscan trabajo por primera vez (14,3%).
Respecto al mismo periodo del año anterior, las tasas de participación y de ocupación se situaron en 61,5% y 56,1%, creciendo 1,7 pp. y 1,0 pp., respectivamente.
Como contraparte, la población fuera de la fuerza de trabajo disminuyó 3,3%.
En palabras del subdirector técnico del INE, Leonardo González, estos datos significan que lo que está ocurriendo todavía “es un tránsito de la inactividad a la actividad”, lo que implica que las ocupaciones que se están generando “no alcanzan a absorber a todas las personas que están retornando al mercado de trabajo”.
En las mujeres, la tasa de desocupación se situó en 9%, aumentando 0,3 pp. en el período, producto del ascenso de 5,1% de la fuerza de trabajo, mayor al 4,6% registrado por las mujeres ocupadas.
En tanto, las tasas de participación y ocupación se situaron en 52,2% y 47,5%, incrementándose 2,0 y 1,7 pp., respectivamente.
En los hombres, la tasa de desocupación fue de 8,5%, con un alza de 1,1 pp., a raíz del incremento de 2,8% de la fuerza de trabajo, mayor al de 1,6% registrado por los hombres ocupados. Por otro lado, la tasa de participación llegó a 71,2% y la tasa de ocupación se situó en 65,1%, con variaciones respectivas de 1,3 y 0,4 pp.
“Cuando miramos la evolución de la tasa de ocupación y la tasa de participación, ambos se han venido recuperando en 12 meses. Han venido aumentando, pero todavía queda espacio para que se recuperen respecto a los periodos que teníamos prepandemia”, agregó González.
Con todo, en doce meses, el ascenso de la población ocupada (2,9%) se fundamentó por actividades de salud (11,4%), industria manufacturera (7,2%) y administración pública (10,7%).
En el otro extremo, las principales disminuciones se presentaron en las ramas de construcción (-5,3%), hogares como empleadores (-12,5%) y actividades inmobiliarias (-19,6%).
Considerando la categoría ocupacional, las personas ocupadas fueron lideradas por asalariadas formales (3,0%), trabajadoras por cuenta propia (6,2%) y personas empleadoras (0,4%).
Los principales retrocesos se suscitaron en las categorías personal de servicio doméstico (-6,6%) y personas asalariadas informales (-0,7%).
La tasa de ocupación informal se ubicó en 27,5%, con un incremento de 0,2 pp. en un año. Las personas ocupadas informales crecieron 3,6%, incididas tanto por mujeres (6,8%) como por los hombres (1,0%); y según sector económico, debido principalmente a otras actividades de servicios (15,2%) y comercio (4,2%).
El efecto estacional
La desocupación que elimina los efectos de los factores exógenos estacionales de naturaleza no económica que influyen en su comportamiento coyuntural se situó en 9%, aumentando 0,1 pp. respecto al trimestre móvil anterior.
En doce meses, el volumen de trabajo -medido a través del número total de horas efectivas trabajadas por las personas ocupadas-, ascendió 2,2%, en tanto que el promedio de horas trabajadas llegó a 37,4 horas, disminuyendo 0,9%.
Según género, el promedio de horas para los hombres fue 39,6 y para las mujeres, 34,6 horas.
La tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial alcanzó 16,3%, con un incremento de 0,5 pp. en el período. En los hombres se situó en 14,7% y en ellas, en 18,4%. La brecha de género fue 3,7 pp.
Lo que queda por recuperar
Al comparar con el mismo trimestre de 2020 a 2022, se observa que aunque si bien la tasa de participación es significativamente más alta, aún sigue siendo más baja respecto a 2019 en 1,3 pp.
Una situación similar se observa en la tasa de ocupación, la cual anotó una brecha de 2,3 pp. para recuperar su nivel prepandemia, comparado con igual trimestre de 2019.
“Esta diferencia se traduce en aproximadamente 372 mil personas”, dijo González, agregando que la brecha es mayor para los hombres, lo que equivale a 296 mil personas para ellos y 76 mil para ellas.
Consultado respecto a cómo vienen los próximos meses, recalcó que “estamos en los meses donde hay estacionalidad positiva, lo que implica mayor demanda de ciertas ocupaciones, como por ejemplo el sector agrícola. Y dado esto, es esperable observar menores presiones respecto a la tasa de desocupación. Y esto tiene que ver con el periodo coyuntural estacional en el cual nos encontramos en este momento”.
La Metropolitana al alza
En la Región Metropolitana, la desocupación alcanzó un 9,7%, aumentando 1,0 pp. en doce meses.
En el mismo período, la estimación del total de la población ocupada creció 2,4%.
Según sector económico, industria manufacturera (15,2%), administración pública (22,0%) y transporte (8,9%) presentaron las mayores incidencias positivas en el aumento de la población ocupada.
FUENTE DIARIO FINANCIERO