El IPC subió un 1% en octubre, sorprendiendo al alza. Economistas advierten que esta aceleración podría forzar un ajuste en el ritmo de los recortes de tasas de interés.
Un balde de agua fría y un duro golpe a las expectativas de una desaceleración de la inflación que tenía el Gobierno provocó el sorpresivo IPC de octubre que registró un aumento de 1% mensual, según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), superando ampliamente las expectativas del mercado, que preveía un alza de 0,6%.
Este resultado se posiciona como la mayor alza mensual de precios en casi dos años y deja la inflación acumulada en 4,5% en lo que va de 2024 y en 4,7% a 12 meses, alejándose de la meta del Banco Central de 3% a 2026.
“Lo más difícil en materia económica ya pasó. Vencimos la inflación”, dijo el Presidente Gabriel Boric en la Cuenta Pública de junio, sin embargo, al parecer la lucha contra la inflación no ha terminado.
Ahora bien, los economistas atribuyen este incremento mensual a varios factores específicos, destacando el aumento de las tarifas eléctricas que saltaron 18,5% en octubre y acumulan un alza de 45,7% en lo que va de 2024, pero también apuntaron a una sorpresiva subida en el precio de los alimentos, particularmente en productos como la papa y la carne de vacuno.
A esta presión en alimentos y energía, los expertos suman el efecto de la depreciación del tipo de cambio, que encarece productos importados, y los llamados efectos de segunda vuelta de las alzas previas de la energía.
Así, la combinación de estos factores complica el panorama para el Banco Central, que, según varios economistas, podría verse forzado a ralentizar su ciclo de recortes de tasas en un contexto inflacionario más incierto.
Factores, meta Banco Central y reajuste de proyecciones
Carolina Molinare, investigadora del Observatorio del Contexto Económico (OCEC) UDP, enfatizó en el impacto del tipo de cambio en productos importados.
“Hay una incidencia al alza importante en el ítem de alimentos, específicamente en la carne de vacuno, el cual es un producto fuertemente importado y durante el mes se registró un tipo de cambio más depreciado”, señaló, lo que a su juicio también explica el alza en el transporte aéreo internacional.
Molinare adelantó que el OCEC proyecta un cierre anual de inflación del 4,8% y que “la meta de 3% será alcanzada en 2026”.
En tanto, Sergio Lehmann, economista jefe de BCI, atribuyó el alza a sorpresas en sectores específicos. “Fue un dato más alto de lo esperado, debido a sorpresas en alimentos, gastos comunes y un efecto cyber a la baja menor a lo previsto”, explicó.
Lehmann también adelantó que espera que la inflación de noviembre sea más baja, en torno al 0,2%, y que para diciembre incluso se registre una disminución de -0,1%.
Sin embargo, estima que la inflación a fin de año será “ligeramente más alta de lo que preveíamos, sin cambiar de forma significativa la mirada general”, y proyecta que la meta de 3% se alcanzaría a comienzos de 2026. “No olvidemos que la economía está en el margen estancada”, finalizó.
Por su parte, Ignacio Muñoz, investigador de Clapes UC, detalló los productos con mayores alzas.
“Además de las cuentas de luz, la papa y los gastos comunes, productos como la carne (en especial la de vacuno) y el transporte aéreo internacional se encuentran dentro de los productos con los mayores aportes al alza en el IPC de octubre“, comentó.
Para Muñoz, este escenario elevaría la inflación anual a un rango superior al 4,5% proyectado inicialmente por el Banco Central, aunque es optimista y sostiene que “debería mantenerse el alcance de la meta de 3% en 2026”.
Por su parte, Diego Valda, jefe de estrategia y economía para Latinoamérica de Zúrich, destacó el rol de los componentes volátiles en la inflación de octubre.
“En octubre, la sorpresa nuevamente vino de la inflación de los componentes volátiles. Además del ya anticipada alza en los precios de la energía (3,9%), se ve una sorpresiva alza en los alimentos volátiles (2,3%)“, detalló.
Valda considera que el Banco Central podría tomar un enfoque más prudente en sus recortes de tasa debido a este panorama inflacionario y al contexto geopolítico externo. “El nuevo escenario geopolítico podría afectar la dinámica económica global”, subrayó.
Por su parte, Nicolás García, economista senior de Coopeuch, apuntó a la incidencia de las tarifas eléctricas y los efectos de segunda vuelta en alimentos.
“El fuerte aumento del IPC de octubre estuvo muy incidido por los alimentos, particularmente por las carnes, y algunas frutas y verduras”, señaló.
García también revisó al alza su proyección de inflación para diciembre, desde un 4,4% a un 4,8%, y prevé que la convergencia a 3% ocurra en 2026. “El Banco Central va a estar monitoreando con especial cuidado estos efectos para su próxima RPM”, añadió.
Para Víctor Martínez, director ejecutivo CIES-UDD, más allá del efecto de las cuentas de la luz, “hubo un aumento en alimentos mucho más alto de lo que se esperaba”.
De hecho, aseveró que “en términos de incidencia, que quiere decir en términos de quiénes fueron los que más explican el aumento, el aporte de este aumento en la tarifa eléctrica es equivalente al aumento que tuvieron los alimentos”.
Por todo lo anterior, es que considera que “el Banco Central en lo que queda decida, dependiendo de las variaciones de los IPC que siguen, es mantener la Tasa de Política Monetaria producto de este aumento muy por sobre de lo que se tenía pensado el IPC”.
José Manuel Peña, senior portfolio manager en Fintual, también considera que el panorama actual complica las expectativas de alcanzar la meta inflacionaria del Banco Central en el corto plazo.
“Este resultado es una mala noticia desde cualquier perspectiva. El registro superó ampliamente las expectativas del mercado”, dijo, subrayando que la inflación implícita en los mercados de tasas sugiere que la convergencia hacia la meta inflacionaria no se alcanzará en los próximos 24 meses.
Peña añadió que “la inflación implícita a 1 año saltó más de 30 puntos base”, lo que plantea un desafío adicional para el Banco Central.
Víctor Salas, economista y académico de la Universidad de Santiago, también cree que el alza de octubre pondrá al Banco Central en una posición más cautelosa.
“Este rebrote de precios hará que el Banco Central actúe con cautela y retarde un poco la rebaja de Tasa de Política Monetaria que actualmente está en 5,25%”, expresó, y proyectó que la inflación anual cierre entre 4,7% y 4,8%.
Con la inflación acumulada alcanzando ya un 4,5%, Andrés Pérez, economista jefe de Itaú, también revisó su proyección de cierre de año.
“Con la inflación ya alcanzando 4,5% en octubre, el IPC cerraría el año entre 4,7% y 4,8%, por encima de nuestra proyección para todo el año (4,5%)”, sostuvo.
Pérez anticipa que el Banco Central podría moderar sus recortes de tasa en diciembre, aunque la dinámica externa y las condiciones financieras globales más estrictas pueden llevar a un camino más pausado hacia la neutralidad.
Fuente: Emol