El tiempo tan amigable y a la vez tan incierto, para el ser humano un gran aliado y de igual forma no predecible por mucho que existan herramientas para controlar su pasar. Es así como estamos viviendo este último periodo durante el siglo XXI. Dentro de mi experiencia como docente puedo decir, que una de las cosas más difíciles de enseñar a los alumnos tiene que ver con la importancia de las habilidades ligadas a los grandes cambios, donde como especie debemos sacas a la luz los rasgos de liderazgos que llevamos y que muchas veces no sabemos que tenemos guardados, el tiempo y la misma vida actualmente han de pasar tan rápido e incluso el mismo sistema laboral en el que nos encontramos, el que hoy esta apoyado desde la globalización y las grandes tecnologías, en donde no imaginábamos en nuestros pensamientos que nuestra cotidianidad impactada por el cambio de manera importante y muy severa se haría realidad.
Una realidad que no solo afecta de manera social y psicológica en cada una de las familias chilenas, sino que sus consecuencias se hacen notar en la parte económica, donde encontrar un equilibrio personal y profesional se hace aún más complejo, puesto que sumado al estallido social y sin descanso la pandemia que entro sin darnos cuenta en nuestra realidad, a generado el replanteo de la clasificación de nuestras necesidades,y si bien, Maslow dejo clarificado aquello en la pirámide, cuando hablamos de las necesidades basadas en afectividad y sobre todo en seguridad, es donde nos damos cuenta que la tecnología nos invadió, y que ya no es un lujo, sino es algo necesario para nuestras actividades cotidianas, antes de acontecer estos hitos tan importantes Atacama ya enfrentaba un reconocimiento en el alza de la cesantía, palabra que se vuelve tan dura al nombrarla y se convierte en un desafió si hablamos de prioridades en el hogar, donde comienza a escucharse la palabra presupuesto y aunque siempre lo ponemos en práctica hoy suena mucho más fuerte acompañado con el sobreendeudamiento, y quizás cuando lo escuchamos verdaderamente, ni siquiera tomamos el peso de lo que verdaderamente significa, ¿será la mejor de las opciones?, ¿será lo más correcto?, o significa ¿ayudar a hundirse más?, estamos claros que no todas las familias saben de administración profunda, y me atrevo a decir, que el concepto va mucho más allá si lo haces bien o mal, podríamos e incluso indicar que principalmente tiene que ver con la cantidad de opciones que tenemos a nuestro alrededor las cuales no siempre podemos manejar de manera beneficiosa ya que no son parte de nuestro entorno interno, sobre todo el aprovechamiento de las oportunidades las cuales se basan en el valor que le podemos otorgar e incluso no siempre monetariamente, sino donde ya citamos el costo de oportunidad, pero ¿Cómo identificarlo en una sociedad que carece de equidad y sobrante en segmentación social?, simplemente puedo decir y sobre todo aconsejar que no debemos perder la calma, más aún si después de los antecedentes destacados existe desorden financiero procedente del tiempo y organización familiar, donde la mejor salida esta situada en el trabajo en equipo, en la unión de nuestras habilidades y potenciar lo que tenemos identificado como debilidades, y entender que de igual manera es un ciclo y todo ciclo tiene un inicio un desarrollo y un final, donde la perseverancia debe estar incluida y además de ellos comenzar a envolver un concepto que a veces vemos imposible, el ahorro, es la solución al problema de fondo, debemos ser cautos en lo que gastamos y en lo que verdaderamente necesitamos, recuerden que el ser humano tiene la habilidad de adaptación en su interior.
Carolina Isabel Peña Pradenas
Académico Santo Tomás Copiapó.