En tiempos de distanciamiento social, nuestras únicas ventanas al exterior pueden transformarse en un arma de doble filo. Encuentra el equilibrio entre la vida y las pantallas.
Si incluso antes de la llegada del COVID las personas tenían problemas para balancear la vida real con el infinito universo del Internet, ahora el desafío es mucho mayor.
La pandemia tiene a todos pasando gran parte del tiempo frente a una pantalla. Tiene sentido: si el aislamiento y el distanciamiento social son la norma, las pantallas son nuestra única conexión con el mundo exterior.
“¿Cuánto tiempo en pantalla es demasiado? ¿Importa? ¿Debería preocuparme de mis hábitos online si ahora el planeta gira alrededor de la esfera virtual?”, son algunas preguntas recurrentes en estos días. Imponer límites y un mayor control a nuestro uso de pantallas no sólo es posible, sino que necesario: es minuto de ejercer control, no de perderlo.¿Pero cómo?
Ignacio Puebla, Jefe del Departamento de Cultura de Seguridad de Mutual de Seguridad, nos entrega una serie de recomendaciones que te invitamos a considerar:
1. Pantallas como alimentos. Reconoce que de la misma forma que existen diversas clases de alimentos, también existen diversas clases de tiempo en pantalla. Algunos se sienten más “nutritivos” que otros, y sus efectos sobre nuestro estado de ánimo y salud mental pueden variar, dependiendo del contenido, el contexto y la dosis.
2. Reflexiona. Lo más probable es que leer un libro virtual le permitirá disfrutar de una lectura interesante y desconectarse del trabajo.
3. Pantallas de primera necesidad. Quienes trabajan desde casa necesitarán interactuar con algún tipo de pantallas en cierto punto. Pero cuando teletrabajas, es fácil pasar todo el día frente a tu computador sin evaluar cuántas de esas horas son realmente necesarias, y cuántas de esas horas sólo estás revisando tu correo y las noticias. Estar ocupado no es lo mismo que ser productivo.
4. Las tres “C”: Piensa en tu tiempo de relajo acorde a 3 categorías: consumo, creación y conexión. Una vez que hayas identificado los “elementos esenciales” de tu tiempo frente a la pantalla, es hora de pensar en tu tiempo libre.
5. Sé tu propio perro guardián. Monitorea tu estado de ánimo mientras estás frente a una pantalla. Mientras más conciencia tengas sobre los efectos mentales que las pantallas ejercen sobre ti, más control tendrás para gestionarlos.
6. Signos de estrés. El desplazamiento del estrés es el equivalente digital a comer por estrés. Cuando estamos estresados, la parte de nuestro cerebro responsable de la toma racional de decisiones se desconecta y se hace mucho más difícil resistir nuestros impulsos.
7. Arma una lista de actividades que te hagan sentir bien y que no incluyan una pantalla. Resiste el impulso de tomar tu smartphone y perderte en sus redes.
8. Intenta no comenzar y terminar tu día con pantallas. Esto puede gatillar estrés desde el primer momento en que abres los ojos en la mañana, y tampoco es recomendable intentar conciliar el sueño.
9. Crea límites físicos entre tus pantallas y tú. Así, cuando interactúes con ellas, tedrás claro que fue una decisión consciente y no un impulso.
10. No descuides tu cuerpo. Asegúrate de ponerte en forma, tanto por tu salud como por el placer de salir de tu mente un rato y focalizarte en el cuerpo físico. Ya verás cómo mejora tu estado de ánimo.
11. Es importante tomar descansos regulares. Así evitando completamente todo el tiempo de pantallas para reducir el agotamiento tecnológico.
Fuente: AZERTA