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¿En qué quedamos con los párvulos y su educación?

Dra. María Victoria Peralta Espinosa
Premio Nacional de Educación, académica U.Central y Presidenta Fundación Integra


Los lectores deben estar bien confundidos con toda la información que ha salido últimamente sobre los párvulos y su educación en Chile. Resumo algunos titulares: el índice de fecundidad sigue bajando (1.16 en el 2023) y esa nueva y escasa población infantil, ya no permite equilibrar las necesidades de una sociedad que tiene alto nivel de sobrevivencia (se requiere 2,1); por tanto, se señala, que se debe apoyar la natalidad y posibilitar que las familias quieran tener hijos con incentivos de distinto tipo: más posnatal para ambos progenitores, salas cunas, programas alternativos flexibles, etc.

Se sustenta también en que se requieren más Jardines Infantiles porque los primeros seis años son los más fundamentales en el desarrollo y aprendizaje de los niños, pero a la vez, se indica que construir nuevos y reparar los antiguos para cumplir con los requisitos normativos actuales del reconocimiento oficial, demanda muchos recursos financieros. Sobre el mejoramiento de la Ley de Salas Cunas para que salga finalmente, es ya insólito todo lo que se indica: que va a afectar el empleo femenino porque va a “alzar los costos laborales”, poniendo en riesgo el trabajo de las mujeres por lo que se va a preferir a los varones.

Con todas estas “amenazas” poco sutiles, por supuesto que la familia chilena va a seguir postergando el tener hijos o definitivamente no optar por ellos. Entonces, ¿en qué quedamos?, ¿nos jugamos por favorecer una sociedad proclive a la infancia en todo aspecto: amor familiar, salud, educación, espacios públicos y programas de TV adecuados a ellos, ¿o seguimos igual o peor? No puede haber algo más importante que invertir en los párvulos, el retorno humano y económico con énfasis en la sostenibilidad es enorme. Ya tenemos todas las investigaciones que lo avalan.

Ahora que estamos en tiempos de definición de candidatos presidenciales y de programas de gobierno, exigimos que se avance significativamente en lo señalado, no con miradas y conveniencias pequeñas, sino de miembros de un Estado-país que se compromete de verdad con sus nuevas generaciones con generosidad y apertura. No mancillemos lo que nos queda de credibilidad hacia los tomadores de decisiones en estos aspectos. Los párvulos son lo mejor que tenemos y merecen los mejores esfuerzos y voluntades.

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