Una fuerte señal para la economía fue la que dio a conocer este miércoles el Banco Central con su decisión de elevar la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 125 puntos base – la mayor desde 2001 – para ubicarla en 2,75%.
Esta alza superó con creces las expectativas del mercado – que anticipaban un incremento entre 75 y 100 pb -, pero responde a la escalada de la inflación que ha registrado el país, considerando el fuerte salto de 1,2% que registró el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en septiembre.
De hecho, en su análisis, el instituto emisor indicó que el escenario macroeconómico ha evolucionado de tal forma, que han aumentado los riesgos para que la trayectoria de la inflación se ajuste a la meta de 3%.
“La medida obedece al mandato que tiene el Banco Central de mantener una inflación en torno al 3%, la que ha tenido fuerte presiones en el último tiempo”, explicó Luis Felipe Slier, director de Ingeniería Comercial de la Universidad San Sebastián.
A su juicio, la mayor liquidez por el retiro de dinero de los fondos de pensiones y la inyección directa de recursos por parte del Estado en medio de la pandemia “ha elevado el consumo, presionando el valor de los productos”.
En concreto, esta situación ha provocado que la demanda se dispare, desalineándose de la oferta existente, lo que aumenta el costo de bienes y servicios.
Al respecto, Slier indicó que “el Banco Central está tomando medidas precautorias y enviando señales potentes. El aumento sostenido de la inflación, de los precios, afecta directamente a la gente con menos recursos”.
¿En qué se traduce esto para las personas?
Una de las consecuencias directas de elevar las tasas de interés dice relación con el encarecimiento de los créditos. Es más, el economista y académico de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, Alejandro Alarcón, sostuvo que “el costo del crédito sube, va a subir, y por lo tanto, endeudarse va a ser más caro”.
Mientras que el académico de la Universidad San Sebastián comentó que uno de los “efectos indeseables” de la inflación es que afecta a la Unidad de Fomento (UF), la que seguiría al alza, incrementando el valor de los dividendos.
“Lo más probable es que en los próximos meses veamos un aumento en el costo de la deuda. Será más caro endeudarse”, precisó también Slier, considerando que uno de los objetivos del Banco Central es “frenar el consumo y el acceso a los créditos“. Todo con el propósito de volver a índices inflacionarios presupuestados.
Asimismo, aseguró que será más caro pagar con tarjetas bancarias en el retail, subirán los avances en efectivo y las líneas de créditos, y también se incrementarán los créditos para empresas.
Por otro lado, Alarcón dijo que “esto también afecta a las personas que tienen fondos de pensiones, porque a medida que sube la tasa de interés, los fondos de renta fija tienen peor rentabilidad, e incluso negativa”.
“La señal que estamos recibiendo es que el desequilibrio es más grande de lo que pensábamos, por lo tanto, al final, la gente común y corriente lo paga en los costos de créditos y en sus fondos que le quedan en las pensiones”, concluyó.
Fuente: Emol.com