No cabe duda que Calígula, el emperador romano, forma parte del lado oscuro de la historia. Sus excentricidades, relaciones incestuosas y malos tratos lo condenan a ser una de las figuras más controversiales de la antigua Roma.
Según detalla Natgeo, los historiadores Suetonio y Dion Casio lo describen como un ser hostil, que solía tener relaciones con sus hermanas y mandó a matar a sus tíos porque le desagradaba que sus cabezas estuvieran “desfiguradas en relación a sus cuerpos”.
La historia sostiene que el hombre se enamoró de una de sus hermanas, Drusila, y que la muerte de ella le significó un enorme dolor. Por aquello decidió dejar Roma unas semanas y obligó a las personas a llevar luto todo este tiempo.
Se dice que en ese entonces volvió con un aspecto desmejorado, extremadamente flaco y con una barba deforme. No obstante, seguía siendo el mismo ser malvado.
Su relación con el mundo ‘político’ tampoco era buena. Solía mandar a degollar a los senadores que no estaban de acuerdo con su opinión y era asiduo a tener relaciones con las esposas de los cónsules.
El relato sostiene que, en ocasiones, solía invitar a cenar a estas familias y, en un minuto determinado, le indicaba a una de las mujeres que lo acompaña hasta el dormitorio. Nadie podía oponerse a eso.
Por todo lo anterior no resultó raro que Calígula fuera asesinado por una conspiración integrada por pretorianos y senadores, el 24 de enero de 41 d. C.
Muchos estiman que la idea de esto era restaurar la República en Roma. Sin embargo, los pretorianos nombraron a Claudio, tío de Calígula, como nuevo emperador. La primera orden de este mandamás fue eliminar a quienes mataron a su sobrino.
¿Amor por su caballo?
Una de las historias que describieron Suetonio y Dion Casio fue que Calígula era un amante de los animales, seres por los que sí tuvo aprecio. En ese sentido, se dice que sintió un amor especial por su caballo llamado “Incitato”.
El animal habría sido un caballo de carreras que tenía toda clase de lujos. Sin ir más lejos, aquel emperador solía dormir con él la noche previa a una carrera. Siempre en ese momento se decretaba un silencio total en la ciudad, romperlo estaba penado con la muerte.
A eso se sumaba que, supuestamente, “Incitato” contaba con una dieta a base de avena, mariscos y pollo, alimentos que en aquellos años no estaban al alcance de los ciudadanos comunes y corrientes.
Tenía joyas y sirvientes que estaban a su disposicion en todo momento, además su caballeriza era de márbol y marfil. A eso se suma que en ocasiones comía en la misma mesa que el emperador, quien solía hacer brindar a los invitados en el honor al animal.
De acuerdo a la BBC, uno de los mitos que Suetonio escribió indicaba que Calígula en alguna ocasión quizo nombrar a su caballo como consul de Roma, con el único fin de ridiculizar a los senadores.
Al respecto hay dos versiones. Una indica que habría sido un error del historiador, quien vivió décadas después de Calígula y se habría visto mal influenciado. Otra sostiene que la situación habría sido una broma del propio hombre, que tenía un sentido del humor polémico.
Según sostiene el medio español ABC, en 2021 el autor australiano Stephen Dando-Collins publicó su propia biografía de Calígula, en la cual recopiló relatos antiguos y testimonios de analistas.
Ante esto, el escritor sostuvo que es muy probable que el hombre padeció del trastorno bipolar.
“Quienes lo padecen experimentan mejorías y empeoramientos, lo que explicaría por qué Calígula intercalaba episodios de aparente locura con otros en los que mostraba un comportamiento racional y tomaba decisiones sensatas”, expuso.
“Los pacientes bipolares sufren espectaculares cambios de humor, pasando de momentos de gran excitación en los que despliegan gran energía, hiperactividad, excesiva confianza en sí mismo y pérdida de contacto con la realidad a episodios de tristeza, depresión, letargo, introversión y cansancio físico”, concluyó.
Fuente: BioBioChile