Transportar polen es un ejercicio que aumenta significativamente la temperatura corporal de los abejorros, según publica un equipo de la Universidad de North Carolina State.
Este nuevo conocimiento plantea interrogantes sobre cómo afectará a estas especies un mundo más cálido debido al cambio climático.
Aunque parezca que las abejas van de flor en flor con facilidad, los paquetes de polen que transportan pueden pesar hasta un tercio de su peso corporal. Este nuevo estudio ha revelado que, tras tener en cuenta la temperatura ambiental y el tamaño corporal, la temperatura corporal de los abejorros que transportan polen es significativamente más elevada que la de las abejas que van con las patas vacías.
En concreto, los investigadores descubrieron que la temperatura corporal de las abejas aumentaba 0,07 °C por cada miligramo de polen que transportaban, y que las abejas totalmente cargadas se calentaban 2 °C más que las no cargadas.
Al igual que las hormigas y otros ectotermos, la temperatura corporal de un abejorro viene determinada principalmente por el entorno. Entre las abejas, los abejorros son excepcionalmente tolerantes al frío y tiemblan para calentarse durante los días fríos. Sin embargo, no se sabe mucho sobre cómo toleran el calor.
Dado que los abejorros cargados de polen se calientan más que los no cargados, esto podría significar que llevar una carga completa de polen en un día caluroso pone a las abejas en mayor riesgo de alcanzar el extremo potencialmente letal de su tolerancia a la temperatura.