Las consecuencias económicas para Europa y todo el mundo que ha generado el conflicto ruso-ucraniano están lejos de amainar, y ad portas de cumplirse un año de la invasión gestada desde Moscú, las principales potencias ya buscan establecer nuevos lazos, para generar alternativas a los combustibles fósiles, commodities en los que Rusia tiene una posición dominante.
Precisamente el canciller de una de esas potencias europeas, el alemán Olaf Scholz, estuvo recientemente en Chile. Uno de sus propósitos era buscar “socios” con los cuales poder acelerar la transición a energías verdes, siendo el hidrógeno verde una piedra angular.
Mario Gómez, commercial manager de Solek, explica que “el potencial que posee Chile con el hidrógeno verde ya está dando que hablar en el mundo entero, y no es ninguna sorpresa que potencias claves para la economía europea, como Alemania, tengan puestos los ojos en este país, con condiciones extraordinarias y miles de kilómetros de costa, para poder comercializar el combustible del futuro a gran escala, algo en lo que la energía solar juega un rol decisivo”.
Y el uso de hidrógeno en automóviles, en desmedro del gas o el petróleo y sus derivados no es algo que sea tan lejano. Precisamente en el país germano se inauguró el primer tren a hidrógeno verde el año pasado.
“Y en Chile también hay avances al respecto, especialmente en lo que refiere a proyectos que involucran energía solar con la costa, como es el caso que Solek prepara con Puerto San Antonio, que busca desarrollar una planta de hidrógeno verde, para reducir las emisiones de CO2 de uno de los puertos más importantes del país”, explica Gómez.
A un año de la guerra de Rusia y Ucrania, las potencias europeas ya buscan sólidas alianzas para avanzar rápidamente en la descarbonización, y con ello en la independencia de materia prima rusa, y Chile puede ser un trampolín para el mundo.
Fuente: portalminero.cl