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Expectación en Argentina ante fallo por caso de niño asesinado por su madre y madrastra: Acusadas arriesgan prisión perpetua

El Tribunal de Audiencias de Santa Rosa, capital de la provincia de La Pampa en Argentina, dará a conocer este jueves el veredicto del juicio por el crimen de Lucio Dupuy, niño de cinco años que fue asesinado en noviembre de 2021, por el que están imputadas Magdalena Espósito Valenti y Abigail Páez, madre y madrastra del menor. Las acusadas podrían enfrentar una pena de prisión perpetua en caso de ser halladas culpables en la sesión de hoy.

A lo largo de las audiencias del proceso judicial, que se realizó a puertas cerradas, los magistrados Aníbal Olié, Alejandra Ongaro y Daniel Sáez Zamora escucharon diferentes testimonios de conocidos de la pareja, así como peritos de distintas áreas que echaron luz sobre el largo historial de violencia intrafamiliar, abuso sexual y vejaciones que sufrió el niño y que, para el Ministerio Público Fiscal, ocasionó su muerte el 25 de noviembre de 2021 en el Hospital Evita de Santa Rosa tras una larga agonía.

En este contexto, Magdalena Espósito Valenti, la madre del niño asesinado, enfrenta cargos por “abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de realización con acceso carnal vía anal con un objeto agravado por haber sido cometido por la ascendiente (progenitora), con el concurso de dos personas y aprovechando la convivencia con la víctima menor de 18 años y todo como delito continuado en concurso real con homicidio calificado por ser la ascendiente, por ensañamiento y alevosía”. En el caso de Páez, la acusación es la misma pero sin el agravante vincular.

Cabe recordar que el pequeño, nacido de la unión entre Espósito Valenti y Christian Dupuy, vivió hasta los cuatro años en General Pico (provincia de La Pampa) con dos tíos paternos, en un acuerdo al que habían llegado sus progenitores, ya que su madre estaba desempleada y él trabajaba en Luján, en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, cuando la mujer se puso en pareja con Páez, la otra imputada actualmente por el crimen, retomó los pedidos por la vía judicial y, finalmente, le fue concedida la custodia completa del menor, 15 meses antes de su muerte.

Ante el aberrante asesinato, la ONG Fundación Más Vida denunció por la violación de los deberes de funcionario público a la jueza Ana Clara Pérez Ballester, la magistrada que en 2020 le otorgó la custodia de Lucio Dupuy a su madre y a la pareja de esta.

¿Qué mostró la autopsia?

Dichos padecimientos fueron descriptos en la autopsia realizada en el cuerpo del pequeño por el médico forense Juan Carlos Toulouse, quien fue tajante. “En mis casi 30 años de profesión nunca vi algo así”, dijo antes de describir los hallazgos del procedimiento que fue realizado.

El análisis de Toulouse no solo probó la existencia de lesiones de vieja data -algo que también pueden constatarse en el hecho de que, en los tres meses previos a su muerte, Lucio fue atendido cinco veces en centros de salud-, sino que también dio evidencias del abuso sexual perpetrado sobre el menor. Algunas de esas lesiones eran compatibles con violaciones a las que el niño fue sometido el mismo día que lo mataron. En tanto que otras heridas habían cicatrizado.

Además, el médico forense contó que el cuerpo de Lucio presentaba mordeduras y quemaduras, lo que coincide con las palabras del abuelo de Dupuy, quien había afirmado que “le arrancaron los genitales a mordiscones”.

Sumado a ello, el profesional constató que uno de los golpes que el niño de cinco años sufrió en la tarde de su asesinato fue una patada que causó una hemorragia importante en el hígado y que fue tan violenta que dejó una marca externa en la zona lumbar. El fotógrafo forense tomó una imagen del hematoma que fue comparado con las suelas y las puntas de los calzados de las acusadas. Según fuentes de la investigación, el peritaje scopométrico determinó que esa marca coincidía con la impronta de la zapatilla urbana de Abigail Páez.

La confirmación de los abusos y el dato de las cámaras

Más allá de las lesiones registradas en el cuerpo del menor, durante el allanamiento realizado en la vivienda, situada en la calle Allan Kardec, de Santa Rosa, los investigadores hallaron un objeto romo del que se levantaron restos de piel que fueron sometidos a estudios de ADN. Los análisis determinaron que ese objeto, compatible, por su forma y tamaño, con el elemento que provocó las lesiones de abuso sexual en el menor, tenía perfil genético de la madre del niño, de su pareja y de la víctima.

Por otro lado, tal como se explica en una nota publicada en La Nación, a partir de la revisión de las cámaras de seguridad de la zona, los investigadores determinaron que nadie excepto la madre del niño y su novia ingresaron o salieron de la casa, el 25 de noviembre de 2021, día en que murió Lucio, entre las 17:30 y las 19:40.

En un momento, Abigail y Magdalena abandonaron la vivienda porque la primera llevó a la madre de Lucio a trabajar en un importante hotel de la capital pampeana. Luego, Abigail regresó y a las 19:40 salió de la casa con el niño en brazos para llevarlo al hospital Evita, adonde llegó ya sin vida.

Lo que decían los chats

Las audiencias del juicio también permitieron, a través de las pericias realizadas sobre los teléfonos de las imputadas, conocer los motivos que la fiscalía asigna a Páez y Espósito Valenti para cometer el crimen.

Según resaltaron, de las conversaciones entre ambas mujeres surgen “mensajes escalofriantes de castigos inhumanos a los que era sometido el niño”. Al profundizar sobre eso, enumeraron: “Falta de comida, hacerlo pasar frío, penitencias interminables contra una pared, golpes de puño en la panza que le provocaban vómitos continuos, golpes en la cara que le provocaron lesiones visibles, amenazas respecto de que no podía contar a nadie lo que vivía si no sería peor, y no mandarlo al jardín por dos motivos: primero para que las maestras no vieran sus lesiones y, segundo, como forma de endilgarle castigo, ya que disfrutaba de ir al jardín”.

De la misma manera, los representantes del Ministerio Público Fiscal señalaron que “en los mensajes se puede leer cómo Lucio era una molestia para Abigail y Magdalena, y que todo el tiempo pensaban cómo quitarlo de sus vidas para que no arruinara su relación de pareja porque, según ellas, sus peleas y discusiones las motivaba Lucio“.

Así fue como los intercambios de chats entre la pareja mostraron que Páez era violenta con el niño cuando debía cuidarlo. De hecho, en un mensaje enviado por la madre del menor luego de que su pareja admitiera haberlo golpeado, Espósito Valenti le dijo: “Que no se te vaya la mano que nos vamos a mandar una cagada”. Y en el mismo sentido, en otra ocasión le preguntó: “¿Cómo le pegaste? Ya van dos veces que vomita”.

Además, del análisis se desprende que, para ellas, el niño “interfería en sus vidas”, lo cual se ve reflejado en algunos de los mensaje enviados por Páez: “Estoy harta. Yo tengo que estar todo el día con este pendejo” o “No lo quiero ni ver a Lucio porque me amarga la vida”.

Este tipo de pericias también permitieron demostrar que, luego de golpearlo, no lo dejaban ir a clases, evitaban que tuviera contacto con sus familiares para ocultar las heridas, o le decían que mintiera respecto a la causa de las mismas.

Las palabras de las acusadas antes del veredicto

El último día del juicio, en el momento de decir las palabras finales antes del veredicto, Páez agarró el micrófono y afirmó: “Sé que él (por Lucio Dupuy) me perdonó. Ojalá yo me pueda perdonar”.

Antes de pronunciar esa frase, había dicho: “Todo lo que puedan decir de mí es horrible, por eso le pido perdón a las personas que se hayan sentido tocadas por el tema y por toda esta situación, y que lo lloran y lo extrañan como me pasa a mí y a su mamá. Y también quiero pedirles disculpas a mi familia y a mi mamá porque le fallé, porque ella no me enseñó estas cosas. No sé realmente lo que pasó, tengo muchas lagunas en la cabeza, y si no conté detalles es porque estoy muy traumada”.

Por su parte, la madre de la víctima, Espósito Valenti, también acusada por el homicidio del menor, afirmó: “Se me critica a mí, pero no al progenitor, porque ‘padre’ le queda grande. A él (Christian Dupuy) se lo justifica cuando la responsabilidad era de los dos. Sin embargo, en todo momento se desentendió de la criatura. Y tampoco es verdad que Lucio no tenía contactos familiares. Tenía contactos con el progenitor, sus abuelos, mi familia y la de Abigail. Si ellos no quedaron conformes con esos contactos será porque no se esmeraron en tenerlos más“.

Fuente: Emol.com

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