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Expertos destacan la importancia de tener claro el propósito para acudir al trabajo

Objetivos laborales nítidos implican efectos positivos. Expertos entregan estrategias para crearlos desde las empresas.

Cada mañana, al sonar la alarma, para muchos surge una pregunta silenciosa: ¿para qué voy al trabajo? Esta interrogante, aunque simple, encierra una complejidad que define la relación de millones de personas con sus empleos. En un mundo laboral que parece girar en torno a cifras, métricas y resultados, la búsqueda de un propósito se convierte en una fuerza transformadora para empleados y organizaciones.

Según expertos, el sentido de propósito laboral va más allá de cumplir horarios o metas numéricas. Es la capacidad de vincular las acciones cotidianas con un impacto mayor. “El propósito laboral es el motor que impulsa a las personas a superar expectativas y dar lo mejor de sí mismas”, comenta Ismael Salcedo, RPO Manager de Adecco Chile – empresa de consultoría y soluciones de gestión del talento-. Agrega que esto mejora la experiencia individual y fortalece la cultura organizacional, atrayendo y reteniendo talento.

En Chile, con una tasa de rotación laboral del 32,5% según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), las empresas enfrentan el desafío de mantener motivados a sus colaboradores. Integrar el sentido de propósito en la estrategia organizacional es una solución viable y efectiva. Pero, ¿cómo se puede lograr esto de manera concreta y sostenible?

Más que un trabajo, una razón para quedarse

Un empleado que comprende el impacto de su trabajo en el éxito general de la organización genera una conexión emocional poderosa. “Esa conexión impulsa tanto la motivación como la productividad”, explica Salcedo. Sin embargo, esta sensación no ocurre de manera automática; requiere un liderazgo alineado con valores claros y una comunicación efectiva.

“Los colaboradores que perciben que su trabajo tiene un impacto tangible se sienten más conectados emocionalmente con su empresa, lo que reduce la rotación y aumenta la satisfacción laboral”, Isabel Wolnitzky, Jefa de Proyectos de Consultoría de Desarrollo Organizacional en BDO Chile (compañía sobre desarrollo organizacional). Por otro lado, Salcedo añade que una cultura organizacional basada en el propósito fomenta “la colaboración, la innovación y la lealtad”. Esto, según él, convierte a las empresas en lugares más atractivos para trabajar, lo que genera beneficios tanto para el talento como para la organización en general.

Además, iniciativas como el “Job Crafting” -técnica que consiste en rediseñar el puesto de trabajo para adaptarlo a las necesidades y preferencias de la persona que lo desempeña-, mencionadas por Wolnitzky, están ganando popularidad como una estrategia para personalizar el rol de cada empleado, permitiéndoles alinear sus motivaciones internas con los objetivos de la organización. El experto señala que estas acciones fortalecen la retención, ya que mejoran la cohesión interna al crear un marco común para la toma de decisiones.

Liderazgo: el motor detrás del propósito

Aunque el sentido de propósito puede nacer desde las bases de una organización, su consolidación depende en gran medida del liderazgo. María Jesús Suárez, Subgerente de Desarrollo Organizacional de WorkMed -startup que crea soluciones completas para la salud y bienestar laboral- señala que “un líder efectivo no solo gestiona, sino que actúa como mentor, facilitando el desarrollo personal y profesional de su equipo”. En este sentido, desde Adecco Chile, recomiendan a las organizaciones apostar por programas de capacitación que potencien competencias como la empatía, la comunicación y la inclusión, herramientas esenciales para crear una cultura de propósito compartido.

No obstante, Salcedo enfatiza que el liderazgo no debe limitarse a los altos mandos. “Promovemos que todos los colaboradores sean líderes en sus propios roles”, comenta. Al aplicar esta práctica, se distribuye la responsabilidad de construir y mantener el propósito, permitiendo que cada miembro del equipo sienta que su contribución es esencial para el éxito colectivo, afirma el vocero de Adecco Chile.

En paralelo, Wolnitzky resalta el rol del liderazgo ético y transformacional. Según ella, los líderes que inspiran a través de una visión compartida y principios éticos movilizan mejor a sus equipos hacia un propósito común. “Es una brújula emocional que alinea el bienestar individual con los logros colectivos”, explica, citando al reconocido autor Manfred Kets de Vries.

¿Un propósito claro o un futuro incierto?

Trabajar en una organización sin un propósito definido puede tener consecuencias devastadoras tanto para los empleados como para la empresa. Según Wolnitzky, esto genera un “vacío motivacional” que se traduce en baja productividad, alta rotación y un ambiente laboral desconectado. “Sin un propósito compartido, la cohesión y el sentido de pertenencia se diluyen, afectando no solo el desempeño, sino también la capacidad de innovar”, advierte.

Para Salcedo, la falta de propósito puede llevar a los colaboradores a perder de vista el impacto de su trabajo en los clientes y en la sociedad. “Esto, además de afectar a los individuos, también mina la reputación y los resultados a largo plazo de la organización”, asegura.

A pesar de estos riesgos, Suárez comenta que nunca es tarde para cambiar. “Una cultura basada en la transparencia y el desarrollo personal puede transformar incluso los entornos más desafiantes, devolviendo a los trabajadores la conexión con el significado de su labor”, afirma.

Fuente: Emol

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