El pasado 7 de julio, el directorio de Codelco aprobó materializar el esperado proyecto de una desalinizadora para sus operaciones de Chuquicamata, Radomiro Tomic y Ministro Hales, ubicadas en Calama, lo que representa un hito en el compromiso de la empresa de avanzar hacia una minería verde y sustentable.
El anuncio se materializó a más de dos años y medio de que se diera a conocer una primera determinación en noviembre de 2019, cuya licitación fue cancelada en diciembre del mismo año para ajustar el proyecto a las nuevas definiciones del plan minero de la estatal y asegurar el cumplimiento de sus exigentes normas de probidad y transparencia.
La construcción de la planta desaladora va en el camino correcto, según dijo a Portal Minero el profesor Gonzalo Montes, director del Departamento de Ingeniería de Minas de la Universidad de Chile.
«Es una iniciativa que responde a una necesidad actual de la industria minera, especialmente en nuestro país. En este caso Codelco se suma a otras faenas mineras que ya utilizan este tipo de tecnologías y que han probado ser una solución a la escasez de agua”, estima.
«La desalinización se ha transformado en un estándar dentro de la industria, lo que reduce el riesgo detrás de su implementación. Y, adicionalmente, su valor se ve potenciado cuando se utiliza además para el beneficio de comunidades cercanas”, agrega el académico.
Para Carlos Foxley, presidente de la Asociación Chilena de Desalinización (Acades), el anuncio «es un hito muy importante, y es uno más dentro de varios que están en el esfuerzo por reducir la huella hídrica de Codelco”.
«Es un tremendo hito porque esta planta viene con una primera etapa y con la opción de crecer a más del doble. Si unimos eso a lo que está haciendo Collahuasi, Quebrada Blanca o Pelambres, más todas las otras compañías que ya están operando de antes, da cuenta de que la minería tiene un compromiso muy fuerte con reemplazar aguas continentales por agua de mar”, resalta en entrevista con Portal Minero.
Sostenibilidad a futuro
El futuro de la minería está de la mano con el cuidado del medio ambiente y el relacionamiento con las comunidades cercanas. Para seguir ese camino, la disminución del uso de aguas continentales -un recurso tan estratégico como escaso-, es clave para que la principal empresa estatal apunte a una vida productiva de 50 años gracias a sus proyectos estructurales.
«Innovación e ingeniería son las dos componentes que nos permitirán avanzar hacia un desarrollo sostenible en la industria minera. Sin embargo, es importante desarrollar otras tecnologías que también apunten a producir agua en flujos y calidad adecuada para la minería o reducir los requerimientos hídricos en faenas mineras. Una única solución no necesariamente será solución para todas las operaciones y es necesario diversificar el espectro de estrategias para resolver el problema de escasez hídrica”, estima el profesor Gonzalo Montes.
«Hay que estar tranquilos por dos cosas. Uno, porque hay conocimiento tanto de la autoridad como de la industria de cómo hacer las plantas desalinizadoras sustentables y compatibles con el medio ambiente, sin afectarlo mayormente. Y dos, se pueden construir, tanto las descargas como la toma del agua de mar, con todas las técnicas modernas para mitigar los efectos. Y además, el principal insumo que es energía eléctrica, va a ir amarrado a contratos de energías renovables. Entonces vas a tener una fuente de agua sustentable compatible con el medio ambiente”, proyecta Carlos Foxley.
El proyecto
El desarrollo y ejecución del proyecto, cuya construcción se iniciará este año, estará a cargo del consorcio formado por las empresas Marubeni Corporation y Transelec, que tendrá a su cargo el desarrollo de las obras de la planta y sus sistemas de impulsión, que entrarán en operaciones en tres años más.
Su ingreso al sistema es un paso necesario hacia un abastecimiento sustentable para el Distrito Norte, que le permitirá enfrentar los desafíos que impone la escasez de agua, maximizar la estabilidad operativa y alcanzar uno de los compromisos de desarrollo sustentable de Codelco a 2030.
Esta meta apunta a reducir el consumo unitario de agua continental en 60%, mediante la combinación de una mejora de la eficiencia de los procesos operativos, la reutilización del agua de los depósitos de relaves y la incorporación de la planta desalinizadora para el Distrito Norte.
El proyecto implica una inversión de más de US$ 1.000 millones y el empleo de hasta 2.700 personas en el peak del período de tres años de construcción, que beneficiará especialmente a las comunidades locales y ciudadanos de Tocopilla, María Elena y Calama.
Será ejecutado bajo un modelo de negocio tipo BOOT (Build, Own, Operate and Transfer), que implica que el consorcio construirá, poseerá y operará la planta, para, luego, transferirla a Codelco.
Se trata de una desalinizadora que operará por osmosis inversa, con una capacidad inicial de 840 litros por segundo y con potencial para expandirse a 1.956 litros por segundo.
La planta se ubicará al sur de Tocopilla y su construcción incluye obras marítimas y un sistema de impulsión de agua que recorrerá más de 160 kilómetros con tuberías. La infraestructura eléctrica la bombeará a más de 3.000 metros de altura hasta llegar al reservorio para el suministro del Distrito Norte.
Fuente: portalminero.com