Días de incertidumbre viven dos mujeres, esposas de dos internos del Centro de Cumplimiento Penitenciario de Copiapó, luego de que éstos fueron trasladados a Antofagasta y La Serena respectivamente, por situaciones que según ellas son injustas, además de que les habían asegurado que eso no pasaría.
Las cónyuges de los internos, un imputado cumpliendo prisión preventiva y un condenado al que le resta cerca de un año para lograr su libertad, sostienen que recibían persecución de parte de algunos gendarmes y que habrían desembocado en este desenlace.
Ambos internos, semanas atrás cumplieron una huelga de hambre, se ocasionaron heridas cortantes en su cuerpo, incluso ingirieron hojas de afeitar para denunciar este hecho, lo que provocó que estuvieran tres días hospitalizados.
“Supuestamente (el traslado) fue por un problema de comportamiento, pero la verdad es que fue por la persecución con funcionarios, porque hay uno de ellos que tiene varias denuncias. Él tenía orden de alejamiento con mi esposo por golpearle sin motivo en noviembre, y le dieron orden de alejamiento. Tuvieron que sacar de la unidad penal al funcionario porque no podía estar él y mi esposo”, sostuvo Juana Lazo, esposa de uno de los internos trasladados.
Juana agrega que su esposo tenía una buena evaluación al interior del penal. Es más, realizaba labores de mueblista en el taller de la unidad para aportar en la economía familiar. “Yo el día uno (de febrero) le lleve materiales para que trabajara porque era mueblista, y en la tarde lo sacaron”, explicó.
En la misma línea, Yesenia, la otra de las esposas denunciantes indica que “ellos trabajando nos ayudaban a nosotras, hacían sus trabajos, los mandaban a la calle, y nosotras vendíamos y nos manteníamos”.
La angustia de no tener contacto y una promesa incumplida
A más de una semana del traslado, las familias que quedaron en Copiapó no han tenido ningún tipo de contacto con los internos, incertidumbre que se acentúa debido a que no pueden viajar debido a la situación sanitaria que vive el país.
“No sabemos nada de ellos, no nos han informado nada. Ahora dicen que ellos no pertenecen acá, y tenemos que ir a Antofagasta y La Serena a buscar información. No sabemos si siguen en huelga. Deberían estar en cuarentena esperando entrar a algún modulo”, indicó Juana.
Esta mujer agrega que, junto a Yesenia, se reunieron con la seremi de Justicia de la región, antes de que fueran trasladados sus esposos, con el objetivo de plantear su tema y buscar alguna salida para que no sean trasladados. “Tuvimos una conversación con la señora Margarita Contreras, quien me asegura que a ellos dos no los van a sacar de acá de la cárcel, y lo cual en el mismo rato que ella me decía que no los iban a sacar, media hora después los sacaron y se los llevaron”, explicó.
Consultada al respecto, la seremi de Justicia de Atacama, Margarita Contreras, indicó que “yo hablé con las señoras de estos dos internos. Les señalé que no había traslado porque ya se acercaba la cuarentena y no era posible ningún traslado. Pero posterior a eso me informa el Coronel de Gendarmería que en relación a estas dos personas sí hubo traslado, porque se había solicitado con anterioridad, mucho antes, para poder resguardar su seguridad e integridad física y tomar todos los protocolos de resguardos”, haciendo referencia a un comportamiento peligroso de los internos, ya que habían llevado a cabo huelga de hambre, herido con cortes en su cuerpo e ingerido hojas de máquinas de afeitar.
La autoridad sostiene que el objetivo de estas personas con las medidas de presión, era poder cambiar la calificación jurídica por las cuales están siendo acusados, “pero eso no es facultad de la seremi ni de Gendarmería, es facultad del Ministerio Público y de los jueces. Entonces ellos confunden a veces los roles”, indicó la seremi Contreras.
Por lo pronto, estas familias esperan reunirse nuevamente en Copiapó, pero la seremi de Justicia sostiene que la vía más factible es hacerlo a través de sus Defensores Penales Públicos y solicitar el traslado a través de Tribunales.
