Cerrar

Familias de acogida “no hay que tener miedo al término del proceso de acogimiento porque los valores que entregamos durarán para siempre”

El cierre del proceso de acogimiento familiar se determina por decisión judicial cuando los objetivos de la medida de protección han sido logrados, de modo que el niño, niña o adolescente deja de estar en situación de acogimiento para pasar a su situación vincular definitiva.

Copiapó. 24 de julio de 2024

En Chile, el egreso de los niños, niñas o adolescentes es mayoritariamente con la familia extensa, es decir familiares no directos, con la cual se llevó a cabo el acogimiento, lo que significa que para el niño/a no es un cambio sustantivo en su condición de vida, sin embargo, este debe ser consultado e informado sobre la permanencia de la medida. “Al momento del egreso o finalización del proceso, es relevante trabajar con todos los actores de manera gradual, respetando los tiempos y los sentimientos involucrados, de modo de evitar que el egreso o la separación sean vividos como una ruptura por alguna de las partes involucradas”, explica César Guzmán Díaz, director regional del Servicio de Protección Especializado a la Niñez y Adolescencia.

A lo anterior, agrega “la acogida y la adopción no deben ser vistas desde el punto de vista de los adultos, sino de la necesidad de restituir los derechos de los niños, niñas y adolescentes a vivir en familia. Nuestro Servicio es la respuesta del Estado a los niños, niñas y adolescentes que han vivido alguna vulneración y, si bien es la familia el núcleo fundamental de la sociedad y la primera encargada de brindar protección a los niños, niñas y adolescentes, de su cuidado y su educación, de acuerdo a lo establecido en la Ley 21.430, sobre Garantías Y Protección Integral De Los Derechos De La Niñez Y Adolescencia, es deber del Estado dar protección a la familia y propender a su fortalecimiento, de manera de otorgarle a los padres y/o madres y cuidadores las herramientas necesarias para el ejercicio de su función. Por lo tanto, mientras se evalúa la idoneidad de la familia directa para el cuidado del niño, niña o adolescente, es nuestro deber el que la institucionalización sea la última opción de acogida”, enfatiza la autoridad regional.

TESTIMONIO

En una mañana fría, característica del invierno en Tierra Amarilla, nos recibe en su casa Oriana de 28 años, casada, tiene un hijo de 9 años y, actualmente está viviendo un proceso de acogimiento. Nos invita a pasar y comienza la conversación.

¿Cómo llegaste a ser Familia de Acogida?

Me metí a la página del Servicio de Protección y me inscribí para ser Familia de Acogida Especializada (FAE), a los pocos días, me llamaron y enviaron correos electrónicos para citarme a las primeras reuniones. Ahí partió el proceso, con mi esposo fuimos a los encuentros FAE, a las evaluaciones psicológicas y, luego de eso, nos dijeron que nos avisarían en caso de ser idóneos para ingresar al Programa.

¿Y pasó mucho tiempo para que te llamaran?

No, al contrario, luego de que fuimos declarados idóneos, a los pocos días, me llamaron para que recibiera un lactante, pero no me dijeron si era niño o niña, nada. Me emocioné mucho, porque supe que iba a ayudar y contener a alguien que, siendo tan pequeñito o pequeñita, ya había pasado por cosas terribles.

¿Cómo fue el momento del recibimiento?

Era una bebé de 4 meses, no se movía mucho, tampoco gesticulaba, cuando la tomaban no lloraba, cualquier persona podía tomarla y llevársela, nos dijeron que no tenía “apego emocional”. Yo ahí me dije que la iba a cuidar hasta que pudiera e iba a dar lo mejor de mi durante el tiempo que nos tocara estar juntas. Al mes de recibirla, ya pude notar los cambios, gracias al proceso de estimulación y mucha dedicación, su cara cambió y ya reconocía mis brazos.

Cuenta Oriana, muy contenta, mientras la pequeña de un año corre por la casa y señala las fotos balbuceando algunos nombres.  Nos dice “ella es así, le gusta tomar todo… y andar por todos lados”. Efectivamente, gracias a la estimulación, el amor y dedicación, un niño, niña o adolescente que ha vivido alguna vulneración, puede reparar o modificar sus conductas y mejorar sus formas de relacionarse.

¿Oriana tú y tu familia están conscientes de que su hogar está siendo una alternativa ante una Residencia?

Así es, fuimos la alternativa a que ella no se fuera a una Residencia, sólo bastaba tener el compromiso y las ganas de acoger. Donde caben 3 platos, caben 4, si puedo entregarle cariño a mi hijo también puedo entregarle cariño a ella. Si bien, las tías en una Residencia pueden dar cariño, es más difícil que lo hagan de manera personalizada, así como lo necesitaba ella, que no había desarrollado apegos.

¿Sabes que llegará un momento en que se tendrá que ir?

Si, nos lo dicen desde la primera entrevista. Pero, cuando deba irse, lo hará con valores y mucho amor, porque le hemos entregado mucho amor. Cuando llegue el momento de que se vaya, para todos va a ser difícil, por la costumbre, pero, aunque vamos a estar llenos de pena, también estaremos llenos de alegría, porque la niña no se va a ir como una roca, dura, se va a ir con valores, con afecto, protección y cuidado. Sabiendo que todos esos valores que le entregamos permitirán que tenga un mejor desarrollo emocional, cognitivo y mayor autoestima. Se irá en buenas condiciones de salud y con sentimientos mejores, esperando seguir recibiendo el mismo o más amor.

¿Qué le dirías a las personas para motivarlas a ser Familia de Acogida?

Compartan amor, compartan su hogar. No es necesario estar casado, cualquier persona puede acoger.

Al respecto el director César Guzmán puntualiza que “sólo se exige ser mayor de edad, no tener antecedentes penales y no estar inhabilitado para trabajar con lactantes, niños, niñas y adolescentes. No es necesario estar casado, ni tener hijos. Pueden acoger personas solteras u homoparentales. Lo importante es tener compromiso y motivación para cambiar la vida de un lactante, niño, niña o adolescente, y tener la capacidad de brindar cariño y contención. Para ser familia de acogida se debe pasar por un proceso de postulación, evaluación y capacitación.

¿Te gustaría seguir acogiendo?

Si, me gustaría seguir acogiendo, también a niños más grandes, es un desafío, pero buscando sus intereses, podemos ir avanzando en la recuperación. Yo le cuento a mis amistades y se entusiasman mucho, claro, con el miedo a encariñarse y a que el momento de la despedida sea muy doloroso, pero el Servicio hace un acompañamiento durante todos los procesos. El proceso de cierre y despedida, se llevan a cabo seguimientos posteriores y, en particular cuando termina el acogimiento, se entregan herramientas para que los cuidadores puedan “sanar” tras la partida. Entendiendo que un adulto puede usar mejor sus herramientas para comprender que el proceso del acogimiento se cerró, señara el director.

Actualmente, Atacama no cuenta con un Banco de Familias de Acogidas, es decir, que, ante una emergencia, el niño, niña o adolescente que haya vivido una vulneración, deberá ser recibido en una Residencia. Es tarea de cada uno de nosotros difundir y cambiar esta realidad.

scroll to top