La fiscalía solicitó este miércoles cadena perpetua contra el chileno Nicolás Zepeda, juzgado en apelación en Francia por el asesinato en 2016 de su ex novia japonesa Narumi Kurosaki, desaparecida desde entonces.
“Todo, insisto, todo apunta a Nicolás Zepeda en la muerte de Narumi Kurosaki”, declaró el fiscal Étienne Manteaux ante el tribunal de apelación de Vesoul (este), subrayando que se trató de un asesinato con premeditación.
Durante el juicio en primera instancia en 2022, Manteaux ya pidió cadena perpetua, pero el tribunal lo condenó entonces a 28 años de prisión al considerarlo culpable de la muerte de la joven japonesa de 21 años.
Según la acusación, Zepeda cruzó el Atlántico para ver a la joven dos meses después de su ruptura y la habría matado en su habitación de la residencia de estudiantes de Besanzón (este) y se deshizo del cadáver un día después.
“Narumi murió en Besanzón en la habitación 106 del edificio Rousseau el 5 de diciembre de 2016 (..) Nicolás Zepeda la asfixió o la estranguló“, subrayó Manteaux, para quien los “gritos de mujer” que se escucharon de madrugada son la “prueba central”.
En una abarrotada sala de audiencia, el chileno de 33 años, que niega los hechos, escuchó impasible las dos horas de metódico alegato del fiscal, sentado en el banquillo de los acusados y tomando notas.
A partir de este jueves, el tribunal, formado por cinco magistrados y nueve jurados populares, debe determinar si es culpable. En sus alegatos, la defensa intentará este miércoles subrayar las “zonas grises” de la investigación y sembrar las dudas.
Para apuntalar su acusación, Manteaux descartó las tesis del suicidio, la desaparición por propia iniciativa o el secuestro para pedir una recompensa, y recordó casos sin cadáver en Francia, donde se condenó al acusado.
“En un caso criminal es muy raro tener un tal manojo de indicios”, subrayó el fiscal, quien destacó un “procedimiento excepcional” con investigaciones en Francia, Chile, España, Reino Unido y Japón, y agradeció a la justicia chilena la extradición de Zepeda en 2020.
Entre las “abrumadoras pruebas” para Manteaux figura la conexión a las cuentas de mensajería electrónica y de una red social de Narumi desde España, Suiza y Chile, coincidiendo con la presencia del chileno en estos países días después de la desaparición.
Según la acusación, Zepeda se apoderó del celular de Narumi y accedió a sus cuentas de mensajería electrónica para enviar mensajes a los allegados haciéndose pasar por la japonesa y retrasar el inicio de la búsqueda hasta su regreso a Chile el 13 de diciembre.
Premeditación y “femicidio”
Su discurso presentó a un Zepeda como un “macho herido” y “celoso”, que no habría aceptado que su ex novia se marchara a estudiar a Francia, escapando de su “control”, rompiera con él semanas después e iniciara una nueva relación con Arthur del Piccolo.
“Para él era insoportable. Hizo todo lo posible para reconquistarla y no funcionó”, por lo que “su amor corrupto y obsesivo por Narumi pone en marcha su segunda opción: Está dispuesto a matarla” y “todo estaba listo” para ello, agrega.
La compra de cinco litros de combustible, fósforos y un producto de limpieza; su visita previa a una zona boscosa a unos 50 kilómetros de Besanzón, donde habría quemado o arrojado al río Doubs el cuerpo; y su vigilancia de la residencia universitaria corroborarían, en su opinión, la premeditación.
“Es un femicidio en todo el sentido que le da actualmente la sociedad”, subrayó Manteaux. Si el tribunal no retiene el agravante de premeditación, podría atenerse al de violencia por una expareja, reabriendo la puerta a la pena de cadena perpetua.
El fiscal lamentó que el chileno no confesara y las críticas de su padre, Humberto Zepeda, a una investigación que considera “a cargo”. “La familia Zepeda está dispuesta a todo (…) para restaurar el honor destrozado de la familia”, aseguró.
Emol