Actualmente en Chile son más de 40 las instituciones que tienen algún grado de injerencia en la administración y la gestión del agua, hecho que, para el Gobierno, muchas veces dificulta el trabajo y ralentiza la toma de decisiones referentes al recurso hídrico. Esto, dicen, no conversa con el actual contexto de megasequía por el que atraviesa el país, en el cual es necesario establecer medidas rápidas a fin de asegurar el suministro del recurso en el futuro.
Es por eso que en el Ejecutivo están pensando en la creación de una “nueva institucionalidad” para manejar el agua en Chile, la cual pueda “unificar” la toma de decisiones en esta materia. Y para eso, un eventual Ministerio del Agua, una subsecretaría o quizás una entidad autónoma especializada surgen como opción, aunque desde La Moneda afirman que aún hay mucho por evaluar.
Por ejemplo, para el ministro de Agricultura, Antonio Walker, en cuyo sector, producto del riego de cultivos, se utiliza cerca del 80% del agua extraída en el país, la idea de un Ministerio del Agua le atrae bastante. De hecho, ese tipo de institucionalidad fue una de las cosas que más captó su atención durante su gira por China la semana pasada, en el marco del Chile Week 2019.
Y es que Walker, durante su estadía en el gigante asiático, averiguó sobre la manera en que China administra sus recursos hídricos y señaló, en entrevista con Emol, que “lo primero que nos llama la atención es que acá hay un Ministerio del Agua, y que ve todo” lo relacionado con el recurso.
Según el ministro, actualmente en Chile la discusión está centrada en “la cosa estructural, que es la inversión en grande obras de riego”, como embalses, infiltración de acuíferos, riego tecnificado y desaladoras, pero, pese a subrayar la importancia de lo anterior, sostuvo que existe otro tema clave: “La institucionalidad del agua”.
Las más de 40 instituciones que manejan el recurso en el país, como la Dirección General de Aguas (DGA), la Comisión Nacional de Riego (CNR), Fundación Chile o las Organizaciones de Usuarios del Agua (OUA), según Walker, hace que algunos trámites agrícolas como cambiar puntos de captación de aguas o inscripciones de derechos del recurso puedan tardar varios años, manteniendo frenados proyectos de inversión en infraestructura hídrica.
“Tenemos que tomar el toro por las astas (…). Tenemos que darle institucionalidad al agua para que cualquier persona que quiera inscribir un derecho de agua en 30 días le digan que sí o que no, pero no en más de tres años”, expuso, agregando que “al ministerio nos va a ver mucho gente que quiere hacer una inversión y que no la puede hacer. Estoy hablando de inversiones grandes”.
Por ello, consultado sobre si Chile debiese tener un Ministerio del Agua, Walker aseguró: “Yo creo que sí”, aunque apuntó que aún “debemos explorar todas las alternativas, pero tengo una cosa clara: no podemos seguir como estamos”.
“Este es un tema mucho más profundo, es un tema país en el que tenemos que tener una mirada a largo plazo, con una mirada transversal. Juntémonos con los asesores de oposición y Gobierno y lleguemos a un gran consenso nacional respecto a la institucionalidad del agua”, recalcó, comentando que además de un ministerio, se podría pensar también en una subsecretaría, pero para eso que “los mejores técnicos nos propongan las mejores soluciones”.
MOP también apunta a necesidad de nueva institucionalidad
Quien también se refirió al tema fue el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, cartera que acoge a la Dirección General de Aguas (DGA), organismo encargado, entre otras cosas, de promover la gestión y administración del recurso hídrico en el país.
El titular del MOP, si bien no se mostró abiertamente a favor de un Ministerio del Agua, sí promueve la idea de una nueva institucionalidad. “En Chile tenemos muchísimas instituciones que tienen injerencia en la administración y la gestión del agua, más de 40 instituciones que tienen algo que decir en esta materia, y eso por supuesto que en muchas ocasiones hace difícil el trabajo y la toma de decisiones”, comentó a Emol.
Por lo tanto, continuó, “entre las cosas que tenemos que pensar a mediano y largo plazo en Chile es tener una nueva institucionalidad y eso es parte de lo que quisiéramos afrontar en el trabajo que el Presiente nos ha encargado para que Chile pueda adaptarse al cambio climático que tenemos”.
“Eso requiere decisiones y las decisiones, por supuesto, son más fáciles si es que tenemos una institucionalidad adecuada”, añadió, aclarando eso sí que “yo no me atrevería a decir cuál debe ser esa institucionalidad, pero sin duda tiene que unificar más la toma de decisiones en esa materia”.
Y en ese sentido, Moreno dijo que “hay muchísimas opciones” además de un ministerio. “Hay gente que ha propuesto una subsecretaría o una entidad especializada. Pero más allá de eso, creo que hay que sentarnos y mirarlo con cuidado, buscar cuáles son los mejores caminos”.
“¿Organismo técnico, autónomo e independiente de ciclos políticos?”
Desde el mundo académico, la directora del centro de Derecho y Gestión de Aguas y de la U. Católica, Daniela Rivera, también entregó su visión al respecto e indicó que “sin lugar a dudas, la dispersión y falta de coordinación entre los distintos organismos, públicos y privados, que tienen potestades en materia de aguas en Chile dificulta enormemente su gestión”.
De hecho, Rivera afirmó que “parte de la crisis hídrica que experimenta actualmente el país en este ámbito se relaciona a esa falencia o debilidad estructural o institucional. Por lo tanto, parte de la solución a esta crisis requiere cambios en este campo: hay que revisar y ajustar la institucionalidad del agua”.
En esa línea, la académica explicó que “se ha hablado de la creación de una Subsecretaría del Agua, o incluso de un Ministerio del Agua. Es verdad que esto podría propiciar una unidad y coordinación de la administración del Estado en esta temática, lo que se requiere con urgencia”, pero apuntó que para definir aquello hace falta antes un análisis “serio y riguroso”.
Según la experta, para la implementación de una nueva institucionalidad del agua primero se debe dar respuesta a una serie de interrogantes, como “¿por qué un Ministerio del Agua y no uno de Sostenibilidad?”, donde no solo se traten los temas hídricos, sino que la administración y protección de todos los recursos naturales del territorio.
“O bien ¿por qué, en lugar de crear un ministerio, y aumentar el aparato estatal centralizado, no se piensa en la posibilidad de crear una agencia administrativa independiente que se encargue de la administración y protección del agua, que tenga un carácter eminentemente técnico, autónomo y que sea independiente de los ciclos políticos? Ello, contribuiría a sacar el agua de las discusiones puramente políticas e ideológicas y permitiría una planificación más a largo plazo, en base a criterios técnicos”, concluyó Rivera.