Esto, luego de que a a los patrulleros de policía de Nueva York, Estados Unidos, se le ordenó revisar tatuajes característicos del Tren de Aragua.
Las autoridades a nivel mundial utilizan diversas técnicas investigativas para establecer que un delincuente pertenezca a una organización criminal. Entre ellas se encuentran, las declaraciones o confesiones, sin embargo, otro factor que podría vincular al antisocial con una asociación ilícita: los tatuajes.
Esa es método que están utilizando la policía de Nueva York, Estados Unidos, con el objetivo de tratar de establecer la identidad de los miembros de los grupos criminales que arriban a la ciudad. De hecho, a las patrullas neoyorkinas, según The Wahington Post, se les ordenó someter a revisión a los inmigrantes en búsqueda de tatuajes distintivos que los vinculen con la organización criminal internacional Tren de Aragua.
“Si identifica alguno de los símbolos o iconografía a continuación y desea recibir asistencia en tiempo real, coordine con el equipo de inteligencia de campo de su distrito”, reportó el medio ya mencionado.
Esta es una muestra incipiente de que el grupo delictual, de origen venezolano, está intentando operar desde los Estados Unidos. Sin embargo, este escenario contrasta en América central y sur. El Tren de Aragua ha constituido durante los últimos años una red criminal internacional a través de sus células en Colombia, Perú y Chile, y manteniendo presencia esporádica en Ecuador, Bolivia y Brasil, según informó InSight.
Dado que esta organización criminal opera en Chile, las autoridades comenzaron a evaluar los tatuajes característicos de la red como un posible indicador investigativo.
Producto de esto, los investigadores han podido definir un marco de grupos criminales extranjero que operan en Chile. Fuentes de alto cargo del Ministerio Público le dijeron a Emol que sospechan de que al menos tres organizaciones criminales de origen ecuatoriano operan en Chile gracias a los antecedentes ya mencionados: “Los Choneros”, “Los Lobos” y “Los R7”.
En Chile
Ignacio Castillo, director de la Unidad Especializada en Crimen Organizado de la Fiscalía Nacional, señaló por qué los tatuajes solo sin indicadores y no una prueba fehaciente que permita la vinculación entre el criminal y la organización.
“Uno de los posibles indicadores para adscribir a un sujeto a con una organización criminal puede ser el de los tatuajes”, sostuvo pero añadió que “toda persona que está tatuada con un determinado tatuaje no quiere decir que inequívocamente que pertenezca a la organización. Y, en segundo lugar, los tatuajes son una cuestión de una identidad cultural mucho más latinoamericana”.
Describió en diálogo con Emol cómo son los tatuajes de miembros de las organizaciones criminales extrajeras. “Estos indicadores simbolizan determinados elementos, como imágenes o representaciones vinculadas a iconos bíblicos”.
“Las organizaciones de Centroamérica, particularmente las Maras, se vinculan mucho con la imagen de la Virgen María; las mexicanas, tienen una fuerte orientación con la muerte, y en el Tren de Aragua es famoso la utilización de imágenes asociadas a una corona o a una coronación“, ejemplificó.
Respecto sobre los delincuentes chilenos, Castillo sostuvo que estos grabados no representan necesariamente “pertenencia” a algún grupo criminal, sino que estos se relacionaban con las experiencias de vida, como las vivencias en la cárcel.
“En la década del 90 destacó que los individuos se tatuaran una lágrima en el rostro o señas en las manos, que identificaban a familiares que hubiesen perdido la vida mientras ellos estaban en la cárcel”, precisó.
Eso sí, destacó que este fenómeno se registra en Latinoamérica y que si bien los tatuajes son principalmente relevantes para Las Maras, esta tendencia se ha ido acrecentando en “México, Venezuela, en República Dominicana, en la de Ecuador, y en parte en Brasil”.
En contraste, destacó que las organizaciones criminales que operan en Europa, particularmente la albanesa, la Cosa Nostra y la Camorra, por ejemplo, “no tienen asociado el uso de tatuajes como una cuestión culturalmente adscrita”.
¿Por qué tatuajes?
El director explicó que “las organizaciones criminales latinoamericanas tienen un fuerte compromiso y vinculación, de los sistemas carcelarios. En el mundo carcelario, el tatuaje históricamente siempre ha sido relevante”.
Lo anterior, con el objetivo de “identificarse dentro de los recintos carcelarios, darse estatus y obtener protección dentro de los recintos carcelarios”.
Este punto fue reforzado por el capitán Alden dos Santos de la Policía Militar de Brasil, quien le comentó a InSight Crime que los prisioneros se tatúan diseños para representar algunos de los crímenes específicos que han cometido.
Los tatuajes “también sirven como una muestra de poder y estatus […] así como una forma de amenazar al Estado o a los enemigos”, sostuvo el capitán dos Santos.
Castillo también afirmó que los delincuentes “pasan a ser miembros de una tribu”.
FUENTE EMOL