La historia de Hunga Tonga-Hunga Ha’apai es bastante impresionante. Se trata de una franja de terreno (isla) ubicada en el Pacífico, que nació a partir de 2014 luego de una erupción del volcán submarino, que tiene el mismo nombre.
De acuerdo a lo que reporta National Geographic, este lugar en concreto es la cima del enorme cuerpo rocoso, el cual tiene 1.400 metros sobre el fondo del mar.
Imágenes difundidas el pasado fin de semana por Sismología Chile alertaron respecto a un desconcertante cambio que tuvo aquella zona antes mencionada, debido que quedó dividida en dos partes luego de la erupción del macizo.
Probablemente aquella consecuencia era esperable, debido a que el volcán emitió ceniza, rocas y gases a 20 kilómetros de altura, durante aquel sábado 15 de enero.
Por fortuna, y debido a su evidente peligrosidad, en el lugar no habitan personas ni fauna. No obstante, para la ciencia esta sí ha sido una zona de profundo interés para la ciencia.
Historia de Hunga Tonga-Hunga Ha’apai
La creación de la isla se forjó a partir de una erupción en diciembre de 2014. Aquel evento habría tenido características similares a los que se vieron el pasado fin de semana.
Todo aquel material incandescente se elevó por cerca de nueve metros. En ese proceso las cenizas se asentaron en el lugar durante enero de 2015, hasta conformar un espacio rocoso en el mar de 120 metros. Éste se localizó entre dos islas más antiguas.
En un inicio los expertos pensaron que esta nueva isla estaría presente en el mapa por cerca de tres meses, pero lo cierto es que perduró por varios años.
Sin ir más lejos, un estudio de la NASA elaborado en 2018 estimó que permanecería en la superficie entre seis y 30 años, aunque con la reciente erupción este lapso podría cambiar.
“Nuestro interés es calcular cuánto cambia el paisaje 3D con el tiempo, en particular su volumen. Este es el primer paso para comprender las tasas de erosión y descifrar porqué ha persistido más tiempo”, declaró al citado medio Jim Garvin, científico de la NASA.
Fuente: BioBioChile