Chile se convirtió en el décimo miembro pleno del acuerdo comercial, que, según datos de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales, en 2021 representó el 12,2% del PIB global.
Fue a inicios de marzo de 2018 cuando, en una ceremonia encabezada por la entonces Presidenta Michelle Bachelet, se firmó en Viña del Mar el Tratado Integral Progresista de Asociación Transpacífico, denominado como CPTPP y conocido simplemente como TPP-11.
Casi cinco años después, tras una dilatada tramitación y aprobación en el Congreso, el acuerdo entró en vigencia para Chile a partir de este martes, convirtiéndose en el décimo miembro pleno del tratado, del que también son signatarios Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.
Con esta medida, la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei) estima que 2.930 líneas arancelarias obtendrían rebajas adicionales y se podrán exportar con preferencia arancelaria a partir de este martes 21 de febrero “siempre y cuando cumplan con la norma de origen, y dependiendo del calendario de desgravación”.
De acuerdo a la información otorgada por el Gobierno, en 2021, los países miembros del TPP-11 representaron el 6,7% de la población mundial, el 12,2% del PIB global y el 14,8% del intercambio comercial mundial. Asimismo, Chile es el único país del CPTPP que cuenta con acuerdos comerciales con el resto de los 10 países que lo integran.
En 2022, el monto exportado por Chile a este bloque representó el 14% del total enviado por nuestro país al mundo. En cuanto a las importaciones desde el bloque, estas fueron equivalentes al 8,6% del total importado.
Desafíos que se vienen
Lo que sí, con la entrada en vigor del acuerdo, se abren una serie de desafíos para nuestro país. Sobre esto se refirió Andrés Delgado, abogado y académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma, quien aseguró que el principal reto será la implementación del acuerdo comercial.
“El TPP-11 es tratado de libre comercio que se enfoca en cómo la regulación interna puede afectar a los flujos de comercio externos, y adaptarla a los requisitos que establece el TPP-11. Esa es su principal innovación y desafío. Por ellos, el Gobierno debería desarrollar criterios basados en el TPP-11 para determinar qué regulación interna -incluidas leyes- va a ser necesarias modificar para que no incumplan los preceptos del TPP-11”, dijo.
Por otro lado, Delgado mencionó que se requiere “el desarrollo de una institucionalidad a nivel país que permitan tomar una posición interna coherente. El principal foco del TPP-11 es hacer que la regulación nacional no afecte negativamente el libre comercio. Esto requiere la participación no sólo el Gobierno, sino también el Congreso y los actores sociales que regulan distintos aspectos del quehacer económico en Chile”.
En cuanto a la posible incorporación de China al acuerdo, el abogado dijo que “resulta paradójico que un tratado que fue diseñado para limitar la influencia China en área del Pacífico vaya a incorporar a China. Pero Chile no debiera en principio negarse a tal adhesión, sino que debiera extraer la mayor cantidad de ventajas no sólo arancelarias, durante el proceso de incorporación de China”.
En ese sentido, Andrés Rebolledo, economista y ex director de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), indicó que “la decisión que tiene una connotación geopolítica más relevante, que es la incorporación de China al TPP-11, en la cual me parece que Chile también debiera impulsar y ser un actor activo respecto a la incorporación de China en este acuerdo, dado que tiene hoy día todo el derecho a participar de la decisión”.
Junto con ello, Rebolledo manifestó que, dado el interés de Uruguay de participar en el tratado, Chile debiera “ser un aliado en el TPP-11 de Uruguay, en el sentido de ser uno de los impulsores decididos de que Uruguay entre a este acuerdo”.
El docente investigador del Centro de investigación de Empresa y Sociedad de la Universidad del Desarrollo, Carlos Smith, sostuvo que es “el Estado tiene que ser capaz de generar las condiciones para que las empresas puedan seguir desarrollándose, y podamos ser una parte importante de esta cadena productiva a nivel mundial. En ese sentido, el interés que tiene China, Corea del Sur, Taiwán y hasta el Reino Unido en entrar a este tratado es una buena noticia, y el Gobierno debiera pensar en apoyar este tipo de incorporaciones porque se abren más posibilidades de crecimiento”.
Rodrigo Yáñez, socio de Deloitte Global Trade & Investment y ex subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, por su parte, considera que el CPTPP “ya es una realidad” y que “será fundamental desarrollar una acción permanente de información y difusión por parte del Gobierno, pero también del sector privado, a lo largo de todo Chile y con un énfasis importante en las pymes”.
Advierte que “de no ocurrir lo anterior, se corre el riesgo de que las nuevas oportunidades generadas a partir de las mejoras en materia arancelaria; el potente esquema de acumulación de origen diseñado para dotar de mayor valor a nuestra oferta exportable; las herramientas para facilitar los intercambios comerciales en el ámbito aduanero; los instrumentos para evitar la aplicación de medidas proteccionista en el ámbito regulatorio; por mencionar algunos elementos que dinamizarán el comercio de productos; puedan dilapidarse”.
Respecto a las decisiones de membresías, recalcó que “este es un acuerdo abierto y al cual ningún país debe tener las puertas cerradas, pero también de altos estándares, lo que significa que no pueden relajarse sus normas por facilitar la entrada de algún nuevo miembro. En ese sentido, Chile debe ser entusiasta de la ampliación del bloque, pero orientando con realismo a todos los nuevos candidatos a accesión”.
Fuente: Emol