A raíz del recambio de turistas y veraneantes a lo largo de todo el país en busca de opciones y lugares para refrescarse, que incluyen panoramas en piscinas, ríos o la playa. Lo que muchos no sabes es que el riesgo de sufrir una infección urinaria aumenta durante el verano. Para prevenir este tipo de patología es importante tomar precauciones y evitar ciertas conductas.
Es importante saber que las infecciones urinarias se producen por la presencia de microorganismos en la vía urinaria, principalmente en la vejiga y con menos frecuencia en los uréteres y el riñón. Los gérmenes involucrados son los de la zona anogenital, principalmente la Escherichia Coli, cuya presencia se extiende a la zona urogenital, para luego generar la infección urinaria.
Según lo que señala el Dr. Jaime Albornoz, gineco-obstetra del área de Medicina Reproductiva de Clínica Las Condes, “por lo general, las infecciones urinarias son más frecuentes en mujeres, dado a que su uretra es más corta y la distancia entre el meato uretral y el periné es menor”.
¿Por qué se produce más en verano?
Esto surge debido al aumento de humedad en el área urogenital por el calor y el sudor. De esta manera, se altera la flora vaginal normal y se puede producir la proliferación y crecimiento de bacterias patógenas que pasan desde el periné a la uretra y a la vejiga. Son múltiples los factores relacionados con un aumento de su frecuencia durante los meses de verano, y entre ellos se puede mencionar:
- El aumento en la actividad sexual en las mujeres, que genera el transporte de bacterias desde la zona perineal a la uretra.
- El uso de trajes de baño húmedos por intervalos de tiempo prolongado durante el día, que también favorece la movilización de las bacterias desde la zona perineal.
- El hecho de evitar ir al baño a orinar (aguantarse) por intervalos prolongados, que permite que los gérmenes se desplacen desde el meato uretral hasta la vejiga, sin la posibilidad que el chorro de orina generado por la micción las elimine.
- Finalmente, las elevadas temperaturas y una inadecuada hidratación, que disminuye la producción de orina y la frecuencia miccional.
Síntomas de una infección urinaria
“El diagnostico de una infección urinaria se realiza generalmente luego de la aparición de síntomas como dolor al orinar (disuria), aumento de la frecuencia miccional, pero en cantidades pequeñas (poliaquiuria), urgencia miccional (imposibilidad para aguantar el deseo de orinar) y la sensación de quedar con la vejiga incompletamente vaciada”, detalla el Dr. Albornoz.
Además, señala que en los casos más avanzados, puede aparecer orina turbia y de mal olor. Luego, cuando la infección asciende y compromete el riñón, surge la fiebre, el compromiso del estado general y dolor lumbar unilateral.
“Es fundamental consultar a un especialista, ya que el tratamiento debe orientarse en forma específica al germen aislado y al estudio de sensibilidad microbiana a los antibióticos”, detalla el gineco-obstetra de Clínica Las Condes. Además, especifica que la confirmación de una infección urinaria se diagnostica mediante un examen de orina completa con urocultivo.
Tratamiento
Los casos de Cistitis aguda se tratan con antibióticosvía oral, sin embargo, los casos más complejos, como la pielonefritis aguda (infección de los riñones), requieren tratamiento con antibióticos endovenosos.
En los casos de infecciones urinarias recurrentes, se recomienda acudir a un especialista, para descartar trastornos más complejos, tales como:
- Alteraciones del vaciamiento vesical, con residuo post miccional alto.
- Malformaciones de la uretra (divertículo uretral).
- Reflujo vesicoureteral, una causa de infecciones recurrentes en el riñón.
- Enfermedades crónicas como la Diabetes.
Fuente: Clínica las Condes