Después de dos meses inmersa en los paisajes blancos y rocosos de la Antártica, la paleontóloga de la Corporación Regional de Paleontología e Historia Natural, CIAHN Atacama, Dra. Joseline Manfroi, culminó una intensa expedición científica paleontológica en una de las áreas de más difícil acceso de la Península Antártica: su cara oriental junto al Mar de Weddell.
Durante 35 días la paleontóloga de CIAHN Atacama, quien desarrolla investigaciones en el área de paleobotánica, paleoecología y paleoclimatología, estuvo en un campamento haciendo prospección de fósiles en la Isla Vega, en yacimientos que se remontan a finales de la Era de los Dinosaurios (Cretácico 145 – 66 millones de años). El foco principal de estas excavaciones fue el estudio de las floras fósiles preservadas en estos depósitos. Esto requirió un largo viaje en el Navío Oceanográfico Ary Rongel, que estaba a cargo de la logística y transporte de los investigadores desde Punta Arenas, en el extremo austral de Chile, hasta el destino del campamento en la Antártica.
En el Continente Blanco las condiciones climáticas y ambientales para hacer campamentos de larga duración son bastante difíciles, en especial para campañas de prospección paleontológica, debido a la ubicación de los afloramientos fosilíferos y la exposición al clima que esto representa. En la actualidad la Antártica es el área del globo que presenta las condiciones más extremas para la sobrevivencia humana, con vientos continuos y fuertes, además de bajas temperaturas a largo de prácticamente todo el año.
Para que un equipo logre realizar actividades de terreno en áreas tan agrestes, es necesario un gran apoyo logístico y también preparación y entrenamiento por parte de los investigadores. En este caso, el proyecto de investigación en que participa la Dra. Manfroi: FLORANTAR/PRONTAR/CNPq, es financiado por el Programa Antártico Brasileño, el cual ofrece todo el aporte logístico necesario, desde los traslados de los investigadores en barco y helicóptero, hasta estructura para el armado del campamento (como carpas y generadores), junto con la alimentación y combustible para generación de electricidad.
“Fue un gran honor tener la oportunidad de realizar investigaciones en un área tan remota del globo como la Antártica. Es muy difícil para un investigador lograr una posibilidad como esta. Con el mal clima que tuvimos de enfrentar, todo el esfuerzo físico y mental que hay que tener por las largas caminatas montaña arriba y abajo con la mochila llena de fósiles, y por el tiempo sin comunicación y aislamiento, sin duda fue una de las experiencias profesionales más increíbles de mi vida. ¡Regreso muy contenta! Llena de novedades y hallazgos paleontológicos que ayudarán a comprender los cambios ambientales y climáticos que han pasado en la Tierra” expresó la paleontóloga.
Conexión Atacama y Antártica
Cabe destacar que en la región de Atacama hay depósitos rocosos del período Cretácico en las Provincias de Chañaral, Copiapó y Huasco, de la misma edad geológica de los fósiles que la Dra. Manfroi recolectó en la Antártica. Algunas de estas contienen registros de plantas, similares a las que la Dra. Manfroi excavó en la Antártica. Comparaciones entre el registro fósil y eventos ambientales que ocurrieron en este período en ambas zonas del planeta constituyen una gran oportunidad para mejorar la comprensión de los cambios de paisaje que estos sitios han atestiguado. En el período Cretácico, América del Sur aún estaba conectada por tierra con la Antártica, y ni el desierto de Atacama ni los casquetes de hielo polar se habían establecido aún.
“Comprender las características ambientales del pasado es fundamental para que se pueda construir un panorama global confiable de los cambios climáticos a lo largo del tiempo, para eso, las plantas fósiles son excelentes marcadores paleoambientales y nos aportan una gran variedad de información sobre el ambiente donde habitaban. Mirarlas y analizarlas es como abrir una ventana en el tiempo, y acceder al pasado”, comenta la Dra. Manfroi.
En este sentido, la Corporación de Investigación y Avance de la Paleontología e Historia Natural (CIAHN Atacama) – entidad que fue creada y es financiada por el Gobierno Regional de Atacama – en conjunto con diferentes actores de la comunidad e instituciones de investigación y conservación, trabaja para crear las condiciones para el desarrollo permanente de este tipo de investigaciones en la Región de Atacama, posicionándola como un núcleo de desarrollo científico que permita dar valor al enorme patrimonio paleontológico local y establecer sus conexiones con otros territorios. Actualmente cuenta con un equipo interdisciplinar de paleontólogos que están a cargo de fundar las bases de este gran proyecto y velar por la conservación y puesta en valor de nuestros fósiles y su territorio.
Protagonismo femenino
Además de la Dra. Manfroi otras dos investigadoras hicieron parte del equipo qué llevó a cabo las prospecciones en la Isla Vega – Antártica: la Dra. Paula Sucerquia y Dra. Taluany Nascimento, ambas de la Universidad Federal de Pernambuco – Brasil. Este equipo, formado por tres mujeres dedicadas a las Ciencias de la Tierra, representa un hito histórico para el desarrollo de la Ciencia Antártica, sobre todo para el Programa Antártico Brasileño, que en sus 42 años de aporte a las pesquisas antártica nunca había contado con un equipo de geocientistas formado solo por investigadoras.
En general, ciencias como la Geología y Paleontología han sido históricamente campos realizados predominantemente por personas del sexo masculino, y con una baja participación y visibilización femenina. Esto en gran medida se debe a la fuerte asociación de estas ciencias con el ámbito minero, así como la necesidad de participación en campamentos y expediciones de larga duración, trabajos pesados y exposición a las variaciones del clima. No es de sorprender entonces que, a lo largo del tiempo, expediciones a destinos extremos como la Antártica, han priorizado la participación masculina, siendo un hecho que se repite en distintos países y sociedades.
Sin embargo, esta tendencia general no ha impedido a las mujeres participar de este tipo de expediciones, destacando el ejemplo de la Dra. Teresa Torres (Universidad de Chile) que desde la década de 1980 lideró más de 20 expediciones científicas a la Antártica, siendo una de las pioneras de la investigación nacional en el continente blanco y la principal experta en maderas fósiles del país.
De esta manera, la realización de esta expedición científica con un marcado protagonismo femenino, representa otro avance no solo a nivel académico, sino que también en el avance de la equidad de género en el mundo científico.
Fuente: Corporación de Investigación y Avance de la Paleontología e Historia Natural de Atacama