Israel bombardeó la Franja de Gaza en las primeras horas del viernes y alcanzó zonas del sur donde se había pedido a los palestinos que se refugiasen. Además, comenzó a evacuar una ciudad próxima a su frontera norte con Líbano en el último indicio de que una posible invasión terrestre del sitiado enclave palestino podría desencadenar disturbios en la región.
Los palestinos en Gaza reportaron intensos ataques aéreos sobre la localidad sureña de Khan Younis, y las ambulancias con hombres, mujeres y niños llegaron en tropel a su hospital, Nasser, el segundo más grande de Gaza, que está desbordado de pacientes y personas que buscan refugio.
El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, ordenó en la víspera a las tropas terrestres que se preparen para ver Gaza “desde dentro”, insinuando una posible ofensiva terrestre con la que se busca aplastar a los dirigentes de Hamás, el grupo insurgente que gobierna la Franja, casi dos semanas después de su letal incursión en territorio israelí. Las autoridades no han ofrecido una fecha para el posible operativo.
En Gaza hay más de un millón de desplazados, muchos de ellos tras seguir la orden israelí de evacuar la parte norte del aislado enclave costero.
Los sobrepasados hospitales gazatíes están racionando sus menguantes suministros médicos y el combustible para los generadores, mientras las autoridades preparan la logística para un crucial envío de ayuda desde Egipto. En las oscuras salas de los centros del territorio, los doctores realizan cirugías a la luz de los celulares y utilizan vinagre para tratar las heridas infectadas.
El acuerdo para la llegada de ayuda a Gaza a través de Rafah, el único paso fronterizo que no está controlado por Israel, sigue siendo frágil. Israel dijo que los suministros solo pueden llegar a la población civil y que “frustrará” cualquier desvío por parte de Hamas. Más de 200 camiones y unas 3.000 toneladas de ayuda esperan en Rafah, o cerca, pero en el lado gazatí no han empezado las reparaciones en una carretera dañada por los bombardeos.
Israel ha evacuado sus comunidades próximas a Gaza y Líbano, trasladando a sus residentes a hoteles en otras partes del país con un programa financiado por el Estado. El Ministerio de Defensa anunció el viernes sus planes para evacuar Kiryat Shmona, una ciudad de más de 20.000 residentes cercana a la frontera con Líbano.
El grupo insurgente libanés Hezbollah, que cuenta con un enorme arsenal de cohetes de largo alcance, ha intercambiado fuego con las fuerzas israelíes a lo largo de su frontera casi a diario y ha dejado caer que podría unirse a la guerra si Israel intenta aniquilar a Hamás. Irán, archienemigo de Israel, respalda a ambos grupos armados.
El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió un respaldo inquebrantable a la seguridad de Israel “hoy y siempre”, al tiempo que añadió que el mundo “no puede ignorar la humanidad de los palestinos inocentes” en la asediada Franja de Gaza.
En un discurso desde la Oficina Oval el jueves en la noche, horas después de regresar a Washington tras una visita urgente a Israel, Biden estableció una distinción entre los palestinos de a pie y Hamás. Además, relacionó la guerra en curso en Gaza con la invasión rusa de Ucrania apuntando que Hamás y el Presidente ruso, Vladimir Putin, “quieren aniquilar por completo una democracia vecina”.
Biden dijo que el viernes enviará al Congreso una “petición presupuestaria urgente” para cubrir la ayuda militar de emergencia a Israel y a Ucrania.
El Ejército israelí ha atacado de forma incesante Gaza en represalia por el devastador asalto de Hamás del 7 de octubre. Aunque ordenó una evacuación masiva hacia el sur, sus ataques se han extendido por todo el territorio, avivando el temor de los 2,3 millones de habitantes del enclave a que ningún lugar es seguro.
Los insurgentes palestinos, por su parte, han disparado proyectiles a diario hacia Israel desde Gaza, y las tensiones se han recrudecido en la Cisjordania ocupada, donde 13 palestinos, entre los que había cinco menores, murieron el jueves durante un enfrentamiento con las tropas israelíes en la que éstas solicitaron un ataque aéreo, según el Ministerio de Salud palestino.
De acuerdo con las autoridades sanitarias palestinas, 3.785 personas han perdido la vida en Gaza desde el inicio de la guerra, sobre todo mujeres, niños y adultos mayores. Casi 12.500 resultaron heridas y se cree que otras 1.300 personas estarían sepultadas bajo los escombros, añadieron.
En Israel han muerto más de 1.400 personas, en su mayoría civiles durante la letal incursión de Hamás. Alrededor de 200 más fueron secuestradas. El Ejército israelí indicó el jueves que había notificado a las familias de 203 cautivos.
Emol