Optimista “moderada” se declara la ministra del Trabajo, Jeannette Jara (PC), quien prefiere ver el vaso medio lleno y no vacío, luego de que la Cámara despachara la reforma previsional, pero sin el llamado corazón del proyecto: el 6% de cotización adicional, a cargo del empleador, que se buscaba dividir en tres puntos para cuentas individuales y en otros tres para un fondo solidario.
La secretaria de Estado confía en que en el Senado se podrá llegar a un buen acuerdo. Incluso, no se cierra a ninguna alternativa y valora que el presidente de la UDI, Javier Macaya, planteara avanzar solo en el 3% para las cuentas personales. “Lo veo como una mitad en la que podemos estar de acuerdo. El desafío es la otra mitad, que es cómo mejoramos las pensiones del medio millón de jubilados actuales”, sostiene.
Antes de la votación, dijo que no era la propuesta ideal, sin embargo, era necesario hacer cambios para lograr acuerdos. Ahora, lo que se despachó de la Cámara ni siquiera es eso que ustedes habían concedido. Es mucho menos.
Fue un proceso muy difícil en la Cámara. Fueron largos 14 meses, en los cuales se intentó construir el acuerdo. Si bien no logramos avanzar en todos los contenidos que hubiésemos querido, se continúa con el debate legislativo, aun cuando algunos optaban por cerrarlo, rechazando la idea de legislar más rápido. Nunca ha sido fácil sacar una reforma previsional adelante.
Llama la atención que desde la oposición no hubo votos disidentes.
Es una señal muy preocupante, muy cruzada por el tono del debate en la Cámara. La oposición se fue endureciendo. Cuando hay voluntad de acuerdo, eso se manifiesta en el decir y en el hacer. El gobierno fue cediendo y la derecha fue radicalizando sus posiciones. Esperamos que en el Senado, donde tenemos buenas experiencias, como la ley de las 40 horas, la ley de conciliación de la vida laboral y familiar, podamos construir un buen acuerdo. Si alguien piensa que esto es fácil, la verdad es que está bajo una premisa que no es real. Si no, tendríamos reforma hace 10 años aprobada.
¿Queda con una sensación amarga? Porque, efectivamente, el consuelo es la idea de legislar. Sobrevivió la reforma, pero quedó muy dañada en lo que se ha llamado el corazón del proyecto: cómo se financia el fondo solidario con la cotización adicional.
Quedo con un optimismo moderado, el contrafactual de esto, era el rechazo de la idea de legislar. Era algo lo suficientemente grave. Sin duda, hay un desafío importante. Para poder subir las pensiones ahora, es necesario construir un seguro social. Eso ha sido lo esencial en lo que hemos estado en desacuerdo, pero creo que quienes estamos en política, incluyendo a la oposición, sabemos que las pensiones tienen que mejorar. Por tanto, creo que hay que hacer un esfuerzo para buscar esa fórmula que flote. Esta reforma no puede obedecer a un solo sector político. La reforma dista de lo que nosotros queríamos originalmente, pero cedimos; ahora, le toca a la oposición.
El problema es que la señal evidente es que desde Demócratas y Amarillos, hasta los republicanos, se rechazó la cotización adicional. Eso, técnicamente, murió en la Cámara. ¿Es posible revivir eso en el Senado?
Sobre la cotización adicional del empleador es bastante curioso lo que pasó. En el gobierno del Presidente Piñera también se proponía y avanzó. Y en el gobierno de la Presidenta Bachelet también se proponía. En otros países del mundo también cotizan los empleadores. Yo quisiera atribuirlo a un clima que no estaba del todo despejado para poder avanzar de la forma debida. Espero que esto en el Senado se reponga. Es de toda justicia que, en materia de pensiones, como en otros tipos de cosas o seguros, los empleadores también jueguen un rol.
¿Y no es la oportunidad de repensar todo? Le pregunto, porque la misma Asociación de AFP propuso financiarlo con impuestos generales. Aparentemente, el mismo empresariado está invitando a una reforma tributaria. ¿Lo interpreta así?
Los que plantean que esto suba vía reforma tributaria son los mismos que rechazaron la idea de legislar de la reforma tributaria. Uno no puede cerrar nunca los caminos, pero que esta propuesta venga de la Asociación de AFP, la verdad es que me tiene sin cuidado, porque creo que el objetivo de ellos es que su negocio siga intacto. Son intereses distintos. A nosotros nos interesa el bienestar de los pensionados..
Los críticos de la reforma plantean que la cotización adicional va a generar la carga en empleadores responsables que pagan las cotizaciones y en aquellos trabajadores responsables que no tienen lagunas.
Es parte de las fake news que se han instalado, porque esta reforma beneficia a los cotizantes. Y es tan claro, que la regla establece que se benefician por año cotizado. Cuando se creó el pilar solidario y la PGU, se abordó a la población que no cotizaba en un primer momento. Luego se extendió, como aporte previsional solidario, luego la PGU, para los cotizantes. Pero hoy, en el pilar de la cotización, tenemos un grave problema de monto de las pensiones y de legitimidad del sistema, porque las personas válidamente se preguntan para qué voy a cotizar si una mujer tiene una mediana de pensión de 38 mil pesos y termina manteniéndose de la PGU. Esto tiene que ver con otro elemento: cómo promover la formalidad en el empleo.
En la sala, el diputado Jorge Guzmán (Evópoli) los trató de “maestros chasquilla”. Independiente de sus conceptos, tenía una crítica de fondo: el gobierno, al negociar con distintos grupos, le fue agregando elementos que podrían desdibujar el criterio técnico de la reforma.
Mire, el gobierno no tiene mayoría parlamentaria y eso es una realidad. Además, el proyecto de pensiones requiere la mitad más uno de los parlamentarios elegidos. Hay que hacer esfuerzos para construir esa mayoría, y cuando las otras fuerzas políticas van proponiendo ideas, que son positivas, que pueden ayudar, por ejemplo, la de una tercera modalidad de pensión a través de un retiro colectivo que permita cortar la expectativa de las personas, mutualizando los riesgos, esas ideas van a ser acogidas, lo cual está en armonía con el proyecto. De eso se trata el diálogo político. Lo otro es cerrarse en posiciones y no avanzar. Lo mismo le pasó al gobierno del Presidente Piñera. El partió con un 6% que se fuera a las AFP, a capitalización individual, y terminó con una propuesta de 3-3, bastante similar a la distribución que proponía el proyecto. Si uno lo piensa, el 3-3 parece una propuesta ponderada. La tensión en la Cámara se instaló por un debate muy de trinchera. Es lamentable, porque, al final, las pensiones siguen bajando, los pensionados siguen sufriendo y mucha gente no se puede jubilar. Espero que, con un sentido de responsabilidad política, sorprendamos a Chile desde el Senado y podamos cumplir. Nadie le puede imponer una visión a otro. Eso sería un error político.
¿Entonces, la propuesta de Piñera era buena? ¿Por qué no la apoyó entonces la izquierda y, en especial, el PC?
No. Tenía la misma cotización adicional del empleador del 6% y distribución 3-3, pero el diseño de la industria previsional y del esquema de beneficios para los jubilados actuales y futuros es muy diferente.
¿Esta intervención del diputado Diego Ibáñez (presidente de Convergencia Social), quien criticó a los Demócratas y, en especial, a la senadora Ximena Rincón, afectó el resultado final de la votación?
Tanto Demócratas como el gobierno hemos cumplido con nuestro compromiso. Ellos aprobaron la idea de legislar, señalaron siempre que tenían diferencias en los contenidos del proyecto y nos han pedido evaluar un seguro de longevidad universal, cosa que vamos a hacer con el acompañamiento de la OCDE, a fin de poder revisar efectivamente la viabilidad financiera de un seguro en esta materia.
Pero algunos sospechan que el discurso de Ibáñez sí incidió para que se cayera el artículo del corazón del proyecto.
Lo que le puedo decir es que, desde el Ejecutivo, según lo que conversamos con Demócratas, se da plenamente por cumplido.
En lo personal, ¿quedó molesta con Ibáñez, al menos por el efecto de incertidumbre que generó?
Durante el largo debate que tuvo en la Cámara se dijeron muchas cosas que pudieron molestar y alterar el diálogo, pero en honor al esfuerzo que se ha hecho por alcanzar acuerdos, me quedo con la buena noticia de que se logró que el proyecto avance a su nueva fase en el Senado.
Otro hecho llamativo fue el repentino viaje del diputado Rubén Oyarzo (PDG). ¿Les dio una explicación?, ¿quedó molesta con su actitud?
Como le dije, acá lo importante es sumar voluntades de los que quieren que mejoren las pensiones.
Ahora tienen que tratar de reponer la cotización adicional vía indicación en la Comisión de Trabajo, donde van a tener minoría. Va a ser completamente adverso el escenario. Además, en la Comisión de Hacienda van a tener un solo senador oficialista.
La tramitación que se va a iniciar en la Comisión de Trabajo del Senado, y en la cual el senador Iván Moreira va a ser su presidente, viene precedida de un trabajo, durante estos dos años, en los cuales hemos logrado construir grandes acuerdos. No quiero decir con esto que vaya a ser fácil, porque sería muy cándido de mi parte, pero tengo un optimismo moderado en que podamos lograr un buen resultado.
El senador Javier Macaya (UDI) planteó la idea de hacer sobrevivir solamente el 3% de la cotización a cargo al empleador para cuentas individuales, porque ahí sí hay un punto de acuerdo. El desacuerdo está en cómo se financia el fondo solidario.
Eso permitiría solucionar el ahorro previsional y la futura pensión de quienes se están incorporando al mercado laboral, las personas de 24 años. Por lo tanto, lo veo como una mitad en la que podemos estar de acuerdo. El desafío es ponernos de acuerdo en la otra mitad, que es cómo mejoramos las pensiones del medio millón de jubilados actuales, en particular las mujeres, que han sido sumamente castigadas, y de quienes están en camino de jubilar. En eso tendremos que buscar un mecanismo que sea efectivo.
¿Vía IVA, por ejemplo, como una vez propuso el exministro de Hacienda Ignacio Briones (Evópoli)?
Se han hecho muchas propuestas en esta materia. Propuestas sobran. La capacidad de encontrarnos en una es lo que falta.
La polémica que se generó por las reuniones en la casa de Pablo Zalaquett, a las que usted concurrió en algunas ocasiones, al parecer no incidió en la votación, ¿pero a usted le generaron un trance complicado en lo personal, no?
Fue incómodo, creo que es importante señalar que por lo menos cuando yo fui requerida por la prensa, entregué toda la información, la expuse a Contraloría. Y claramente hago una autocrítica de este tema, pero de ninguna forma incidió en ningún elemento del proyecto. Incluso, algunos trataron de instalar esa sombra de duda, pero no me extraña, porque varias cosas han pasado en estos días, tratando de desviar la atención del debate central.
¿Le dolieron las críticas de su partido? La diputada Lorena Pizarro fue dura con los ministros. El presidente del PC, Lautaro Carmona, dijo que entendía sus palabras como una “autocrítica de corrección”.
Todos los temas de mi partido los converso al interior de mi partido.
Fuente: La Tercera