Jazmín Carro le dijo a su madre que su progenitor la había manoseado de manera inapropiada luego de una fuerte discusión familiar. Sin embargo, reconoció que inventó la historia porque estaba enojada y nunca pensó que la situación iba a llegar tan lejos. Entregó su testimonio en el marco de la presentación de un proyecto de ley para agravar las penas de quienes realicen acusaciones falsas.
Hace tres años, una entonces adolescente llamada Jazmín Carro, originaria de la Ciudad de Córdoba (Argentina), le dijo a su madre que su padre la manoseó de manera inapropiada luego de una fuerte discusión familiar. La acusación derivó en una denuncia de un supuesto abuso sexual y en la detención de su progenitor, quien permanece en prisión desde el momento en que fue señalado por su hija. Sin embargo, la presunta víctima confesó que todo era mentira, que estaba enojada y que producto de esto inventó la historia.
Su declaración fue parte de la jornada sobre Falsas Denuncias organizada por el Senado de Argentina, con motivo de la presentación del proyecto de ley que impulsa la senadora Carolina Losada para modificar el Código Penal y agravar las penas de quienes realicen acusaciones fraudulentas, según informó el medio local Infobae.
En la instancia, la joven que ahora tiene 17 años, contó su historia y con su relato conmovió a todos los que estaban presentes. “Mi nombre es Ana Jazmín Carro y vengo a contar mi historia”, comenzó diciendo, según recogió el mismo medio.
“Una historia donde no solo hubo una falsa denuncia de mi parte, sino una persecución del Polo de la Mujer -sistema dedicado a la protección de los derechos de las mujeres, especialmente en casos de violencia de género y abuso doméstico-, cómplice con la Justicia de Córdoba. Para condenar a un hombre inocente sólo necesitan a una persona que diga algo en contra de un hombre para terminar condenado por no menos de 10 años a la cárcel, o 15, como a mi papá”, agregó.
Luego la joven, que estaba acompañada de su madre Lorena, entregó más detalles de su caso y entre lágrimas expresó: “Mi historia comienza cuando tenía 14 años, empezando mi adolescencia, ahí me agarró un enojo con mi padre. No quería límites, no toleraba un orden, y en el colegio y la sociedad me mostraban a cada rato que yo era una mujer y que ningún hombre debía decirme qué hacer“.
Además, agregó que en ese momento iba a un colegio que “apoyaba el feminismo”, donde solían “darse discursos constantes del odio hacia el hombre” y, en ese contexto, Carro adoptó la historia de abuso de una compañera y la contó como suya señalando a su papá como agresor.
“Le dije a mi mamá que me había manoseado años atrás. Ella sin duda lo enfrentó y después de un rato de ellos discutiendo, fuimos al Polo de la Mujer a radicar y denunciar, y pedir ayuda para mí”, rememoró.
Sin embargo, indicó que en ese lugar nunca la ayudaron ni tampoco la contuvieron, pero también afirmó que “se aprovecharon de mí, me hicieron pararme sola con 14 años a hablar con alguien, y solo le conté lo que había pasado, ni más ni menos. Que le dije a mi mamá que mi papá me había tocado mis partes íntimas tiempo atrás”.
Y luego continuó diciendo que “nunca me preguntaron si era verdad o si mentía, y no sólo no dudaron de mí, sino que me hicieron una revisión médica muy invasiva para ver si había sido ultrajada en algún momento”.
“Una adolescente de 14 años que nunca había tenido ni siquiera un novio tuvo que abrir las piernas ante un hombre adulto desconocido. Ahí comenzó todo el maltrato, ya no solo hacia mi padre, sino también hacia mí”, sostuvo.
Un año después, Carro supo que el procedimiento al que fue sometida no era el correcto, ya que un solo doctor tiene la autoridad para firmar una declaración. Sin embargo, contó que no fue solo eso, puesto que “se tomaron el trabajo de poner que en esa revisión yo dije que mi papá me obligaba a chuparle el pene. Cosa que no solo nunca pasó, sino que nunca dije. Y pasó de una acusación de abuso simple a un abuso con acceso carnal y todos los agravantes”.
La denuncia alcanzó consecuencias que la joven nunca se imaginó. Y es que a su papá no le permitieron acercarse a ella, ni a su madre ni tampoco a sus dos hermanos.
En ese sentido, enfatizó: “No lo dejaron volver a su casa, a su hogar, solo por una acusación de manoseo, que ni siquiera sabían si era verdad. Sacaron a un hombre de su hogar, rompiendo desde un primer momento y casi con prioridad a una familia por completo”.
Pese a la confesión, la investigación siguió en curso
Carro confesó el engaño a la brevedad, tanto a su familia como a la justicia, pero luego de que lo admitiera, sostuvo que en el Polo de la Mujer de Córdoba le dijeron que debían continuar con la investigación en curso.
“Yo y toda mi familia, confiables a la Justicia de que iba a hacer su trabajo como debía, y al ver la realidad, casi un año después, me llevaron a una pericia psicológica previa a la Cámara Gesell, cuyo único objetivo era manipularme y hacerme entender que era una mujer abusada. Sin experiencia, mi mamá no puso algún perito de parte, e hicieron lo que quisieron”, indicó.
Y luego sumó: “Crearon una historia de abusos repetidos en mi cabeza y me hicieron entender que yo sí había dicho lo del sexo oral. ¿Cómo? Empiezan queriendo entrar en confianza, preguntándote cosas personales, como con quién vivo, cómo vivo, cómo es mi casa, qué hago cotidianamente, qué cosas me gustan hacer, si vamos o no de vacaciones… Y toda esa información la van usando para armar una historia perfecta y condenar a un hombre“.
En ese sentido, señaló que la psicóloga “se encargaba de armar la historia y decirme cómo había sucedido un abuso en casa, y no solo uno, sino que por mucho tiempo. Cuando intentaba decir que eso no fue así, que yo no viví eso, me decía que podía ser que yo lo haya olvidado, pero que es normal, que suele pasar. Y creaba en mi cabeza cómo mi papá supuestamente me llevaba a mi pieza o a la suya”.
La situación escaló, ya que poco tiempo después el hombre fue detenido por la Policía de Córdoba, momento en el que Jazmín “notó que las cosas habían ido demasiado lejos (…) Pasó el tiempo y busqué reiteradamente decir que había mentido a las fiscales a cargo, pero nunca me permitieron. Me mandaron a terapia, al principio solo conseguimos una asistencia de la víctima, que también depende del Gobierno, como el Polo de la Mujer, y solo quería lo mismo, que yo dijera que era una víctima”.
El caso llegó a juicio en 2022 y en la primera audiencia, Jazmín tenía la esperanza de que liberaran a su padre. Sin embargo, eso “no sucedió”. Pese a esto, entre lágrimas indicó que “pasó algo más terrible para mí”, puesto que relató que “al finalizar nos dejaron entrar a saludar a mi papá, ya que hace tres años que no veía a sus hijos”.
Julio, el progenitor de Carro enfrentó cargos de abuso agravado basados en las declaraciones iniciales de su hija y en los informes psicológicos, según Infobae. Durante el proceso, la defensa solicitó que se le permitiera a la joven testificar para decir que mintió, pero la petición fue rechazada.
“Desde el primer día que le conté a mi mamá que todo era mentira, nadie nunca me quiso escuchar. Siempre me trataron mal, nunca me dejaron poder hablar de vuelta, y fui a todos lados para poder hacerlo. Hasta el día de hoy no puedo hacerlo, pero sigo esperando que se me escuche”, concluyó Jazmín en su exposición.
Cabe mencionar que luego del juicio condenaron al padre de la joven a 15 años de prisión, de los cuales lleva cumplidos 4 años y 8 meses por los delitos de abuso sexual continuado, abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores.
“Vamos a erradicar la ideología de género”
El testimonio de Jazmín se da en el contexto de un proyecto de ley que, de ser aprobado, modificaría el Código Penal de Argentina para agravar penas sobre las falsas denuncias.
Este lunes, la iniciativa fue tratada en la comisión de Justicia y Asuntos Penales del Senado trasandino. En la instancia, el senador Juan Carlos Pagotto aseguró que “el perjurio en todos los países del mundo es un delito gravísimo”, y señaló que “no solamente afecta un bien jurídico determinado, afecta una pluralidad de bienes jurídicos”.
Por otro lado, la senadora Losada -quien propuso el proyecto- estableció que este “apunta a que la denuncia verdadera tenga lugar y todos los recursos se apunten a esa denuncia”. Asimismo, “tiene que ver con penalizar a la mentira, la estafa contra la justicia, y con que la justicia sea realmente más transparente y sea equitativa e igual para todos”.
“Es fundamental proteger a los denunciados de falsas acusaciones para equilibrar la Justicia para las víctimas sin desproteger a los inocentes”, manifestó la senadora en conversación con Cadena 3, según recogió Infobae.
Por su parte, el ministro de Justicia de Argentina, Mariano Cúneo Libarona, planteó en sus redes sociales para indicar que el Gobierno trabajará para “erradicar la ideología de género de la justicia”.
“Este es un caso paradigmático de cómo la ideología de género se apoderó de mentes inocentes para que sean los títeres de su revolución nefasta. Nos pusimos en contacto con esta familia destruida por el feminismo. Vamos a erradicar la ideología de género de la justicia“, indicó el funcionario.
Fuente: Emol