El juez fue castigado luego de la denuncia que realizó Audax Italiano por los insultos que realizó a sus jugadores en el duelo ante Universidad Católica, por el Torneo Nacional.
Nicolás Gamboa se defiende. El árbitro con categoría FIFA, que estará sin dirigir durante los próximos 15 partidos, tras ser acusado y posteriormente sancionado por sus excesos verbales en el partido entre Audax Italiano y Universidad Católica, por el Torneo Nacional, apela a la sanción que le otorgó el Tribunal de Disciplina. Poco le importa que su falta le podría haber acarreado hasta 50 encuentros.
Audax Italiano fue el primero en denunciar al juez. Según el escrito entregado por el elenco Floridano, durante el segundo tiempo de ese partido, Gamboa le propinó un codazo a Fernando Juárez, además de propinarle insultos como “cállate concha tu madre” o “juega al fútbol concha tu madre”. El informe del tribunal de Disciplina se cuadró con la acusación. “Se encuentra acreditado que el árbitro don Nicolás Gamboa usó un lenguaje indebido y soez al referirse e increpar a un jugador del club Audax Italiano, sin que sea relevante que los epítetos fueron pronunciados en un momento del partido distinto al precisado en la denuncia”, consideró el Tribunal.
Más allá que se comprobaron los insultos del juez, Gamboa siente que se le está castigando injustamente. El juez también sufre en el aspecto económico. Si bien en la sede de Quilín se le mantiene el salario asigando ($1,8 millones), el árbitro deja de recibir un bono de $ 200 mil extra por cada partido local. El perjuicio es más amplio si se añade la pérdida por dejar de ser considerado a nivel internacional. A nivel de la Conmebol, tanto en la Copa Libertadores como en la Copa Sudamericana, los estímulos parten en US$ 2.550 por partido, más un viático de US$ 750, hasta llegar a US$ 8.000 en el caso de ser designado para impartir justicia en la final de alguno de esos torneos. El cuarto juez percibe entre US$ 1.450 y US$ 5.000.
Frente a tal escenario, el juez apela frente a la Seguda Sala del Tribunal de Disciplina. Lo hace en un escrito que va firmado por su abogado Víctor Navarro. Gamboa pide expresasmente que su sanción se modere o se revoque frente a una serie de hechos que, según su criterio, hacen que el castigo esté fuera de lugar.
En primer lugar, Gamboa asegura que la sanción es excesiva frente a la discusión que existió al interior del tribunal al momento de otorgarle las 15 fechas de castigo. Se basa en que algunos de los miembros de la sala que quisieron darle 8 fechas de castigo. De paso, destaca que el juez ya cumplió cuatro fechas de castigo, que deben ser consideradas en caso de aceptar la petición de una rebaja.
Cabe recordar, que la misma sentencia inicial consigna que el fallo fue unánime en el fondo, aunque hubo discrepancias entre los integrantes de la sala respecto de la sanción que, finalmente, recibió Gamboa. “Fallo acordado por la unanimidad de los integrantes de la Primera Sala del Tribunal de Disciplina, señores Exequiel Segall, Alejandro Musa, Carlos Aravena, Jorge Isbej, Santiago Hurtado, Franco Acchiardo y Simón Marín”, sostiene. Tres de ellos, incluido el presidente, Exequiel Segall, pretendían ser menos drásticos con el juez. “Con la prevención de los señores Exequiel Segall, Simón Marín y Alejandro Musa, quienes con los mismos argumentos reseñados en los Considerandos de esta sentencia estuvieron por aplicar la sanción de ocho (8) partidos de suspensión”, consigna el fallo que fue resuelto el 28 de marzo.
Otro de los puntos que Gamboa pone a su favor es la poca colaboración de los futbolistas durante el cotejo que generó el caos. Asegura que los constantes enfrentamientos entre los jugadores de Audax Italiano y la UC, en el campo de juego, poco ayudaron a que desarrollara de manera efectiva su labor.
Gamboa quiere volver a dirigir. Mientras tanto, en las dependencias de Quilín, el árbitro continúa entrenando junto al resto de los jueces que imparten justicia cada fin de semana. Sabe que, más allá de sus reclamos, la segunda sala del Tribunal de Disciplina tendrá la última palabra.
Fuente: La Tercera