Debe ser una de las escenas de sexo menos sensuales y más incómodas del cine hollywoodense y hay una explicación tras ello: su protagonista femenina no quería hacerla.
Hace 25 años se estrenó la cinta El Especialista, que relata la historia de una mujer -interpretada por Sharon Stone– que busca vengarse de los mafiosos que mataron a sus padres contratando a un experto en explosivos personificado por Sylvester Stallone.
La cinta tiene bastante acción, pero también escenas subidas de tono que en esa época (mediados de los 90) solían ser el gancho publicitario.
La escena sexual menos sensual del cine
El film de 1994, dirigido por Luis Llosa, tiene una larga escena sexual con nula química que parece más una exhibición de cuerpos trabajados. Y cómo no, si tal como reconoció el propio Stallone, su compañera Stone se mostró reacia desde el inicio a grabar la secuencia.
Tras posar en la portada de Playboy en julio de 1990 y su conocido rol en Bajos Instintos (1992), Stone era vista como un símbolo sexual en Hollywood y por lo mismo, lo que se esperaba de ella era que rodara escenas de ese tipo.
De hecho, la cinta El Especialista se promocionó mucho por su arista sexual, pese a ser un filme de acción. “Sharon Stone es un gran activo. Mi personaje se sumerge tan profundamente en la mente del suyo que cuando por fin se conocen hay una explosión erótica. Sharon ya domina este tipo de películas, así que supongo que es la elección adecuada”, señalaba Stallone en una entrevista con el diario Sunday Mirror. “Esta película es una incursión en un género que he estado ansiando hacer durante mucho tiempo: un thriller erótico”, añadía por ese entonces.
Pero que Stone se hubiese negado a grabar la escena, en ese entonces sólo fue visto como una anécdota. Es más, sus productores y el mismo Stallone contaban la situación a los medios con mucha liviandad. “Al principio ella no quería hacer esa escena de sexo. Así que pensé que lo mejor sería emborracharla. Sharon se bebió un par de copas y dijo: ‘¡Vale, lo haré!”, contaba el actor.
Años después -en 2006- Stallone participó en una entrevista online en el sitio web A Ain’t It Cool, donde dio más detalles. “Llegamos al rodaje y ella decide que no quiere quitarse la bata. El director le pidió a la mayoría de los operarios que saliesen de la habitación, pero ella seguía negándose a desnudarse. Si yo le había prometido que no me propasaría con ella, ¿cuál era el problema entonces? ‘Que estoy harta de desnudarme’, dijo ella. Yo le pedí que se hartase de desnudarse en la película de otro”, indicó Sylvester.
“Ella no entraba en razón, así que fui a mi camarín y saqué una botella de vodka Black Death que me había dado Michael Douglas. Tras media docena de tragos estábamos remojándonos en plan salvaje”, señaló en la oportunidad según recoge el diario El País.
Lo cierto es que la incomodidad de Stone traspasó la pantalla, pues -cómo decíamos al inicio- debe ser una de las escenas menos sensuales que se recuerde. La falta de complicidad y pasión fue notada por la crítica especializada.
Lisa Schwarzbaum, columnista de Entertainment Weekly, calificó la escena como “un monumento al anticlímax”. “Son dos personas desconectadas la una de la otra, porque están demasiado centradas en sí mismas”, especificaba.
En tanto, Hal Hinson de Washington Post aseguraba que “parece un vídeo de ejercicios: las estrellas ofrecen sus cuerpos a la cámara como si estuvieran en una competición de culturismo”. Y Quentin Curtis de The Independent indicaba: “La extraña forma en la que Stallone acaricia la cabeza de Stone, con el brazo estirado hacia atrás alborotando su pelo con la palma mientras mira hacia el frente distraído, es la forma en que un hombre acariciaría a su gato mientras piensa en otras cosas más importantes”.
“Jamás me sentí un símbolo sexual”
Aunque Stone fue considerada una “bomba sexy” en los 90, ella aseguró en una entrevista publicada este año en Vogue que jamás se sintió así y que sólo vendió esa imagen para tener trabajo ajustándose a los requerimientos de la industria de la época, pero nunca se autopercibió realmente de esa forma.
“Los ejecutivos se sentaban alrededor de una mesa enorme, discutían sobre cuál de nosotras era follable y consideraban que yo no lo era. Yo quería trabajar, así que se me ocurrió la estrategia de posar semidesnuda para Playboy. ¿Encajaba en ese rol? Obviamente no. ¿Utilicé mi cerebro para parecer follable? Por supuesto. Estoy segura de que Marilyn Monroe no hablaba así en la vida real, pero aprendió el juego. Personalmente, jamás me sentí como un símbolo sexual”, indicó entonces.
En la ocasión también se sinceró respecto a la visión que tiene Hollywood sobre las mujeres. “¿Descuidan a las mujeres? Sí, lo hacen. ¿Muestran a las mujeres como mujeres? francamente, no. La mayoría de las películas están escritas por hombres, dirigidas por hombres, hechas por hombres, con la mentalidad masculina. Sin considerar en absoluto cómo son realmente las mujeres, cómo pensamos y sentimos. Es por eso que muchos de mis personajes son borrachos o drogadictos o locos, esa era la única forma en que podría apoyar su comportamiento honestamente”, indicó entonces.
Fuente: Biobiochile.cl