La severa crisis que azota a Venezuela ha provocado la migración de millones de venezolanos a otros destinos en busca de mejor suerte. Los deportistas no están exentos a esta realidad y prueba de ello es una nadadora venezolana que participó en Lima 2019.
Y no es cualquier deportista. Se trata de la medallista de plata de aguas abiertas en Toronto 2015, Paola Pérez, quien desde hace dos años reside en Santiago con el fin de poder entrenar más tranquila y estar lejos del caos que se vive en su país.
El bochorno que vivió
Para estos Juegos, Pérez llegaba como candidata al oro en la mencionada serie. Su plata en Canadá la colocaba entre las favoritas al primer lugar. Pero en esta ocasión, no corrió la misma suerte e incluso sufrió un cuadro de hipotermia.
“En las dos últimas vueltas me dio. Andaba en zig zag, tenía dolor de cabeza y náuseas. No sentía las manos. Terminé solo por el amor al deporte”, afirma en conversación con Emol.
Lo llamativo e “inaceptable” -como ella mismo lo califica- es que esto se generó luego de que la delegación venezolana presente en territorio limeño le otorgara una equipación inadecuada para poder enfrentar una categoría de esta dificultad.
“Es triste y decepcionante tener que pasar por esto. Espero que empiecen a trabajar. Tanto en el Comité Olímpico, en el Ministerio y en la federación han dejado que los problemas del país nos afecten y nos dispersen. Hay muchos problemas internos entre ellos”, explica.
– ¿Se te ha pasado por la cabeza representar a otro país como ha ocurrido en otros casos?
“Nunca se me había pasado por la cabeza eso, pero con lo que tuve que pasar en Lima, ahora sí lo pienso”.
– ¿Chile está dentro de esas posibilidades a tener en cuenta?
“He pensado en varios países, obviamente Chile es uno de ellos, pero a esta fecha ya no me puedo cambiar, porque quedaría fuera de los JJ.OO.. Me gustaría ver después de Tokio cómo sigo psicológicamente. Espero que no vuelva a pasar, pero conociendo la situación del país puede volver a pasar”.
– ¿Cómo te ha tratado Chile en estos dos años?
“Ha sido increíble, me encanta. Igual es dificil llegar a otro país, pero he podido salir adelante”.
– ¿Qué has hecho en Santiago para subsistir?
“Estuve haciendo clases de natación en el Stadio Italiano, pero las dejé para enfrentar lo que iba a ser mi entrenamiento a Lima. Ahora tengo la intención de dar clases particulares y ya hay interesados”.
Por lo pronto, Pérez todavía se encuentra en la capital peruana a la espera de su retorno a Santiago y se despide no sin antes enviar otro mensaje a las autoridades deportivas de su país.
“Espero que esto que me sucedió sirva como ejemplo para que comiencen a trabajar en función de nosotros”, cierra.