EN DICIEMBRE de 2018, y tras la renuncia del doctor en matemáticas argentino Fernando Reitich a la presidencia de Empresas CAP e Invercap, el directorio del grupo sorprendió con el nombramiento de Roberto de Andraca Adriasola, hijo del histórico presidente de CAP Roberto de Andraca Barbás -quien lideró la compañía durante 27 años- en la presidencia del directorio de Invercap, matriz de la compañía, y donde se toman las decisiones sobre el rumbo de CAP.
La designación venía acompañada de otro nombramiento inesperado: Juan Rassmuss Raier -hijo del fallecido empresario de origen peruano y accionista de CAP, Juan Rassmuss Echecopar- pasaría a ocupar la vicepresidencia.
Ambos nombramientos no sólo representaban un cambio generacional, sino también el fin de las desavenencias que las familias Rassmuss y De Andraca -o más bien, los antiguos patriarcas de cada grupo- mantuvieron por años en el directorio de CAP.
Desde entonces, Rassmuss y De Andraca se han involucrado activamente en la gestión de la compañía. Conocedores de la interna de CAP aseguran que ambos están trabajando de manera coordinada, “asumiendo en conjunto los desafíos de la empresa”. Este alineamiento se ha notado, por ejemplo, en una comunicación permanente, en persona y por teléfono. Incluso suelen comer juntos, comenta un cercano a ambos: “Se tienen plena confianza, una complicidad muy grande. Ambos están relajados y contentos con la relación que tienen”, afirma una alta fuente ligada a CAP, quien agrega que “se manejan de forma muy armónica. No tienen una alianza formal o pacto de accionistas, pero son amigos, incluso más allá de la empresa”.
A modo de balance, Roberto De Andraca comenta a PULSO que “este primer año fue un período de aprendizaje y crecimiento, de trabajo en equipo, con el compromiso para apoyar a CAP en los distintos desafíos que enfrentó en 2019. Fue un año donde se avanzó, además, en la reformulación del gobierno corporativo de CAP y sus empresas operativas y donde se continuó escuchando con atención a todos nuestros grupos de interés”.
El presidente de Invercap agrega: “También ha sido un período donde hemos trabajado con miras a eficientar la operación y a un desarrollo sostenible genuino, buscando una disminución continua de nuestros impactos, así como de los riesgos de nuestros negocios”.
De Andraca dice que junto a Juan Enrique Rassmuss “estamos alineados en los objetivos de dar continuidad a los planes de crecimiento y consolidación de CAP, con la meta de seguir agregando valor a la empresa”.
El plan Huachipato
Ambos han asumido dos áreas marcadas de especialización. Mientras De Andraca se ha involucrado personalmente en el negocio acerero -de hecho, asumió la presidencia de CAP Acero- y de procesamiento de este producto, Rassmuss lo ha hecho en el área minera.
Esta última decisión no fue al azar. Rassmuss asumió hace unos cuatro años, una vez que falleció su padre, la presidencia de Cemin, un grupo que opera yacimientos de mediana minería en el país y que fue fundado en 1982 por Rassmuss Echecopar. Allí, Rassmuss Raier fue el encargado de continuar con las labores de su padre, quien pasó sus últimos días en Paraguay. De paso, heredó la participación de su padre en Invercap. Y en vez de liquidar esos papeles, Rassmuss decidió seguir e incluso buscó en varios minutos aumentar su participación.
Así, ha sido De Andraca quien se ha volcado al tema acerero, y que a pesar de verse enfrentado a múltiples complicaciones, como el arribo masivo de productos de acero chino -al que incluso han acusado de dumping- se considera una prioridad en la nueva CAP.
“El grupo se encuentra comprometido a buscar todas las opciones de continuidad para la operación de la Compañía Siderúrgica Huachipato (CSH), las cuales deben ser al mismo tiempo viables y responsables. CSH es importante e histórica para el Grupo CAP, para la región de Biobío y para sus trabajadores y sus familias. Es una de las pocas empresas chilenas que agrega valor a la cadena de la gran minería con sus productos de alta calidad”, asegura De Andraca.
La tarea es de alta complejidad, considerando que a la situación económica interna se suman factores como la fuerte competencia china.
“Las condiciones del mercado del acero fueron especialmente complejas y desafiantes durante 2019, prolongando así un largo período de condiciones adversas para la usina, especialmente por la sobreproducción global de acero y de condiciones asimétricas en algunos países; sumado a los conflictos económicos mundiales (que han acrecentado el comercio desleal e incrementado desvíos de producción de acero a mercados abiertos como el nuestro), a lo que se agrega la propia coyuntura del país. Todos estos factores nos hacen enfrentar un futuro altamente desafiante”, afirma.
FUENTE LA TERCERA