“Nunca disputé los balones aéreos en el Liverpool. Se sabe que cada vez que cabeceas el balón se pierden ciento cincuenta neuronas. Así que mandaba a Mark Lawrenson a hacer ese trabajo. Siempre conviene delegar. Es la prerrogativa de los capitanes”, dijo hace años el histórico Alan Hansen. El eco de sus palabras vuelve a resonar con fuerza por estos días en Inglaterra.
La Universidad de Glasgow (Escocia) publicó un estudio que establece que los futbolistas profesionales tienen más probabilidades de morir de trastornos cerebrales degenerativos que las personas de la misma edad de la población general. A raíz de esta investigación, la Premier League podría prohibir cabecear a sus futbolistas juveniles.
Según informó Telegraph, la competición ya notificó a los 20 clubes que la integran. La nueva regla se aplicaría a los menores de 12 años, pero algunos incluso piensan que podría ser hasta los 18.
Para elaborar el nuevo protocolo, la Federación formó un grupo de trabajo compuesto Willie Stewart, quien dirigió la investigación en Glasgow, y Dawn Astre, la hija del ex delantero inglés Jeff Astle.
La medida es culturalmente resistida por algunos clubes, pese a la evidencia científica. Bennet Omalu, el médico que descubrió el daño cerebral que sufrían los atletas de la NFL, afirma que un niño no debería golpear la pelota con la cabeza por ningún motivo y Alan Shearer, mítico delantero de los noventa, atribuye el daño cerebral que padece al juegó aéreo que lo convirtió en leyenda.
En Escocia ya tomaron una decisión al respecto. “Los ejercicios que impliquen cabecear el balón deberán ser retirados de todas las sesiones de entrenamiento para los grupos de edad hasta los menores de 11 años inclusive (equipos 7 contra 7). En la medida de lo posible, también se debe evitar cabecear durante los partidos a esta edad”, comentó Florence Witherow, Secretaria Nacional de la Asociación Escocesa de Fútbol Juvenil.
Fuente:emol