El pasado 3 de enero, la animadora Francisca García-Huidobro fue dada de alta tras pasar 22 días internada por una insuficiencia renal severa.
Este martes la conductora reapareció en la pantalla chica en una sentida entrevista con Tonka Tomicic, para Bienvenidos, donde reveló cómo ha vivido las últimas tres semanas.
De partida explicó que tuvo una insuficiencia renal severa que se vio agravada por una bacteria que contrajo, además de un cálculo al riñón y una fuerte anemia que la afectaban.
Según contó la conductora, todo partió dos semanas antes de la hospitalización cuando sufrió una fuerte caída en su casa, por la que “me autodiagnostiqué una fisura en la costilla”. “Me dolía caminar, me dolía respirar”, dijo en el matinal.
A los pocos días comenzó a sentirse mal y asoció los síntomas a un resfriado fuerte y posteriormente a un rotavirus. En ese momento fue al médico para revisar el tema de su costilla y le dieron algunos medicamentos para el dolor ya que tenía una fractura, pero no le dio mayor importancia al “resfrío”.
El jueves 12 de diciembre, decidió ir a grabar Sigamos de Largo, porque asistiría Leonor Varela, una gran amiga suya, y quería estar presente; sin embargo, debido a que sus compañeros de trabajo no la veían bien, la convencieron de irse a la casa.
Fue su asesora del hogar quien contra todas sus indicaciones dio aviso de lo que estaba pasando a la familia de la comunicadora. “Mi nana me acusó. Llamó a mi papá y le dijo ‘esto no está bien, ha tenido 39 de fiebre, ella dice que es rotavirus, más encima tiene lo de la costilla. Yo no la puedo llevar a la clínica obligada, pero usted sí””, recordó.
Según la animadora, la mujer “tuvo los ovarios” de no hacerle caso a pesar de que sabía que se enojaría… lo que finalmente terminó por salvar su vida.
Su padre apareció en la casa y la convenció de ir al médico. La reticencia de la animadora también pasaba porque esa misma noche viajaría a Buenos Aires con un amigo.
“Llegamos a la clínica me hicieron exámenes de sangre, me tomaron la temperatura. Y yo le decía, ‘oiga se puede apurar, porque viajo a Buenos Aires. Tengo que cerrar la maleta e irme’. El médico me dice ‘no te puedes ir de aquí. Es más, en esta misma cama te vas directo (a la UCI)’, y eso es lo último de lo que me acuerdo”, relató.
“Ahí parece que mi cuerpo colapsó completamente con una bacteria”, afirmó, asegurando que su riñón también había comenzado a fallar. “No me acuerdo más, pero desperté en la UCI, donde todo es mangueras, maquinas tubos, mucha gente mirando a ver si respiras o no”, aseveró.
“Tengo ocho o nueve días perdidos”, sentenció para la sorpresa de Tomicic.
Tras nueve días en la UCI, fue trasladada a Cuidados Intermedios, donde estuvo el resto de los 22 días. Según la animadora, en esa compleja primera semana tuvo una falla sistemática y se comenzaron a mostrar los efectos del calculo y la bacteria que atacaba su organismo.
“El doctor me decía que es como invadir un país y no tener ejército. No tenía defensas, estaba mal alimentada, muy flaca, esto de no tomar remedios, ni siquiera un paracetamol para la fiebre… cualquier bacteria podría haberme agarrado”, dijo.
García-Huidobro también explicó que fue en la UCI, donde se dio cuenta que estaba mal y que incluso los médicos le dijeron que de todos los pacientes graves que se encontraban en la sala, ella era la que estaba peor.
“Yo era la que estaba más complicada, porque eran tantas cosas y además apareció una anemia gigante”, comentó. “Ahí empiezo a cachar que estaba en la clínica, que estaba mal y que los doctores habían mandado a llamar a mi familia. Entonces (piensas) ¿por qué están llamando a mi familia?”, reveló.
“Cuando llaman a mi familia lo vi todo negro. Dije, ‘no, no, no. No tengo por dónde’. Y ahí pensaba en Joaquín (su hijo). Todo el tiempo. Por suerte él no me vio en ese estado, a pesar de que sabe la gravedad de lo que me pasó. Él siempre me dio la mano, ‘no me soltí, no me soltí‘. Y ahí pasó esto de este repunte, que en dos días estaba mis riñones funcionando, mis pulmones funcionando… y ahí empezamos a atacar la anemia, y me pasaron a Cuidados intermedios”, recordó.
Francisca aseguró que su vida corrió peligro. “Es super heavy cuando te dan de alta y dices casi me morí. Pero no me morí, porque le puse ene ganas también”, aseveró y aseguró que fue por su hijo de 14 años que no se detuvo. “No me voy a ir, tiene sólo 14 años. Él sí me veía conectada a muchas maquinas y sabía que no era que yo estaba resfriada no más”, dijo.
Una Navidad diferente
Debido a todo lo ocurrido, la animadora tuvo que pasar Navidad y Año Nuevo internada. “La Navidad fue triste, porque siempre la pasó igual, con mis sobrinos en la casa de mi hermana y salimos a buscar el viejito pascuero (…) Ese día todos pasaron a verme, pero no se quedaron en la clínica y no les iba a pedir que se quedaran tampoco”, explicó.
El Año Nuevo, en tanto, lo pasó acompañada de una amiga que se quedó con ella esa noche. “Uno cree que es inmortal, que a ti no te va a pasar, pero uno debería hacerse exámenes regularmente, para no ir un día a la clínica y quedar tres semanas internado”, añadió.
Debido a todo lo ocurrido, Fran dice que siente que cambió. “No sé si lo noto porque tomo muchos medicamentos y estoy tranquila, y eso no es muy yo, pero ya de a poco he vuelto a mi palabreo natural. Yo soy una persona básicamente chistosa, siempre busco la talla, la ironía y el humor negro. Estoy en el proceso de reírme de cosas que me pasaron”, sostuvo.
La dama de hierro
La animadora también aseguró que con sus cercanos se rió bastante de su apodo de “La dama de hierro”, porque en ese momento no se sentía como tal. “Ese es un personaje que yo armé en Fiebre de baile, donde no hablaba con los participantes ni los llamaba por su nombre. Mi cuerpo es inverso a cualquier hierro de cualquier parte del mundo. Al final descubrimos que era la reina del catéter”, bromeó.
“Es como lata decirlo, pero no soy ‘La dama de hierro’ y nunca lo he sido. Sí tengo ese sentido del humor, pero es la mitad de lo que se me ocurre”, reconoció.
Eso sí, también afirmó sentirse “más vieja”. “Tengo 46 años y siempre he tenido un cuerpo de un niño de 19, pero hoy siento que tengo los 46 que tengo. Siento que tengo una raya fuerte, que no sé si me la van a perdonar de nuevo”, explicó.
La presencia de Julio César
Francisca también dedico sentidas palabras al padre de su hijo, Julio César Rodríguez, quien siempre estuvo muy presente y además debió hacerse cargo de contener a Joaquín.
Según contó la animadora, tanto el periodista como Julieta, la hermana menor del adolescente, “cubrieron muy bien a Joaquín, sin mentirle, pero dejando que tuviera sus momentos de distracción”.
“Tres días en los que yo estuve durmiendo, con exámenes, ellos fueron a la playa, porque qué sentido tenía que estuvieran aquí”, comentó.
Hoy, también, asegura estar mucho más abierta a recibir cariño y contacto físico con otras personas, algo de lo que siempre rehuyó. “La cagó lo que me sirvieron los abrazos, los besos y las tomadas de manos. Todo lo que sea el cariño estoy abierta a eso”, dijo.
Además reconoció que se siente vulnerable. “Mi papá me dijo una vez, es un acto de egoísmo no decir que estoy mal, que necesito ayuda. De sacarte todas tus huevadas y decir, ‘estoy mal, me duele, tengo fiebre, me separé’. Cosas que a mí me pasan y las vivo super solas. Antes decía que esta pega es sin llorar, pero la cambié y dije, a esta pega se llega llorado”, afirmó.
La animadora finalmente agradeció a todo el mundo que estuvo con ella, especialmente a su “nana” que no le hizo caso y llamó a su papá, lo que le salvó la vida.
“Gracias a todos, a quienes se tomaron un minutos de su tiempo en enviarme una buena energía, una buena vibra, que visualizaron mi cara y me enviaron un rayito de luz”, concluyó.
Actualmente la comunicadora está en recuperación y tratando una anemia y cálculo al riñón que quedaron pendientes.
Fuente: BioBioChile
